«Capítulo 21»

895 126 10
                                    


Seungcheol se quedó con Jeonghan hasta medianoche, escuchándolo mientras le refería la historia de su trágica vida. Cuando el menor quedó completamente exhausto de tanto hablar, lo rodeó con sus brazos de una forma sutil. Le quiso hacer sentir que no estaba solo, y que nunca lo estaría porque él siempre iba a estar ahí para él.

Un poco después, se despidió del pelinegro con un beso cargado de sentimientos, y de camino a casa, pensó que jamás había conocido a una persona tan valiente ni tan fuerte.

Pasaron la mayor parte de las siguientes dos semanas juntos... O, por lo menos, tanto tiempo como pudieron.

Entre las horas que él trabajaba en la tienda y los turnos de Jeonghan en 'Hoshi's Place', normalmente no les quedaba más que unas pocas horas al día, pero Seungcheol se entregaba a aquellos encuentros en casa del menor con una ilusión que no había sentido desde hacía muchos años. A veces, Chan y Samuel iban con él. En otras ocasiones, Jihoon lo echaba de la tienda con empujón, animándolo a disfrutar de unas horas amenas antes de volver a la carga de sus obligaciones.

Casi nunca quedaban en casa de Seungcheol y, cuando lo hacían, permanecían allí muy poco rato. El mayor quería creer que lo hacía por sus hijos, que deseaba que esa relación fuera despacio, pero también se daba cuenta de que su decisión tenía que ver con su difunta esposa. Aunque sabía que amaba a Jeonghan, y cada día que pasaba lo tenía más claro, no estaba seguro de si estaba listo para iniciar una relación de pareja. Al parecer, él comprendía su reticencia y no parecía importarle, porque además era más cómodo encontrarse en su casa, donde podían estar solos. De todos modos, todavía no habían hecho el amor.

A pesar de que a menudo Seungcheol imaginaba lo maravillosa que sería la experiencia, especialmente en los momentos antes de quedarse dormido, sabía que Jeonghan no estaba preparado. Ambos parecían ser conscientes de que aquello marcaría un cambio en su relación, que le conferiría un esperanzador estado de continuidad.

De momento, a Seungcheol le bastaba con besarlo, con sentir sus brazos alrededor de su cuello. Le gustaba el aroma a champú en su pelo y la forma en que sus manos encajaban perfectamente, y le encantaba cómo cada caricia o roce lo cargaba de una nueva ilusión, como si se estuvieran reservando solo el uno para el otro. Seungcheol no se había acostado con nadie desde que su esposa había muerto, y ahora sentía que, en cierto modo y sin saberlo, había estado esperando a Jeonghan.

Disfrutaba enseñándole el pueblo. Caminaban por el paseo marítimo, admiraban las antiguas casas señoriales, examinaban la arquitectura, y un fin de semana lo llevó de paseo al mirador de la Isla Jeju, donde pasearon plácidamente entre cientos de parterres de rosas. Después, fueron a comer a un pequeño restaurante junto al océano, en donde permanecieron todo el rato con las manos entrelazadas sobre la mesa, como un par de tortolitos.

Desde aquella cena en su casa, Jeonghan no había vuelto a mencionar su trágico pasado, y él no sacaba el tema a colación. Seungcheol sabía que todavía tenía muchas cuestiones por resolver consigo mismo. Si se sentía cómodo con la parte de la historia que le había contado y con cuantas cosas le quedaban todavía por contar; si podía confiar o no en él; cómo afectaba a su relación el hecho de que todavía estuviera casado y qué sucedería si algún día Jungjae lograba dar con él en Yeosodo.

Cuando tenía la percepción de que Jeonghan se sumía en un visible aislamiento porque se ponía a pensar en aquellas cuestiones, le recordaba con mucho tacto que, pasara lo que pasase, mantendría su secreto a toda costa. No se lo contaría a nadie. Cuando lo observaba, a veces lo invadía una furia incontenible hacia Jungjae. No podía comprender cómo podía haberlo tratado así y, más que nada, quería justicia. Sabía que el castaño experimentaba angustia y el terror, y es que lo que pasó fue posiblemente una pesadilla constante, tanto que llegó a combatirla con el dolor físico.

My Haven ➳ JeongcheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora