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Extracto recuperado del diario de Elián Bishop II,

biblioteca personal del rey.

"Recuerdo el dolor que experimenté cuando los cirujanos me sometieron a la operación obligatoria para cambiar el color de mis ojos y así finalmente quedar establecido como un noble.

El ardor no desapareció por al menos una semana a pesar de poder ver con mayor precisión que antes. Sin embargo, la primera vez que observé mi reflejo en el espejo no pude reconocerme.

Grises. Mis ojos habían sido forzados a abandonar el conocido color café para ser reemplazados con un color frío que me producía rechazo. Peor aún fue observar el mismo color en los ojos de mis progenitores quienes se veían orgullosos de portarlo.

El decreto Wang de modificación genética fue lo último que precisé para darme cuenta que mi camino iba a estar alejado por siempre del que mi padre deseaba".


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