CAPITULO 39

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Piper

Alex había conducido por al menos cuarenta minutos y a pesar de que insistía en preguntarle a dónde íbamos ella se rehusaba, desvió el auto hasta una pequeña granja, el color verde reinaba en aquella extensión; mi instinto fue bajar el vidrio de mi lado para poder respirar el aire fresco. Escuché la voz de mi chica, tan natural y ronca como siempre; una pequeña casa se vislumbraba en la distancia y sin querer solté un suspiro dada a la paz que transmitía aquel lugar. Sentí su mano apretar mi nalga por sobre la tela de mi pantalón mi chica caliente...

-Te amo Pipes... quizá encuentre un lugar en medio de la intemperie para hacerte mía.- me dijo mientras volvía a meter mi cabeza en el auto, la miré con los ojos muy abiertos y sentí como el rubor invadía mis mejillas.

-Te amo Alex y bueno... quizá me agrada la idea.- dije soltando una risita.

-Wow wow señora Vause... me encanta la forma en la que nunca me dices que no.- vi su sonrisa traviesa y su mano acariciaba mi rodilla.

-No te acostumbres... y aún no soy la señora Vause.- le reproché solo para ver su actitud.

-Cuando lo seas, haré que lo grites a los cuatro vientos solo por castigo.

-Alex!!- las dos nos carcajeamos y terminamos de llegar hasta la casa.

Noté a mi chica un poco nerviosa, por qué será? Caminó rodeando el auto hasta llegar a mi puerta ofreciéndome su mano para salir la cual tomé encantada, su rostro estaba en calma y podía ver cierto brillo especial en sus ojos verdes.

-Nunca me cansaré de mirarte a los ojos... de escuchar el ronroneo de tu voz.- le dije acariciando su rostro.

-Y yo... te presentaré a alguien muy especial mi cielo.- amaba cuando me decía ese tipo de apodos, era de las cosas más tiernas que hacía por mí.

Caminamos tomadas de la mano hasta llegar a la puerta de la pequeña casa, la mano de mi chica sudaba, Debe ser alguien muy importante. Ella tomó un poco de aire y tocó la puerta, luego de un par de minutos unos pasos arrastrados se escuchaban aproximándose. Una mujer mayor apareció abriendo la puerta, era de tez blanca y cabello canoso. Ella nos miró confundida y acto seguido se colocó los lentes que colgaban de su cuello. Miré su rostro iluminarse cuando logró ver con claridad a mi prometida.

-Alexandra...?- los ojos de la anciana se cristalizaron y alzó sus brazos a lo que mi chica se lanzó en ellos dejándose atrapar.

Quién era esa mujer? No lo sé, solo decidí apreciar la hermosa imagen frente a mí, se sentía como si yo misma fuese a llorar en cualquier momento. Mi chica le dio un besito en la mejilla y se alejó un poco de la señora, la cual me miraba ahora con cierta alegría.

-Abuela ella es Piper... mi futura esposa.- Abuela? Oh... la señora me ofreció sus brazos y yo más que encantada le correspondí, olía a manzanilla y jabón; y su abrazo fue tan reconfortante que recordé a mi abuela y la manera en cómo me apurruñaba.

-Es un placer conocerte querida, eres muy hermosa... mi nieta siempre ha tenido un buen gusto por las chicas.- su mano se posaba en mi mejilla y acariciaba suavemente.- Gracias por traer a mi Alex conmigo.

-Para mí es todo un placer señora...

-Diane querida, igual que mi hija... entren por favor no se queden allí paradas.

Entramos juntas al acogedor lugar, la brisa fresca corría por dentro de los corredores gracias a los ventanales que estaban abiertos, todo olía a café recién colado y a abuelita, todo en ese sitio te hacía regresar en el tiempo, a cuando tenía ocho años y mi abuela me consolaba porque tenía miedo de perder un diente o cuando mi abuela me recibía con galletas de chispas y chocolate caliente.

Love is... pain?  | VAUSEMAN 🖤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora