LLEGADA A NEVADA

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Taylor.

Hace años no visitaba las vegas. Después de que papá murió, su amigo Henry me invito a pasar fines de semana en su casa en Nevada a las afueras de las vegas. Me llevaba a diferentes lugares donde había montañas rusas o tiendas de dulce, que eso a mis doce años era la felicidad completa. Solo horas de comer azúcar estar en parques de diversión y ver televisión hasta tarde. Hasta que descubrí lo bien que la podía pasar con las chicas en una buena fiesta con algunos tragos.

Desde ese momento deje de ir y me aleje de Henry. Por eso su notable sorpresa cuando lo llame hoy para pedirle el favor que me dejara pasar este fin de semana en su casa con Carmen. Al principio, creo que pensó que solo era una de mis estrategias para pasar una noche de diversión, me molesto tanto que pensara que haría eso con Carmen que solté mi bocotá y termine contándole la infidelidad de mi suegro para que supiera la verdadera razón de nuestro viaje y que frenara su imaginación. Lo bueno, fue que mi enojo tuvo el suficiente impacto para que aceptara y dejara de hacer preguntas, hasta se ofreció a recogernos en el aeropuerto. Pero Carmen se negó a que fuéramos en avión porque no quería que yo gastara todo. No me hubiera importado, pero este momento no es el mejor para discutir y menos por eso.

- ¿Ya llegamos?- Pregunta adormilada en el asiento de copiloto.

- Falta una hora. Puedes seguir durmiendo si quieres. - A penas contesto cierra los ojos.

Es lindo verla dormir. Aunque no sé porque cada vez que la veo pienso instantáneamente en el error de hace un rato y mi cabeza se pone a mil. Por la próxima hora me concentro en conducir y a alejar cualquier pensamiento de mi mente que me ponga tenso. Recuerdo que no es seguro que... bueno. Que en un futuro próximo exista un bebe y que por ahora, solo debo encontrar al traidor de mi suegro.

Cuando llegamos a la casa de Henry esta igual que como la recordaba. Una vivienda de dos plantas de color azul, nada de entradas grandes o portones de seguridad. Una simple casa de vecindario en un pueblo cercano a las vegas. Creo que por eso mi padre era amigo de él, necesitaba a alguien que no le importara carecer del lujo y lo alejara un poco de la realidad mentirosa en la que creció y de la que luego se alejó. Y creo que por esa misma razón yo venía aquí más joven.

- Llegamos- Paso suavemente la punta de mi dedo por su quijada. Lo que provoca que suelte un suspiro.

- ¿Tan rápido?- Abre lentamente los ojos.

- Paso una hora. - Rio por la cara adormilada que hace. Es adorable.

- Dios. ¿Dormí todo el camino?

- Prácticamente. Vamos.- Salgo del coche y doy rápidamente la vuelta para abrir su puerta y ayudarla a bajar.

- ¿Quién diría que el pequeño Taylor Jordan se convertiría en todo un caballero?- Doy la vuelta y ahí está Henry. Mismo aspecto de siempre, uniforme de piloto. Solo que ahora no me parece tan alto. Ahora tenemos la misma estatura.

- Hola Henry. Te presento a mi novia Carmen. Carmen te presento a Henry, el mejor amigo de mi padre. - Por algún motivo lo digo como si aún lo fueran.

- Mucho gusto.- Henry extiende la mano a Carmen, ella la acepta con amabilidad.

- Lo mismo. Gracias por dejarnos quedar. - Dice ella.

- Todo un placer. Tendrán la casa sola, no vayan a hacer locuras. - Nos guiña el ojo. Trato de soltar una risa para no delatarnos y que otra persona se entere de la pequeña equivocación de hace unas horas.

Afortunadamente al celular de Carmen entra una llamada y quita la atención.

- ¿Adriana? Si ya llegamos... Tranquila todo saldrá bien. Sabes que si necesitas algo puedes ir donde Amber. Cuídate, te amo. - Mi hermana, le dice a Henry en forma de disculpa cuando cuelga.

ME CANSÉ DE ESPERAR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora