Una noche restaba para el apagón y seis días para que B-shop cruzara el agujero de gusano para no volver jamás. Parecía poco tiempo, tan solo un suspiro pero las horas para mí se hacían eternas. Tenía tanto en mente y en juego que cada paso podía significar el fin y estaba consciente de ello.
Demetria y Perseo habían pasado la noche en mi habitación, sin siquiera pegar un ojo, mientras planeábamos la mejor manera de escapar sin levantar sospechas. Teníamos algunos obstáculos que no iban a ser fácil de sortear.
En primer lugar, las naves secundarias se encontraban en un rincón blindado de B-shop al cual sólo se podía ingresar con una llave mecánica. Una única llave que portaba el capitán de la embarcación en su cuello.
En segundo lugar, debíamos distraer a Malvoro y a los reyes para que no sospecharan de nuestros actos y, sobre todo, para que al escapar Demetria no sufriera las consecuencias. Pese tener cierta inmunidad, si el resto de los pasajeros de la nave llegaba a tener conocimiento sobre nuestros actos y su participación en ellos, dudaba que sus padres pudiesen salvarla.
Por último, nuestro mayor obstáculo era Francisco quien me vigilaba a todas horas como un animal que espera el momento justo para cazar. Distraerlo a él sería aún más difícil ya que no podíamos embriagarlo ni captar su atención con coquetería.
El pronóstico era arriesgado pero era la única manera de conseguirlo. Demetria y yo debíamos robar una llave y distraer a las cuatro personas más influyentes de la nave en un período de dos horas, tiempo en el cual Perseo se encargaría de silenciar cualquier alarma y sistema que pudiese delatarnos.
ꟷ¿Es seguro llevar a cabo el plan dentro de dos días? –había preguntado Demetria la noche anterior.
ꟷClaro que sí, es la celebración del sol. Es el momento indicado –explicó Samuel, en un susurro a pesar de que estábamos seguros de que nadie podía escucharnos-, habrá alcohol por todas partes, juegos de azar y muchas distracciones que podremos aprovechar. Es de público conocimiento que el capitán Marshall Queen es un gran apostador y que suele embriagarse en esta fecha, Aanisa tendrá su oportunidad si eso sucede.
ꟷ¿Y Francisco? ¿O nuestros padres?
ꟷDeberás causar un alboroto, Dem. Uno que quede para la historia, enfrenta a tus pretendientes o intenta convencer a alguien que rete a un duelo a Malvoro, él deberá aceptar. Lo establece la tradición.
Perseo estaba en lo cierto pero no por ello significaba que su plan fuera fácil de seguir. La celebración del sol solía ser un descontrol y un derroche de recursos entre los nobles dado que representaba la fecha en que la Gran Guerra finalmente había concluido. Más aún, en honor al gran triunfo, los duelos entre nobles para probar su fuerza y coraje eran permitidos y elogiados ya que eran símbolo de la valentía que poseía los habitantes de Pangea, valentía que había sido necesaria para derrotar a los portugueses y su bloque en la guerra.
Personalmente lo consideraba una idiotez pero hasta ese momento no había comprendido la importancia que tenía para los Wang demostrar que cumplían y respetaban las costumbres del pueblo. Incluso si las aborrecían.
Malvoro debía aceptar, de lo contrario sería considerado como traición y los ancianos se levantarían en oposición. En adición, en un período de cincuenta años no se había retado a un duelo a la monarquía por lo que de suceder llamaría la atención de todos los pasajeros y tripulantes, incluido Francisco, quien debería proteger al futuro rey en caso de que la situación se descontrolara.
Sería un alboroto digno de recordar y nos dejaría el camino libre para escapar.
Demetria se encontraba junto a mí, en su habitación mientras dos estilistas nos arreglaban para la gran celebración. Había podido contactar a Zeta, quien con emoción y entusiasmo había aceptado arreglar para el evento a la princesa y a su amiga. Más aún, había traído un séquito de colegas para que destacáramos entre la multitud, lo que no resultaba difícil de por si al lado de Dem.
Mi cabello estaba siendo trenzado en lo alto de mi cabeza y mis manos y pies arreglados con sumo cuidado. La joven encargada de esa última tarea no dejaba de resoplar al ver el estado de mis uñas. A mi lado, Dem tenía una extraña máscara de pepino y los ojos cerrados, disfrutando de la sesión de belleza.
Estaba segura que adoraba ese tipo de cosas pese a no admitirlo a voz de grito, había sido parte de su vida todo ese tiempo y lo seguiría siendo de existir la posibilidad. Por el contrario, sentía que mi intimidad estaba siendo saboteada cada vez que alguien tocaba mi piel.
ꟷRelájate, Nisa.
Sus palabras sonaban despreocupadas pese a tener tanto en juego. Sin embargo, tenía razón. Debía mostrarme segura de mí misma, de mis actos y conocimientos de lo contrario todo esfuerzo se desmoronaría con facilidad.
ꟷTranquila, cielo, lucirás hermosa –Zeta exclamó con entusiasmo, sin comprender realmente el porqué de mis nervios-. Estoy seguro que conquistarás a más de un príncipe.
Guiñó un ojo en mi dirección con complicidad y sentí un nudo expandirse en mi interior. No necesitaba conquistar a ningún príncipe pero, a pesar de ello, una pequeña voz en mi cabeza traía el recuerdo de Samuel, el cual me esforcé por borrar.
ꟷTodo saldrá bien –la mano de Dem sostuvo la mía con fuerza y asentí en respuesta.
Solté todo el aire contenido en mis pulmones y con él, mis temores e inseguridades sobre esa noche. Mi padre me necesitaba fuerte al igual que Demetria y Perseo, no iba a defraudarlos y a mí misma tampoco.
Cerré mis ojos y dejé al grupo de estilistas arreglarme, no solo por fuera sino también en el interior.
Me distraje escuchando sus conversaciones chismosas en las que Demetria intervenía aportando detalles jugosos. Tenían algo para opinar sobre todos los pasajeros de la nave, rumores que nunca antes había escuchado pero que me dejaban con la boca abierta.
ꟷ¿Y qué me dicen del capitán Queen? ¿Los rumores son ciertos?
Solté una torpe risa para aguardar las apariencias y fue lo único que necesité para que comenzaran a hablar hasta por los codos. Sabía que Marshall Queen tenía una larga lista de amantes de una noche y esperaba escuchar todos los chismes que tuvieran sobre él.
ꟷ¡Por supuesto, querida! –soltó Zeta-. Incluso yo he estado con él.
Abrí la boca de par en par, no pudiendo creer lo que el estilista soltaba. Mi torpe plan para extraer información había resultado mejor de lo esperado.
ꟷ¿Y cómo fue? –le preguntó una de sus compañeras.
ꟷTiene más fama que habilidades, si sabes a lo que me refiero.
Todos sus acompañantes rieron a carcajadas, incluida la princesa que se encontraba encantada con los comentarios y chistes del estilista de cabello azul quién poseía una lengua afilada capaz de criticar incluso al noble más elocuente.
ꟷ¿Por qué preguntas, Aanisa? –Esbozó una sonrisa de complicidad-. ¿Quieres divertirte un poco?
Sentí mis mejillas arder por la sangre acumulada en mis vasos sanguíneos, no sabía si era correcto decir que sí pero probablemente podría darme algunos consejos que me sirvieran para distraerlo a lo largo de la velada.
ꟷQuizás.
Soltó un grito de emoción nunca antes escuchado y me abrazó con fuerza como si hubiera encontrado la solución a la escases de alimentos de Pangea.
ꟷMuestra un poco de piel y lo tendrás a tus pies, querida.
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¡Buenas! ¿Creen que el plan servirá? ¿Volverán a Pangea sin un rasguñó?
Gracias por leer =)
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Entropía
Science FictionEntropía: un nuevo comienzo Libro I Bilogía Génesis Maravillosa portada realizada por @Dream_is_to_Live ----- Cuando el mundo está al borde del colapso tienes dos opciones: escapas e intentas correr por tu vida, o te haces más fuerte y luchas. Aani...