ENFERMO

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Carmen.

Sé que soy una cobarde, pero también sé que la cobardía en algunas ocasiones te protege de cosas que te lastiman o que solo abrirán viejas heridas. La única falacia en mi concepto es que yo utilizo mi falta de valentía para ocultar una herida que no ha cerrado y peor aún que la responsable de que siga sin sanar soy yo.

El primer paso para dejar el pasado en donde pertenece es dejar sanar las heridas, y para eso se debe saber la verdad o por lo menos no evadirla. Taylor ya me demostró que está dispuesto hablar y eso que le declare que no confío en él. Bueno... No del todo. Si eso no es una prueba de carácter y madurez no sé qué sea. Y yo debería empezar a demostrar un poco de eso y dejar a un lado mis paradigmas imaginarios de un engaño que no está comprobado que pasará o no. Solo pensar que fui así de inmadura al dejarlo sin explicación me hace sentir peor.

Lo sé, es algo que estaba en el aire y evidente en todas partes. Pero eso es lo que pasa con los pensamientos arrogantes y tercos, la única persona que te puede hacer libre de ellos es quien los creó y en la mayoría de los casos esa persona es uno mismo. O esa es la teoría que he creado sobre mi situación.

A esta también se le añade que en muchas casos por no decir todos la aceptación viene de un medio externo. En resumen, ver a Taylor totalmente feliz con una chica hizo mover algo en mi como siempre, pero esta vez fue distinto, porque no fueron celos posesivos sino tristeza. Verlo en auténtica felicidad por los pasillos cuando yo no puedo pasar de fingir estar bien y totalmente feliz con Samuel.

El continuó y yo simplemente no he llegado a ese punto. Y para conseguirlo tenemos que hablar y que me diga la cruda verdad y eliminarlo de mi sistema. Y hoy lo haré. Afortunadamente Samuel no es un chico celoso y está ocupado adelantándose de los trabajos de la universidad debido a que retomo sus estudios. Hace casi dos semanas no nos vemos. Ademas es muy calmado y pocas veces se altera, si le contará mi plan no le agradaría del todo pero no haría una escena. Eso me da un bonus para no tener que contarle que iré a casa de Taylor. Cuando ya lo haya hecho se lo diré.

Me demore mucho en tomar una decisión si hablarle o no, para ser exactos me demore casi una semana.

Esta semana cuando lo vi con Madison fue una evolución de ideas que me llevaron a la solución. Así que hoy sábado, me he preparado desde la mañana con toda la actitud para ir hablar con él.

Hice todos los trabajados que tenía pendientes y traté de hacer las tareas de la casa que me corresponden hoy. Y ahora que ha llegado la hora de enfrentar lo que tanto he evitado estoy nerviosa. Pero eso no me detendrá.

Bajo las escaleras y me despido de mis padres que están viendo alguna película animada con Adriana. Les digo que volveré en una hora. En realidad creo que la charla con Taylor no pasará de diez minutos, el tiempo sobrante lo puedo utilizar para verme con Amber y las demás o llamar Antonia y contarle como me fue. Decidiré después.

Tomó las llaves y salgo de la casa. Voy a pasos lentos pero decididos y repaso mentalmente lo que diré y hago predicciones de lo que el podrá decir o hacer. Sin importar lo que diga me debo mantener firme y tener presente que siempre ha sido un mujeriego y que yo tengo novio. Eso me mantendrá a salvo de no entrar en su juego como casi lo hago en su fiesta.

Poco tiempo después me encuentro al frente de la casa, me acerco a la puerta para tocar pero antes de que pueda hacerlo esta se abre y veo a Cole con Emma en sus brazos. La niña es realmente linda.

- Hola ¿Cómo estas Carmen?

- Hola. Genial ¿Y tú? - Le sonrió a la niña pero ella mantiene una expresión seria. Pocos bebés hacen eso.

- Bien. Amber no está...

- Ah ok... En realidad, busco a Taylor.

Los ojos de Cole me ven sorprendidos y los de Emma me miran de forma extraña. Es normal, supongo. La conozco hace poco tiempo.

ME CANSÉ DE ESPERAR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora