XXI

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Los créditos de entrada del noticiero ya estaban en pantalla. KyungSoo aguardaba el momento de su intervención con la tensión propia del cazador.

—HeeChul —dijo, cuando faltaban unos segundos para iniciar—. Cuando te indique, insertas el vídeo.

—Sí, KyungSoo...

ChanYeol es un imbécil si piensa que voy a pasar la llamada al aire, pensó KyungSoo. Cómo se nota que no me conoce.

La luz parpadeó en la cámara uno. En el monitor frente a él apareció la leyenda AL AIRE. KyungSoo mostró su sonrisa angelical.

—Buenas noches, Morguenia —saludó con voz apacible—. Soy su amigo Do KyungSoo y les ofrezco las noticias de hoy. Un día especial, por tratarse de la fiesta de Santa Sirena. Cómo lo dije en la transmisión en directo, la fe del pueblo se desbordó...

En el cuarto de juegos, SeHun veía con embeleso el rostro de KyungSoo. JunMyeon se mantenía expectante, detrás de él. ChanYeol aguardaba con el celular. Aquella sería la primera vez que hablaría con el Hombre Escarlata.

—Hemos recibido muchas llamadas —continuó KyungSoo—, felicitandonos por la transmisión de esta tarde. Y aquí tenemos una de esas llamadas...

Con las manos sobre el escritorio, KyungSoo extendió dos dedos, contraseña para HeeChul.

—¿Quién habla? —preguntó cortésmente.

—Park ChanYeol.

Pero ChanYeol no escuchó su voz por televisión, porque justo en ese momento, HeeChul insertó el vídeo del holograma de Santa Sirena recorriendo el interior del templo. De manera que la llamada quedó fuera del aire.

—Por supuesto que sé quién eres —el tono de KyungSoo cambió radicalmente—. Sé que tú querías salir al aire, pero éste es mi noticiero, hombrecito, y aquí el que manda soy yo.

El celular había sido adaptado al teléfono de SeHun, por lo que éste y JunMyeon escuchaban la conversación. JunMyeon sonrió. Ese hombre era un hueso muy duro de roer.

—De acuerdo —concedió ChanYeol despreocupado—. Y antes que nada, quiero decirte que me honra hablar con el hombre más "tierno y honorable" de Morguenia.

—No te engañes, Park —respondió él—. Ya verás que puedo ser diferente.

Cierto, pensó JunMyeon.

—Con mucho gusto yo, ChanYeol, acepto tu invitación al noticiero...

¿Por qué hablaba así? KyungSoo iba a responderle con ironía, pero se dio cuenta de que la luz parpadeaba de nuevo en la cámara y el monitor indicaba AL AIRE. ¿Qué estaba ocurriendo? Miró al frente, buscando a HeeChul. Su productor le hacía señas de que, efectivamente, habían regresado en vivo, KyungSoo sintió que la furia recorría su cuerpo.

—La voz de ChanYeol salió al aire —reconoció apenado su apuntador—. Tienes que responderle, KyungSoo...

—Sí, ChanYeol —dijo él tragándose el enojo, para explicar a cámara—. Como lo oyen, estoy hablando con Park ChanYeol el ganador del Gran Tesoro y quién participó en la ceremonia de Santa Sirena.

—Es un placer hablar contigo —machacó ChanYeol—, y saludo a todos los morguenianos que me han brindado muestras de apoyo, cariño y bendiciones.

¿Quién se cree que es?, pensó KyungSoo.

—ChanYeol —dijo él en su tono hipócrita—, algunas personas desean saber de ti. Por eso me gustaría entrevistarte en el noticiero de mañana por la noche...

Park ChanYeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora