Eleven.

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Cuando desperté Daniel ya no estaba.
Subí a la habitación y no estaba allí, tampoco en el baño, ni menos buscando comida en la cocina. Pero Mía tampoco se encontraba en su habitación.

Marqué el número de la madre de Daniel, Keri y esperé a que atendiera.

-hola linda-contestó alegre-¿cómo estás?
-hola Keri-sonreí aun que sabía que no me vía-está todo bien, por suerte-me reí-¿Mía está ahí?
-Sí, Daniel la dejó hace algunas horas ¿no lo sabías?-escuché la voz de Anna a lo lejos.
-No lo sabía-suspiré pasando mi dedo por el puente de mi nariz-¿él está allí?
-Um...no, no está aquí ¿tú estás en la casa?-asentí y luego recordé que no me veía.
-Sí, estoy aquí.
-¿y él...no está ahí?
-no...
-Que raro, dijo que iría para allí, creí que estaba contigo.
-Keri, ¿hace cuanto se fue de tu casa?-se mantuvo en silencio unos segundos supongo que mirando la hora.
-Fue hace aproximadamente...dos horas-hubo un largo silencio por parte de ambas-¿crees que le haya pasado algo?
-No, no lo creo-me apuré a hablar-debe de estar con alguno de los chicos o algo así-suspiró supongo que algo preocupada-llamaré a Zach, seguro está con él.
-Está bien, dime cuando lo encuentres.
-Bien, adiós Keri.
-adiós, linda.

Cambié mi ropa rápido, até mi cabello en una coleta alta y luego cepille mis dientes. Mi cara estaba horrible, por lo que tomé unas gafas de sol obscuras y luego salí de allí manejando con rapidez por las calles de Los Ángeles.

Estacioné el coche frente de la casa de mi mejor amigo y caminé a paso rápido hacía la entrada. Golpee la puerta dos veces y al no obtener respuesta comencé a tocar el timbre con desesperación.

Lo escuché hablar enojado del otro lado de la puerta y luego abrió. Quedé perpleja mirándolo y no pude evitar sonreir para no explotar en carcajadas.

-¿que quieres?-rodó los ojos.

Traía su torso desnudo, deduje que tampoco traía bóxer ya que este no sobresalía por su pantalón mal puesto. Su cabello estaba completamente alborotado y tenía marcas en su cuello. En definitiva Steph estaba haciendo un buen trabajo con él ya que se notaba lo desesperado por volver a entrar, y algo dentro de sus pantalones rogaba por volver a salir.

 -¿estabas ocupado?-no pude evitar reír y él me miró serio.

-enserio ¿que quieres?

-¿has visto a Daniel?

-¿enserio vienes hasta aquí para preguntarme si e visto a tu novio?-me miró con la cejas levantadas y yo esperé a que siguiera hablando-¿es una broma?

-me desperté y él ya no estaba, se llevó a Mía a la casa de sus padres y les hizo creer que estaría conmigo cuando no es así, creí que tal vez estaría contigo, pero a no ser que él me engañe contigo y tú engañes a Steph con él dudo que lo hayas visto-negó-¿noche agitada?-lo miré pícara.

-¿puedes irte ya?-rogó extendiendo su brazo.

-oh claro, lo siento, tú chica te espera-le guiñe un ojo.

Me giró y me dio un empujón lejos de la puerta y luego la cerró, yo reí y me encaminé al auto.
Sabía que no estaría con Jack ni Gabbie puesto que ambos habían salido de la ciudad en ''un viaje familiar'' según ellos dijeron.

Manejé hasta la casa de mi rubio favorito y me bajé arrastrando los pies, comenzaba a sentir bastante hambre y quería parar con esta estúpida búsqueda.
Golpee la puerta y unos segundos después Corbyn abrió la puerta. A diferencia del morocho de hace algunos minutos este si estaba vestido, ya estaba arreglado y juraría que hasta ya había hecho todas sus rutinas mañaneras que le gustaba hacer.

-Hola Corbyn-le mostré una sonrisa que él imitó.

-Hola Zoe-cerró un poco la puerta para que no mirara el interior de la casa-¿que haces aquí?

•Don't stop loving me•  3°《Daniel Seavey & Jonah Marais》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora