Aragog

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P.O.V LAUREN

Estaba acostada en mi cama jugando un jueguito tonto en mi celular mientras esperaba que Camila saliera del baño para que finalmente pudiéramos ir a la fiesta. Pensé que yo fuera la que tardaba en alistarse, pero la latina me ganaba enormemente, habían pasado unos largos minutos desde que se encerró allí dentro. Mi impaciencia me hizo resoplar cada minuto y rodar los ojos. Estaba a punto de quejarme por la demora cuando se abrió la puerta del baño, revelando a mi novia y llevando mi barbilla al piso con la imagen. Camila llevaba un vestido negro – muy corto, por cierto – con mi chaqueta de cuero por encima, que ya parecía haber adoptado para ella y debo admitir que se ve mucho mejor en ella que en mí, y su largo cabello castaño cayendo en cascada por sus hombros. Mi corazón latía salvajemente en mi pecho ante la mera imagen de mi novia sonriéndome, ¡esta chica, definitivamente, quería acabar conmigo!

- Dioses... – murmuré, atónita, analizándola de arriba abajo. – Los buitres caerán matando. – Abrí ligeramente los ojos con solo pensarlo.

-¿Que dijiste? – Cuestionó.

Levanté la vista rápidamente hacia su rostro y la encontré sonriendo torcidamente en un gesto estúpidamente sexy. Ella me está probando, oh... si que está.

-Huh... - Dejé salir el aire que estaba preso y me aclaré la garganta para no tartamudear –Dije que... - Me acerqué hasta envolverle suavemente la cintura con el brazo izquierdo - ¡Te ves hermosa! – Acuné su rostro con mi mano derecha y acaricié su mejilla rosada con mi pulgar, recibiendo una amplia sonrisa en respuesta a lo que dije. También me encontré sonriendo, antes de perderme en sus labios carnosos en un beso tranquilo, lento y envolvente. – No te alejes de mí ni por un segundo hoy, ¿oíste? – Endurecí mi expresión facial y entrelacé sus dedos con los míos.

- Por qué? – Levantó una ceja juguetonamente.

-Solo... ¡no salgas! – Balanceé la cabeza negativamente, y la risa de Camila sonó por la habitación.

- No te preocupes, mi celosita. – Entreabrí los labios con incredulidad y ella se rió de nuevo antes de avanzar y abrazar mi cuello con el brazo libre. – No hay ningún lugar donde quiera estar, excepto tu lado, mi amor. – Toda mi pose se fue cuesta abajo con solo una frase. Observé sus labios ligeramente enrojecidos y los tomé para mí, sumergiéndome en ese sabor único que solo ella tiene. Su dulce y maravilloso olor invadió mis fosas nasales y aturdió mis sentidos, llevándome a un estado de éxtasis completo. Sus uñas producían una caricia caliente en mi nuca, y mi mano izquierda presionaba su cintura aún más contra mí. – Hmm... – jadeó con mi labio inferior entre dientes, soltándolo enseguida. – Tenemos que irnos. – susurró contra mis labios, acariciando mi barbilla con su pulgar. Asentí débilmente y le robé un último beso.

Suspiré mientras nos alejábamos. Camz caminaba hacia adelante y prácticamente me arrastraba de la mano. Honestamente, ya no estaba tan emocionada así por esa fiesta. Quería darme la vuelta y disfrutar de las últimas horas de silencio que teníamos con mi princesa, solo quería pasar el tiempo acurrucándome con ella mirando una película tonta y fingiendo ser normales. Pero también extrañaba a las chicas – aunque no lo admitiría – y había pasado mucho tiempo desde que íbamos a una fiesta, y Camila estaba totalmente emocionada de ir.

Cuando cruzamos el patio no me sorprendió ver que todos ya estaban allí. Sin embargo, estaban parados frente a la estatua de Zeus mirando fijamente el bosque de abajo. Camila y yo nos acercamos confundidas, y nadie se movió.

-¿Qué está pasando? – Rompí el silencio sepulcral que se instaló allí, y recibí muecas de regaños.

- Estate quieta cara pálida, hay alguna cosa moviéndose en el bosque. - Verónica, que estaba más cerca, fue la que me respondió, sin apartar la vista de los árboles.

Ice and Fire - TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora