Jeonghan se disponía a salir del trabajo después del ajetreado turno de la cena cuando divisó una figura familiar de pie junto a la salida.—¡Hola, Minki! —lo saludó Iseul, apoyada en la farola donde Jeonghan había atado su bicicleta.
—¿Qué haces aquí? —preguntó él, al tiempo que se inclinaba para darle un abrazo.
Hasta ese momento, nunca había coincidido con su amiga en el pueblo, y al verla fuera de contexto se sintió un poco desconcertado.
—He venido a verte. ¿Dónde has estado?
—Podría hacerte la misma pregunta.
—He estado en casa el tiempo suficiente como para saber que llevas varias semanas saliendo con Seungcheol —le guiñó el ojo—. Pero no soy de esa clase de amigas a las que les guste entrometerse. He pensado que necesitaban tiempo para estar solos.
Jeonghan intentó controlar el rubor, pero no lo consiguió.
—¿Cómo sabías que estaba aquí?
—No lo sabía. En tu casa no había luz y se me ha ocurrido pasar por aquí, a ver si te encontraba — se encogió de hombros—. ¿Tienes planes para esta noche? ¿Quieres que vayamos a tomar algo juntos, antes de volver a casa? —cuando vio que su amigo vacilaba, prosiguió—. Sé que es tarde. Una sola copa, te lo prometo. Luego te dejaré irte a dormir.
—Solo una copa —convino el pelinegro.
Unos pocos minutos más tarde, entraron en un bar, uno de los más populares de la localidad, con los paneles de madera oscura que forraban el interior completamente ajados a causa de tantas décadas de uso, y con un largo espejo detrás de la barra. Aquella noche el local estaba poco concurrido; solo había unas cuantas mesas ocupadas. Los dos jóvenes tomaron asiento en una esquina al fondo del local. Puesto que ningún camarero se acercó a su mesa, Jeonghan decidió ir a la barra y pedir dos copas de vino que él mismo llevó a la mesa.
—Gracias —dijo la chica, al tiempo que aceptaba la copa—. A la próxima ronda invito yo —se recostó en la silla—. Así que sales con Choi Seungcheol.
—¡No me digas que por eso has venido a buscarme! ¿Solo para hablar sobre eso?
—Bueno, mi vida amorosa es un verdadero desastre... Así que tengo que vivir de las ilusiones ajenas. Parece que les va bien. Él estuvo en tu casa... A ver, déjame pensar... ¿Dos o tres veces la semana pasada? ¿Igual que la semana anterior?
"De hecho, más veces", pensó Jeonghan.
—Más o menos.
Su amiga jugueteó con la copa.
—No está mal.
—¿Qué quieres decir con eso de que no está mal?
—Parece que va en serio —enarcó una ceja.
—Todavía nos estamos conociendo —se excusó, sin saber a dónde pretendía llegar ella con aquel interrogatorio.
—Así empiezan todas las relaciones. A él le gustas, a ti te gusta él. Entonces los dos deciden unir sus caminos.
—¿Por eso has venido? ¿Para que te cuente todos los detalles? —Jeonghan intentó controlar sus nervios.
—No todos los detalles. Solo los más jugosos.
El pelinegro dejó salir una risa.
—¿Y qué te parece si en vez de eso nos dedicamos a hablar de tu vida amorosa?
—¿Por qué? ¿Tienes ganas de deprimirte?
—No puede ser tan malo. ¿Cuándo fue la última vez que saliste con un chico?
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My Haven ➳ Jeongcheol
Fanfiction"Cuando Yoon Jeonghan apareció en la pequeña localidad de Yeosodo, en Corea del Sur, su precipitada llegada provocó muchas preguntas y dudas sobre su desconocido pasado. Él es alguien hermoso, no le gusta lucirse y tiene una determinación obstinada...