16.

8.3K 694 142
                                    

EMILIO

Y de la misma manera que mostré aquella sonrisa se esfumó. Joaquín era un excelente partido evidentemente, pero por mas que me costara necesitaba que estuviera con una persona dispuesta a amarlo en su totalidad, que no solamente se interesará por la manera en la que disfrutaban el sexo; lo único que yo sabía era herirlo y regresar a él porque no tenia la suficiente fuerza para alejarme. Era débil.
Cerré los ojos y tomé sus manos para quitarlas y alejarme un poco de él.

—¿Emilio?

-—Joaquín y-yo... no puedo.

—¿Por qué no?

—Soy malo para ti, eso es lo que pasa, —masculle honesto mientras levantaba la mirada poniendo atención a la tristeza que inundo su mirada de repente —y tu lo sabes perfectamente.

—Y-yo... —lo interrumpí.

—Déjame hablar de esto. —solté —Esto no va a funcionar, lo vi de todas las maneras posibles, no dormía por la noche pensando en esto... tu y yo no podríamos estar en una relación, porque yo solamente he venido a buscar sexo, no a sentir algo mas. Pero ahora algo cambio, la falta que me haces diariamente me hace querer pegarme con una piedra; causas estragos en mi que no puedo explicar pero no puedo, —señalé el espacio entre nosotros —no podemos continuar con esto. No estoy seguro de lo que siento, y te estoy dañando con el simple hecho de dudar. Mi cerebro me dice que me aleje lo mas que pueda de ti, sacarte de mi vida. —suspiro —Estar a tu alrededor me vuelve loco, y no estar a tu alrededor me vuelve loco.

Bajé la cabeza y me quedé en silencio; sentía la mirada de Joaquín aún sobre mi pero no era capaz de enfrentarlo, no despues de haberle soltado todo eso.

—Pero... ¿Qué es lo que tu quieres? —cuestiono despues de un rato, yo levanté la cabeza desconcertado —¿a quién le harás caso? ¿A tu cerebro? ¿O a tu corazón?

—Y-yo...

Y como si dios escuchara mis suplicas de salvación, el celular de Joaquín sonó en la mesita de noche a nuestro lado, pero aún así no quito su vista de mi persona, y tampoco tomaba el aparato.

—¿N-no vas a contestar? —pregunté en un intento de romper la tensión.

—Quiero que me respondas, Emilio.

—Es Diego.—dije intentando evadir de nuevo.

Finalmente miró la pantalla y me dio una última mirada de reojo antes de tomarlo entre sus manos y deslizar para contestar. Diego es tu debilidad, pensé mas no lo dije.

El se quedó en silencio mientras escuchaba que es lo que él le decía al otro lado de la línea mientras yo miraba el suelo incómodo intentando escuchar, aunque para mi mala suerte no pude captar una sola palabra.

—Claro, —por fin habló —¿tu vienes por mi? —fruncí el ceño —Excelente, te espero.

Cuando colgó le miré con una expresión acusatoria, aunque él no hizo caso y se levanto de la cama.

—¡Hey! —le llamé —Tu estas enfermo, vuelve a la cama.

—¿Desde cuando te importa? —contesto con una falsa sonrisa mientras buscaba que ponerse en su armario.

—¿Es en serio Joaquín? —rodé los ojos.

—No entiendo porque no te vas, tu respuesta fue muy clara. No veo otra razón por la que sigas aquí.

—¿De qué carajos estas hablando? —pregunté perdiendo la paciencia, él se acerco a mi con una expresión seria.

—Si querías que se acabará todo esto definitivamente pues ya esta, ahora, me dejaste en claro que no podemos seguir con esto, pues estoy de acuerdo; no estaré esperándote toda una vida, Emilio. —suspiro —Lo intente, ¿si? Lo que dije no va a importar a menos que tu estés comprometido, no lo estas, pues ahora me toca a mi darle la oportunidad a otras cosas, deshacerme por completo de estos estúpidos sentimientos que tengo hacia ti. —abrí la boca indignado dispuesto a terminar con esto definitivamente.

—¡Bien! Se termino, ¿sabes que? No vuelvas a buscarme, no quiero verte, no quiero escuchar tu voz y definitivamente no quiero seguir siendo tu amigo.

Mis palabras hicieron que su rostro cambiara por completo, vi a sus ojos cristalizarse; la culpa quiso hacerme cambiar de opinión, pero mi orgullo fue mas grande, así que solamente pasé a su lado dirigiéndome a la salida de su casa.

Estando ya fuera escuché sus gritos provenientes de la escaleras, pero con él dolor de mi corazón lo ignoré por completo y salí de ahí para despues empaparme por completo gracias a la lluvia que no había cesado desde hace ya un par de minutos.

[ *** ]

Caminaba sin rumbo alguno, no tenía ninguna capucha o una sombrilla, mis manos estaban en los bolsillos de mi pantalón mientras miraba el suelo con tristeza. La había arruinado por milésima vez, y ahora no estaba seguro de si volvería a recuperarlo.

Aunque pareciese que el destino quería hacernos otra jugada, porque cuando menos lo esperé las cosas mejoraron, aunque no podría decir que fue tan rápido y duradero.

¿Anoche? [Emiliaco] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora