33.

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NARRADOR

El silencio incómodo que se formo en el ambiente de repente hizo que ambos chicos pasaran saliva nerviosos, Joaquín no estaba seguro si lo que estaba haciendo debería ser en un momento como ese, se sentía nervioso por el simple hecho de que sabía que se molestaría y que lo echaría de una vez por todas de su vida.
Por otra parte el rizado se sentía asustado al pensar que Joaquín se iría de nuevo, o que todo lo que paso fue otro error, eran miles de posibilidades que no tenía ni idea de que creer.

—¿Qué ocurre? —respondió el rizado lo mas calmado que pudo.

—Y-yo... —se calló al escuchar el sonido de la puerta principal de la habitación.

—¡Chicos! —la voz de Nikolas al otro lado los alerto —¿Por qué la puerta está con seguro?

Los nervios aumentaron al ver la situación en la que se encontraban, ambos con una sábana apenas cubriéndolos, y completamente desnudos.
Saltando de la cama corrieron por toda la habitación recogiendo sus cosas.

—Eh, Niko si estamos aquí, solamente que Joaco esta bañándose y yo acabo de despertar. —se excuso el rizado esperando que su amigo se lo creyera.

—Oh bueno, pues cuando ya estén listos bajan a desayunar porque despues de la tremenda borrachera de anoche no creo que tengan energías como para irse a casa ahora.

Emilio ahogo una carcajada ante el comentario, pues no es precisamente por eso que se encontraban cansados, al contrario, por la caliente situación en la que había estado con Joaquín minutos atrás.

—Claro, si, bajamos en unos minutos.

Al escuchar los pasos alejarse de la habitación ambos pudieron reir libremente, sabían que Nikolas se creería su pretexto y que además no cuestionaría mas, pues según ellos sonaron muy convincentes.

—Bueno tonto, —reía Emilio —metete a bañar rápido porque sino ya valió madre todo.

Entre risas Joaquín obedeció, y seguido Emilio. Procuraron hacer las cosas rápido para que no sospecharan, y de igual manera se arreglaron para por fin abrir la puerta de la habitación y encaminarse a la cocina donde seguro Nikolas los esperaba.
Para su sorpresa este no se encontraba solo, Emanuel y Diego se encontraban ahí, solamente que por lo mal que lucían seguramente estaban pasando mal todo el tema de la resaca.

—Oigan, tardaron demasiado ¿Qué tanto estaban haciendo o que? —preguntó Diego a los chicos provocando sus nervios.

—Oh, es que tardo demasiado tiempo en bañarme y aún faltaba Emilio así que, ya sabes. —intentó excusarse Joaquín mientras movía sus manos de manera graciosa intentando explicar.

—¿Y por qué no saliste y buscaste otro baño Emilio? —le cuestiono Nikolas.

—Es que... —paso saliva —no paso por mi cabeza eso, vaya tonto. Pero bueno, miren la hora, ya es tarde y tengo que irme, espero verlos a todos luego; —se despidió de todos con movimientos de mano rápidos mientras se dirigía a la puerta —Joaquín, fue un gusto volver a verte, ya sabes que cuando necesites lo que sea solo bastará una llamada. —le guiño el ojo al castaño ganándose un ligero sonrojo.

Apurado y aún hecho un mar de nervios Emilio salió de la casa encaminándose a su auto que aún se encontraba aparcado en la orilla de la calle; entro en este y despues arranco con rumbo a su departamento. Le parecía sumamente tonto haber escapado de una situación como esa, sobre todo cuando Joaquín le había dicho que tenia que hablar con él, y por la manera en la que lo dijo parecía serio. Se lamento al instante.

—Mierda. —se reprocho a si mismo mientras suspiraba estresado.

Por otro lado Joaquín aún con su expresión confundida se sentó en la mesa donde los otros tres chicos le miraban divertido.

¿Anoche? [Emiliaco] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora