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Realmente San estaba completamente enamoradisimo de volver al sitio donde perteneció un período de su vida, pues gracias a ellos había aprendido a leer, escribir, hablar, caminar, gatear e incluso a comer. Verdaderamente estaba tan contento de volver a encontrarse con las personas que lo cuidaron.

Las estructuras por fuera eran las mismas, una enorme reja con bonito decoración o detalle y el edificio de un color beige con tonalidad un poco más oscura debido a que no le habían dado mantenimiento, los pisos eran verdes debido al césped y la puerta enorme como lo era antes.
Dando un respiro profundo se adentraron al sitio y se sorprendieron al ser reconocidos a primera vista.

-¡Jóvenes Jung Choi!, adelante adelante, ¡San ah~ cariño, mírate estás enorme! Ya todo un adulto, te pusiste muy apuesto y tu marido también lo es, espero y cuide bien de ti.-Dijo una persona de tercera edad abrazando al sujeto que le reconocía.

-Buen día, y si... Gracias. ¿Cómo es qué aún me recuerda?

-Desde que tus padres vinieron a preguntar por ti, no te olvidé. Vi que estaban en luna de miel, son una celebridad ahora en día.-Habló contenta sin despegarse del chico que ya comenzaba a ponerse nervioso.-Por cierto, si vienen a la adopción de un pequeño primero necesitaría comentarles cómo es el proceso, no es sencillo como ustedes pensarán, así que adelante, tomen asiento.

-¡No!. - dijeron los chicos a una sola voz, con diferencia de que uno lo decía con tono serio, y el otro nervioso.

-Es decir...-Reía nervioso San rascando su nuca para mirar a la anciana.-Me gustaría saludar, la señorita Kim ¿está aún aquí?.

-Si cariño, ella ahora mismo cuida de los niños de tres a cinco años. Ya sabes en donde está, adelante.-El chico asintió y caminó pero rápido se detuvo al escuchar la voz de la mujer.-Los tatuajes no son permitidos, no queremos que los niños los vean así que, su marido debe de cubrirse.

San soltó un suspiro pues había olvidado eso, y a la vez comprendió porque cuando conoció a WooYoung se le hizo una persona extraña por el amor a los tatuajes, sin embargo lo dejó de lado y le dio su abrigo para que este cubriera sus brazos y un poco su cuello.

-Anda vamos.

Tomando la muñeca de el menor, San lo encaminó hacia los pasillos, eran muy estrechos a comparación de lo que recordaba, veía todas las puertas que le traían recuerdos, jamás pensó que estaría de nuevo ahí por lo que sonrió enormemente imaginando se a él mismo de pequeño con un nuevo amigo... O sea WooYoung.

Se detuvieron frente a ellos una enorme ventana que demostraba a los niños jugar en el patio, estaba vacío ahora, segurante los pequeños estarían ocupados en enseñanzas o algo similar.

San se detuvo mirando por la ventana, podía verse así mismo jugando en esos juegos exteriores.

Soltó un suspiro y se dio media vuelta, frente a él estaba la habitación de acuerdo a las edades que le habían dicho.

-¿buen día? Señorita kim...-susurró mientras entraba y veía como la mujer tenía entretenidos a los niños haciendo manualidades.

-San-ah~ ya sabes que no debes de llegar tarde a clase.-Dijo la señora acercándose a él para abrazarlo.
Pues él siempre fue buen alumno y ella era la mujer que se encargaba siempre con él.-Tu marido es guapo, por favor pasen ¿quieren ayudarnos con los pequeños? Seguro se divertirán.

-No lo creo.-Dijo Woo recibiendo un leve golpe de su esposo, este no le gustaba tanto los niños por lo que sólo se sentó hasta atrás fingiendo que  los observaba.

-No nos invitaste a tu boda, que grosero.

-Lo siento señorita Kim, todo fue tan rápido que incluso fue gente que no conocía. - Dijo nervioso tomando asiento junto al escritorio, San miraba contento a los niños recordando cuando él ocupaba su lugar, notó cómo había aumentado la cantidad de niños huérfanos por lo que se sintió un poco mal.

-Se lo que piensas, y es que, hoy en día muchos padres se divorcian tal vez esta de moda y por ese motivo, no quieren encargarse y terminan aquí, o gente que se embaraza por accidente y los dejan dar a luz y los traen aquí, accidentes que le suceden a sus padres, o cosas como esas, es horrible por ello me encargo de que estén bien. 

-Entiendo.-Dijo mirándolos pero fue interrumpido por un niño que se le acercó, tenía su nariz un poco roja debido a algún resfriado que tomó debido a la temporada.

-Señor, ¿ustedes vienen a adoptar a alguien? Yo quiero que me escojan a mí.-Dijo muy incrédulo y sonriente.-Si me escogen les haré collares de fideos crudos.-Seguía con su sonrisa pero luego soltó una carcajada.-¡Los fideos crudos no se comen!.

-Por supuesto que no se comen.-Respondió San riendo con él.

-Han se quiso comer uno que hice.

-Él es HongJoong, olvidaste presentarte pequeño.-Le sonrió la señorita y el pequeño solo sonrió y se dio un leve golpe en la cabeza con su mano.

-Es verdad, tengo así de años.-Dijo colocando sus cuatro dedos de su manita.-Y soy HongJoong, ¡ya mero será mi cumpleaños!.-La mujer soltó una carcajada al escucharlo.

-Ve a jugar cariño.-Dicho aquello la joven risueña comenzó a susurrar palabras al chico a su lado mientras le menor se iba.-Su cumpleaños ya pasó, pero le dijimos que cumplía años el próximo año y lo dice tan orgulloso pues quiere ser niño grande, por cierto tengo una cita con unos padres que quieren hacer adopción, quedaron en venir a esta hora, así que si no te molesta ¿podrían cuidarme a los pequeños? Procuraré no tardar. ¿De acuerdo?

-Tardese el tiempo que le sea necesario, se como funciona esto así que déjeme lo a mí.

Cuando la mujer se marchó WooYoung se apresuró en caminar a donde estaba su marido.

-¿ya nos vamos? Me aburrí de estar viendo niños y ese de allá no saca su dedo de la nariz.

-Woo entiéndelos son niños, no tienen la culpa de nada y mucho menos en el sitio en donde están. Así que se amables con ellos porque los cuidaremos mientras la señorita Kim regrese.

-¿y qué se supone que haga cuidando niños?

-Imagina qué son tus hijos, ¿qué les darías?.-Al decir aquello el chico simplemente se quedó mirándolo con una ceja levantada pues no tenía ni idea de cómo cuidar niños, ni de lo que necesitaban.-Amor, la respuesta es amor, ellos más que nadie necesitan un poco de ello, así que intégrate con ellos.

-Señor, su amigo ¿puede ver mi dibujo?. -Habló aquel mismo niño con su voz toda resfriada sorbiendo con su nariz aquellos flujos nasales que salían de su nariz.

A WooYoung no le simpatizó e incluso le dio un poco de asco por lo que le ignoró y miró a San.

-¿ya ves?.

-Tranquilo, debes ser bueno, cuidadoso, paciente con ellos. ¿Verdad HongJoonie?.-Habló mencionando el nombre del menor con ternura mientras buscaba de su bolsillo un poco de papel higiénico y le ayudaba a limpiar al menor, este agradecido se fue con sus compañeros.

-Amor, pff... Ellos no merecen amor, no tienen padres por eso mismo están aquí encerrados, todos tontos sin conocer al mundo.

San no soportó escuchar eso y molesto tomó al chico de la muñeca apretando lo un poco a los pasillos lejos de los menores y darle una bofetada bien merecida.

-¿Cómo te atreves a hablar así de ellos sabiendo que yo fui una persona como ellos? Tú no entiendes lo que uno como niño vive aquí encerrado con una vida nada buena, cada vez incrementa el número de niños aquí que sus padres no les quieren y tu dices eso, es lo que menos quieren oír, al menos yo... Vete WooYoung si es necesario que te devuelvas a Seúl hazlo no tienes nada que hacer aquí. Y descuida que ya no me entrometeré a tu vida.

San había comenzado a llorar y de esa forma se metió de nuevo con los niños, estos vieron como estaba el mayor y la mayoría se acercó hacia él abrazándolo.

WooYoung jamás había visto ese compartimento de él por lo que miró la escena por la ventana.

DON'T MARRY ME (WooSan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora