Alex
No sé por qué cada vez que me daban ataques de ansiedad, pasaba esto. Sabía que Piper se sentía mal pero simplemente tenía muchas cosas en la cabeza, Salí de la habitación con rumbo al baño de abajo, entre y me senté para hacer pis. Fue una sensación bastante dolorosa y que trajo a mi mente oscuros recuerdos. Al limpiarme noté unos pequeños rayos de sangre en el papel, pero los ignoré.
Camine hasta mi despacho cerrando la puerta con seguro, me senté en la silla detrás del escritorio y encendí mi laptop, al conectarse a internet busqué en una de las gavetas un viejo papel con un correo y contraseña; había pasado tanto tiempo sin usarlo que había olvidado los datos. Mi computadora era un fantasma, especialmente programada para no ser detectada en ninguna parte. Entre a aquel correo y definitivamente tenía varios sin abrir, eran de una aerolínea suiza en donde me adjuntaban mi localizador, hora y fecha del vuelo. Los boletos eran de primera fila y llevaban mi nombre impreso.
Descargué el contenido y noté que había llegado otro correo, no salía de quien era y tampoco un asunto, al abrirlo supe que era él
De:
Para: xelapesuav#yopmail.com
Asunto:
Hola pequeña, veo que ya has ingresado, siempre tan inteligente. La noche anterior a tu vuelo me comunicaré contigo para entregarte el asunto, nos vemos pronto. Descansa
K.
No le respondí, al terminar de descargar los documentos desconecte la laptop del internet y la apagué. Me levanté para buscar entre las gavetas mi pasaporte, en la búsqueda me conseguí con un sobre amarillo donde estaban contenidos todos los boletos de avión que había usado durante años, en ese mismo compartimiento había una caja.
La saque y al abrirla me encontré con muchas fotos polaroid, fotos mías en Francia, fotos mías en Italia, fotos mías en cada uno de esos viajes, estaban ordenadas por fecha y al llegar a las ultimas mi pecho se trancó. Era yo, mucho más delgada que ahora, con el cabello más largo y pintado de azul en las puntas, demacrada y notablemente drogada. Fotos con algunas mujeres y con mis ex compañeros de trabajo. Decidí cerrar la caja y meterla donde estaba, seguí buscando mi pasaporte hasta que lo encontré. Lo coloqué encima del escritorio y Salí a la cocina por un poco de agua, al abrir el refrigerador me encontré con la botella que había comprado Piper.
Decidí servirme una copa y me senté en el taburete a tomarla, tenía que pensar bien las cosas pero justo ahora no podía, tenía miedo, rabia y dolor. No quería mentirle a Piper, no quería lastimarla pero tampoco podía contarle principalmente porque no quería exponerla al peligro y, porque no lo entendería. Vi sus ojos cuando le conté acerca de esto, vi el miedo en ella. Le aliviaba que ya no estuviese en eso. Pero aquí estaba de nuevo, con la mierda hasta el cuello y sin poder hacer nada más, mi única esperanza es que todo saliera bien.
Debía volver a prepararme psicológicamente para esto, si algo aprendí en este mundo es que los miedosos caen primero, sabia como hacerlo pero no quería alejar a Piper, no después de que habíamos arreglado las cosas hoy. Nunca es tan fácil para ti Alexandra. Tenía que encontrar la manera de que nos viéramos en el día y en las noches poder estar sola, no quería estarlo pero debía. Si dejaba a Piper aquí conmigo estos días previos le podía causar más dolor que el de hoy. Eran muchas cosas por hacer que no dejaban de rondar por mi cabeza, al terminar mi trago recogí los trastes y subí las escaleras en silencio para tomar una ducha.
Entre al cuarto con el mayor cuidado, observe a la rubia dormida solo se le veía de la nariz para arriba, me detuve unos segundos a mirarla de esa forma y luego camine al baño. Programe el agua un poco más caliente de lo normal y me introduje en la ducha. Deje que el agua recorriera mi cuerpo por un rato, lave mi cabello y cuerpo. Mi intimidad estaba aún sensible pero de cierta forma era mejor que doliera allí que mi corazón.
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Love is... pain? | VAUSEMAN 🖤
FanficPiper, la tipica niña de papa y mamá. Alex una mujer que fue forjada en el dolor y la mala vida. Dos mujeres completamente distintas, pero con algo en común: Inestabilidad. Solo basta una mirada para saber que llegaste al sitio que siempre buscaste...