Capítulo 23

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Convencer a Demetria sobre mi inocencia fue una tarea sumamente difícil, se encontraba realmente dolida y tenía toda la razón en estarlo. Sin embargo, poco después de diez minutos de largas explicaciones donde le relaté los días pasados y mis preocupaciones su ceño fruncido y sus lágrimas fueron reemplazados por una tímida sonrisa.

La había recuperado por el momento.

El camino a la habitación de Samuel fue acompañado de los insaciables deseos de Demetria de recuperar el tiempo perdido, por lo que me vi envuelta en una conversación sobre los chismes de la nave que tanto ella como yo sabíamos que no era más que una conversación incómoda que buscaba romper el hielo.

Me había perdonado por mis actos pero ello no disminuía el dolor que la soledad provocada por mí había causado en ella, podía deducirlo porque de haber estado en su lugar me sentiría de esa manera.

ꟷEstaba por ir a buscarlas.

En efecto, Perseo se encontraba a medio camino de su habitación con una leve expresión de inquietud en su rostro y con el cabello más despeinado que de costumbre.

ꟷSigo molesta contigo.

Para mi sorpresa, el príncipe mestizo al escuchar las palabras que escapaban de los labios de la rubia, tomó a su hermana entre sus brazos y la hizo acreedora de un fuerte abrazo que logró conmoverme en lo más hondo de mi ser. Necesitaba a mi familia, necesitaba a alguien que se preocupara por mí como esos dos lo hacían el uno por el otro a pesar de las discusiones.

ꟷ¿Estás al tanto de todo ya?

Demetria asintió con la cabeza y lo mismo hice yo, demostrando que efectivamente no me había guardado nada. Ella merecía saber la verdad.

ꟷBien, entonces puedes acompañarnos.

Mi habitación parecía otra en el momento en que los tres nos encontrábamos sentados en la sala de estar, como si nada hubiese ocurrido en los pasados días que hubiera vuelto incómoda nuestra pequeña y reciente amistad.

Perseo había propuesto realizar el video a mi padre en mi dormitorio, de manera que no se preocupara al verme en un lugar que no era habitual. Era una buena idea, a decir verdad. Conocía a mi padre y tenía la certeza de que se volvería loco si me veía preocupada y en un lugar que no era donde había grabado mi primer y único comunicado.

ꟷEntonces le dirás que debe poner un alto a la situación –comentó Samuel, con los codos apoyados en sus muslos y la mirada fija en sus manos-, que está causando más problemas de lo que parece y que te está poniendo en peligro.

Habría estado de acuerdo con Perseo minutos atrás pero tuve la necesidad de replanteármelo analizando las consecuencias.

ꟷNo –negué con la cabeza en un intento de darle énfasis a mi negativa-. Ellos no deben saber lo que sucedió aquí, de lo contrario no se detendrá hasta ver que ha causado un impacto colosal en el gobierno.

ꟷPídele que se detenga porque estás preocupada, creo que eso bastará.

Concordé con las palabras de Demetria considerando que expresar mi desazón sería más efectivo que mostrarme enfada. Conocía a mi padre lo suficientemente bien como para saber que expresar mi opinión con ira no iba a conseguir el impacto deseado. Levi Brais siempre había dicho que si necesitaba expresar mi desacuerdo con él o con cualquiera debía realizarlo tan calmada como pudiera puesto que no era conveniente mostrar mis emociones para prevenir que mi contrincante las usara a su favor. Si tan sólo hubiera seguido sus propios consejos no me hubiese visto en la necesidad de enviarle un mensaje secreto.

ꟷLos marcados no necesitan saber que he sido amenazada –expliqué-, eso sólo aumentaría su desprecio hacia el futuro gobierno de Malvoro. Debemos avanzar con cuidado, tanteando el terreno.

ꟷSólo que no tenemos tiempo para hacerlo.

ꟷCreo que ella conoce mejor a su padre que nosotros, Sam. Déjala hacerlo a su manera.

Demetria no había soltado muchos comentarios desde que habíamos arribado a la habitación como si tuviera miedo de decir algo torpe que llevara a su hermano a acusarla de ser un infante o que pudiera alejarnos de nuevo. Sin embargo, el hecho de que finalmente interviniera en la conversación era una muestra de que su perdón era real.

ꟷ¿Quieres que te dejemos sola?

ꟷNo, ustedes son parte de esto también.

Coloqué mi pulsera en la mesa de café como lo hacía cada vez que enviaba o recibía un mensaje y con parsimonia busqué la opción de enviar un video. Los hermanos se habían colocado en el lado opuesto de donde me encontraba con la finalidad de ver mi cara y de que fuera lo único que apareciera en la imagen. Más aún, Perseo se encontraba con su computador, abriendo un hueco difícil de hallar en los sistemas de manera que en el momento en que el mensaje dejara de grabarse fuera enviado con inmediatez a mi padre.

Cerré los ojos con fuerza y me obligué a soltar todo el aire contenido en mis pulmones. Me encontraba exhausta luego del entrenamiento y de los sucesos de esa noche pero no podía detenerme hasta asegurarme que mi padre hubiera recibido mi notificación.

ꟷHola papá –comencé, intentando no sentirme cohibida por la mirada de los herederos Wang-. Este video ha sido grabado de manera extraoficial por lo cual se borrará luego de que lo hayas visto, no puedes decirle a nadie sobre esto.

Mis ojos se posaron en el pelinegro, quién asintió con la cabeza dándome ánimos para continuar.

ꟷNo debes preocuparte, estoy bien y lo seguiré estando mientras sigas mis instrucciones. Hablo enserio papá –una parte de mí se endureció ante aquellas palabras, debía lucir seria y autoritaria para poder captar la atención de mi progenitor-. Debes parar esto, por favor. Sé sobre los marcados y tu participación en la revolución, tengo fuentes confiables en esta nave y me han mostrado los estragos de su intervención en la sociedad. Sé que lo que quieres es ayudar al igual que todos los que actúan a tu lado pero están ocasionando más inconvenientes que aquellos que quieren apalear.

«Conozco a la persona detrás de las medidas de seguridad que intentan castigar sus actos y puedo asegurarte que no se detendrá hasta que las calles sean un río de sangre, él no será indulgente con ninguno de ustedes y tampoco lo será conmigo. Por favor, papá, detén esta revolución hasta que encuentre una manera de ayudarte. Por favor, papá, no pongas en riesgo tu vida y la de todos los que conocemos por un plan ideado sin premeditación.

Sentí las lágrimas escocer en mis ojos y dejé que las mismas desbordaran y crearan su camino por mis mejillas. Él debía comprender cuan enserio hablaba y si debía verme débil para poder hacerlo no lo dudaría ni un momento.

ꟷHazlo por mí, papá. Prometo que ayudaré a los marcados y que volveré pero necesito que hagas esto hasta que pueda comunicarme contigo nuevamente. Por favor.

Sin más que decir, corté el videomensaje antes de que me volviera un desastre de lágrimas. Tapé mi rostro con mis manos, en un torpe intento de componerme. Deseaba con cada parte de mi ser que él escuchara mi mensaje y que acatara mi consejo, de lo contrario no sabría cómo actuar.

Sentí un cálido abrazo a mi costado y una tímida sonrisa tiró de las comisuras de mis labios. No tenía a mi familia a mi lado pero tenía a Demetria y a Samuel, y con ello era suficiente. Confiaba en ellos más de lo que lo hacía en mí.

ꟷ¿Cuánto tiempo crees que le tomará ver el video?

Limpié las lágrimas con el dorso de mi mano.

ꟷSi las cosas salen según lo esperado, el video arribará a su microordenador en el próximo minuto. No obtendremos una respuesta hasta dentro de tres días.

Asentí, era lo que esperaba.

Samuel podía enviar el mensaje por medio de un canal seguro pero no podía asegurar la recepción de los mensajes de mi padre por la misma vía dado que desconocía el momento en que los mismos fueran realizados.

Lo único que quedaba por hacer era esperar y desear porque mi padre tuviera la cordura necesaria para detener los disturbios y enviar un mensaje tranquilo en respuesta.


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