Maldito sea el día en que te conocí || YOONMIN°

8° (Perpectiva de Jungkook)

Jungkook.

El sol empieza ya a fastidiarme en la puta cara. No quiero saber que horas serán, me imagino que debe ser un poco temprano. Puya vida, no me quiero parar, ademas, no tengo ropa limpia, debido a que el idiota de Min le dio por ponerse caliente a las dos de la  mañana, y hacerlo en el piso, me gusto pero eso no justifica que mi ropa tenga su semen en ella. Maldito.

- Levántate ya - maldito Min, después de que me llama para coger, me echa como una perra; lo único que falta es que me pague por lo menos 100 wons, por dios, no soy tan barato, osea - hace pose de diva en su mentesita.

- Después de la follada de anoche, ¿Me vas a echar? - le pregunto con la esperanza de que se apiade de mi.

- Si - responde seco.

- Maldito - no le hago caso de pararme.

- Me voy - parece que voltea a mirarme, porque no dice nada mas - cuando regrese no quiero que mi padre te vea aquí.

- Claro. Ahora el niño de papi no tiene los huevos de decirle que le gustan las bananas y no las papayas - digo irónico - ¿El no lo sabe? ¿Verdad? - me acomodo para poder verlo y alzo una ceja.

- Si lo supiera, ¿Crees que te echaría así, de la nada?

- Pues si - me siento en la cama - ademas, el no vendrá.

- ¿Como lo sabes?

 - Debe estar con cualquier zorra.

- Con tu madre querras decir.

- Callate, que ella es zorra del padre de Jimin.

- ¿Enserio? ¿El lo sabe?

- No, y si lo supiera no diría nada porque es un tonto - me rio

- Como sea - se acerca a mi, y me da un casto beso en los labios - tengo que trabajar.

- ¿Tu trabajas? - me acuesto de nuevo en la cama viéndolo fijamente.

- Si querido, no todos somos mantenidos por nuestros padres - que indirecta tan directa lanzo el Yoongi - me voy bebé.

- Espera - le detengo.

- ¿Y ahora qué? - voltea a verme.

- Tengo que ir a la escuela, no puedo faltar; tengo examen.

- Bueno. Vístete rápido, te llevo.

- Oh, claro que me llevaras - me levanto de la cama y enseguida siento el dolor punzante en mi cadera, también escucho las risillas que salen de los labios de mi amante.

- ¿Necesitas ayuda? - pregunta con gracia.

- No, estoy bien.

- Igual no te iba a ayudar - ahora si ríe con todo furor.

Intento recoger mi ropa, pero por el dolor de mi cadera es insoportable en estos momentos, y sumándole al caso que mi ropa esta manchada de semen y no tengo mi uniforme conmigo, en resumen, estoy jodido. Odio sufrir solo por un buen polvo.

- ¿Te puedo pedir un favor? - le pregunto, tratando de convencerlo con mi cara de pasivo.

- ¿Y ahora qué quiere la princesa? - posa su peso en la pared.

- Galleta, no princesa - le señalo, reclamando mi posición.

- Como sea - parece que ya quiere irse.

- Como tu te saliste de mi escuela porque no querías estudiar mas, porque te estrezaba, porque no te podías coger a la profesora de música - creo que ya adivino lo que quiero decir.