13.

8.4K 710 356
                                    

EMILIO

El chico frente a mi levanto su rostro observándome con tristeza, sus orbes estaban cristalizados, como si ya no pudiese retener las lágrimas.
Me acerque sin pedir permiso y rodee con mis brazos su cuerpo; el no se resistió pero tampoco hizo otra cosa, entonces besé con delicadeza su cabellera y a los pocos segundos sus palabras rompieron mi burbuja.

—Yo no. —habló él.

—¿Qué?

—Yo ya no te quiero, Emilio.

Me quedé prácticamente helado, como si no creyera que me estuviera diciendo aquello. Me separé lentamente sin quitar la mirada de su rostro buscando señal alguna de una mentira, pero no la encontré. Las lágrimas cayendo por sus ojos sin molestarse en retenerlas, pero su expresión continuaba completamente seria. No era una broma.

—¿D-de qué hablas? —pregunté sin comprender.

—Deberías irte. —dijo seco mientras se daba la vuelta.

—E-espera explícame... —le intenté detener pero él se giro viéndome de mala manera.

Retrocedí un paso y bajé la cabeza sin remedio mientras me daba la vuelta y salía de la casa cerrando la puerta a mis espaldas.
Me quedé de pie un buen rato sin decir nada, lágrimas saladas recorriendo mis mejillas. Sacudí levemente mi cabeza y me limpie bruscamente, era su culpa. Despues de días, he sido yo quien ha venido a pedir una disculpa y decir que me importa, ¿para que reaccione de esta manera?

¿Por qué me encontraba así de todas maneras? El efecto que Joaquín mantenía sobre mi, era un jodido misterio. No debería pasarme esto a mi.

Sin querer dar mas vueltas al asunto me coloque de nuevo mis auriculares y volví a correr con rumbo a mi departamento.

Vaya inicio de mañana.

[ *** ]

El camino de regreso no fue con las mismas ganas del principio, por alguna razón el corazón se hundía en mi pecho cada vez mas provocándome unas inmensas ganas de romperme a llorar.

Abrí la puerta del departamento completamente agotado y con sudor recorriendo mi rostro; me encontré a María sentada en el sofá de la sala moviendo su pierna impaciente, pero al notar mi presencia se levantó como histérica

—Por dios, Emilio. —su rostro se encontraba completamente angustiado pero mezclado con la furia, se encontraba en ropa interior y con una de mis camisas —¿Dónde estabas?

—No importa.—respondí cansado.

—Si importa, te llamé al teléfono y nunca contestaste, tenía miedo de que te hubiera pasado algo.—contestó aún desesperada.

—No exageres, ya estoy aquí. —dije mientras me dirigía a la cocina por algo de comer, pero ella me tomó del brazo para que me detuviera.

—Estabas con el idiota de Joaquín, ¿verdad? —preguntó.

—Hey, —le reclamé soltándome —de él no hablas de esa manera.

—Si estabas con el, —reclamó mientras me daba la espalda —no entiendo porque aún lo sigues buscando, desde hace semanas que no a querido saber de ti, y tu vas ahí a buscarlo sabiendo que pierdes tiempo.

Rodé los ojos. Me molestaba mucho cuando se expresaba así de las personas, no era la primera vez despues de todo. Ella se ponía celosa y me reclamaba incluso cuando salía con alguno de mis amigos, me interrogaba como si hubiera cometido un jodido crimen.
Hablaba mal de todos y yo nunca se lo había impedido, me dejaba manipular por ella y ni siquiera sabia porque.

—Ya déjalo, ¿quieres? —le dije sin mas.

—Si serás terco, —expresó con su característica poca paciencia —quiero que entiendas que ya no quiero que tengas contacto alguno con Joaquín, pareciera como si te importara mas que yo, que soy tu novia.

—¿No te cansas de ser así, de verdad?—le solté sin mas —Yo me voy a seguir juntando con quien se me de la chingada gana, un "regaño" tuyo no me afectará. María ya deja de ser tan tóxica, pareciese como si solamente pensaras en alejarme de todos.

—¡Lo hago por tu bien, entiéndelo! Joaquín seguramente te esta pegando lo joto porque ya incluso lo defiendes como si él fuera tu novio.

Al decir aquello levanté mi mano con intensión de golpearla, por suerte reaccione antes de cometer tal locura, ella me seguía fulminando de manera furiosa. Intentaba relajarme pero estando ella aquí no podía ni siquiera respirar con tranquilidad.

—Tu vuelves a hablar así de él y te prometo que no respondo.

—Y tu vuelves a hablar con el y esta relación de acabo. —intentó amenazarme con eso, pero había resultado tal y como quería.

—Pues se acabo.

—¿De qué hablas? 

—Lo nuestro. Yo seguiré viendo y hablando con Joaquín las veces que se me de la gana, él es alguien por quien vale la pena pelear, no me arrepiento de nada de lo que paso entre nosotros.

—¿A qué te refieres con eso?

Estaba tan furioso que ni siquiera medí las consecuencias de lo que dije despues de aquello.

—Las veces que nos acostamos antes de que tu llegaras. —le solté sin mas. 

Una fuerte cachetada resonó por toda la habitación.

—No puedo creer que alguna vez me fijé en ti... —mascullo entre dientes antes de dirigirse a mi habitación y azotar la puerta.

Me quede inmóvil por unos minutos en un intento de procesar lo que acababa de pasar. 

Ella salió tan solo minutos despues, vestida y con su maleta en manos dispuesta a irse; paso a mi lado sin siquiera mirarme y volvió a azotar la puerta principal del departamento dejándome completamente solo.

¿Anoche? [Emiliaco] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora