—¿Cómo que lo perdieron? —protestó SeHun.
—La policía dice que salió demasiado rápido—respondió JunMyeon al otro lado del escritorio—. Se fue en una motocicleta con rumbo desconocido. Llamaré a Inteligencia.
SeHun suspiró, viendo la imagen de Santa Sirena.
—Que no salga de la ciudad —SeHun encendió el televisor—. No pienso dejarlo ir.
Mientras ChanYeol lo besaba, JongIn se sintió observado. Miró de reojo hacia un retrato, en la cabecera de la cama. Una fotografía en sepia, al parecer de principios de siglo, que mostraba a un hombre delgado, vestido de traje, sentado en un sillón de amplio respaldo.
Tenía un mechón de cabello sobre la frente, y parecía verlo fijamente.
—¿Quién es él? —preguntó. Podía ser un error interrumpir así el momento, pero realmente se sentía intrigado.
ChanYeol se apartó y miró la fotografía.
—Es un familiar —se limitó a responder.
—Se parece mucho a ti —insistió JongIn—. ¿Es tu abuelo? Tiene una mirada tan rara...
—¿Como la mía?
JongIn miró sus ojos castaños. Había algo hipnótico en esa mirada.
—Sí, más o menos...
JongIn se acercó para besarlo. ChanYeol lo contuvo.
—Pero estos no son mis ojos —le sonrió.
—¿Cómo? No entiendo...
ChanYeol sacó un pequeño estuche de su bolsillo y hábilmente se quitó sus lentes de contacto. Los guardó en el estuche y mostró sus ojos abismales al chico. Él retrocedió instintivamente al percibir algo maligno en ellos.
—Si tu alma está en tinieblas, tus ojos serán tinieblas —afirmó ChanYeol.
Lo aferró por los hombros. El chico tembló como un conejo asustado.
—¿Me tienes miedo?
—No, para nada —titubeó él—. Es que... tus ojos son tan...
—¿Expresivos?
Lo besó con intensidad. JongIn se puso tenso al principio, pero pronto se relajó. La lengua de ChanYeol exploraba su boca, y sus dientes rozaban su lengua. JongIn se estremeció de miedo y placer al mismo tiempo. Su experiencia sexual se reducía a dos noviecitos estúpidos. Ninguno se podía comparar a ChanYeol. JongIn se desabrochó la camisa. ChanYeol lo acostó a su lado. Terminaron de desnudarse.
—Espero que te hayas lavado los dientes después de besar a esas viejas —dijo ChanYeol.
—¿Por qué dices eso? ¡Claro que me lavé, en el camerino! Fue lo mas horrible que me ha pasado...
—¿Tienes miedo a envejecer?
JongIn descendía hacia su entrepierna, dispuesto a hacerle una buena felación.
—Yo no quiero llegar a viejo. Quiero ser joven por siempre. ¿A ti no te gustaría?
—Puede ser... —sonrió.
JongIn le hizo una pésima felación, con los dientes raspando su pene como si rallara una zanahoria. ChanYeol lo apartó y le dijo que montara en él. JongIn se asustó puesto que no lo había preparado antes y estaba seguro que eso dolería muchísimo, sin embargo accedió y así lo hizo, gimiendo de dolor y placer al sentir el enorme y potente pene que lo llenaba por completo. Se movió torpemente de arriba a abajo. ChanYeol lo apartó de nuevo y le dio una bofetada. Él lo miró sorprendido. Nunca nadie le había pegado, y lo más extraño fue que le gustó. ChanYeol encendió el televisor con el control que se encontraba a su lado. KyungSoo hablaba en su noticiero.

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Park ChanYeol
TerrorChanYeol está por enfrentarse, al menos, a dos enemigos muy poderosos, mucho más que un profesor que había enfrentado antes, el profesor Kang. El primero de ellos es Do KyungSoo, el rey de los medios de comunicación en el país, un hombre hermoso, hi...