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CINCO MESES ATRÁS.

NARRADOR

Las nubes grises cargaban una fuerte tormenta, la tarde apenas cayendo en la ciudad y al parecer salir no era una opción factible.

—¿Sam? —la voz pacifica de Emilio hizo eco en la habitación de la adolescente llamando su atención.

Ella se encontraba mirando por la ventana, su mirada pérdida en el cielo como si nada mas habitase a su alrededor.

—¿Si? —contestó mientras dirigía su mirada a su padre.

—¿Estas segura que vienes conmigo? Puede ser aburrido para ti acompañarme, es solamente si quieres.

—Papá ya te dije que si, no me gusta estar encerrada todo el día en casa, al menos salir contigo no será tan aburrido. —contestó con una sonrisa.

—Bien, entonces alístate, nos iremos en diez minutos, ¿tienes tus cosas?

La chica asintió mientras señalaba su pequeña maleta en la cama, Emilio le dedico una última sonrisa y salió de la habitación en dirección a la suya.

Un bufido algo ruidoso resonó en la silenciosa habitación, ella se acerco verificando que Emilio no estuviera ahí y cerró la puerta mientras suspiraba cansada.

Esa, no era Sam.

HAYLEY

Como odiaba a ese tipo. No entiendo como es que esta niña aguanta a su familia cuando se la pasan molestando todo el tiempo, estoy segura que ya me hubiese ido de aquí desde hace tanto.

Con sumo cuidado abro de nuevo la puerta verificando que el pasillo este solo, rara vez esta casa estaba silenciosa, pero ahora afortunadamente es así.
Me acerque a la puerta de la habitación de Emilio y Joaquín para verificar si estaban dentro, al parecer no sospechan de mi desde hace ya dos días, me sorprende que no se les haya hecho extraño que la pequeña Sam estuviera encerrada en la habitación todo el día.

Escuché susurros del interior, todas las demás puertas de la planta alta estaban cerradas y abajo no había ninguna luz encendida.

—¿Estas seguro que se irán ahora? El cielo esta muy nublado. —Joaquín habló.

Estaremos bien, te prometo que conduciré despacio. Además —hizo una pausa —sabes que nunca arriesgaría a mi propia hija.

—Emilio estoy hablando enserio, quédense, no tienes prisa, el lugar esta a dos horas y podrías llegar a tiempo si te fueras mañana temprano. —Joaquín insistía.

Amor cálmate, te notificaré todo y Sam también, cuando lleguemos al hotel te llamaré. —un largo silencio inundo el lugar —Oye, me mandó un mensaje ayer.

—¿Qué? ¿Por qué no me lo dijiste? —pauso —¿Sabes que puedo simplemente ir con el tipo para que te dejé en paz de una vez? Digo, ¿Qué es lo que quiere?

—No lo se, pero simplemente lo dejó en visto, no es para tanto de verdad.

—¿No es para tanto? Emilio, te manda mensajes casi todos los días, ni siquiera se han visto desde hace diez años y cree que siguen siendo amigos.

¿Anoche? [Emiliaco] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora