34. [Parte 1]

6.9K 635 400
                                    

DÍAS DESPUES.

EMILIO

Mientras abría los ojos con pereza, alcancé a divisar mi celular vibrar frente a mi. Habían sido días duros, mis ánimos estaban bajos y tenia sueño constantemente, por lo que ahora estaba tirado en la cama despertando de un sueño profundo; aunque mi plan inicial no fue dejar mi celular frente a mis narices, ya que no fue mucho esfuerzo para sentir las vibraciones y como los mensajes no paraban de llegar.

Rodando los ojos me puse el aparato en la oreja sin siquiera verificar quien era.

—¿Hola? —pregunté mientras volvía a recostarme cerrando los ojos.

—Hola Emilio.

—Ah, ¿Qué hay? —respondí sin ganas, y sin hacer movimiento alguno.

—Quiero hablar contigo, creo que nuestros malentendidos han sido mas constantes últimamente y de verdad no me gusta estar mal contigo. Me importas.

—Si, tienes razón, no podemos pelearnos por cualquier simpleza, además tu también eres mi amigo y —hice una pausa —has hecho tanto por mi que no quisiera perderte.

—Gracias. Entonces, ¿si nos vemos hoy?

—Claro, ¿a qué hora?

—¿Te parece a las 7 en donde siempre?

—Perfecto, ahí estaré. —sonreí levemente antes de colgar la llamada.

Admito que Javier y yo si habíamos estado mas distantes e inestables últimamente, cualquier cosa por mas mínima que fuera provocaba una pelea, y no una pequeña, sino una grande en donde ambos nos poníamos a la defensiva contra el otro. Pero no me gustaba estar así con él, debo admitir que por mas tóxico que se haya vuelto esto, él fue mi amigo, me apoyo incluso cuando creí que el mundo me daba la espalda, estaba seguro que era un chico que no se merecía nada malo, lo único que quería hacerle saber era que yo también estaría para él a pesar de todo; pero nada resulto como lo quise, gracias a una cosa vino la otra y terminamos en un lio mientras pasábamos noches juntos, aún sin sentir nada.

Me levanté de la cama mientras suspiraba, me había quedado dormido alrededor de una hora y aún estaba cansado, pero no quería evitar arreglar las cosas con mi amigo, necesitaba hacerlo.

Sin mas que hacer decidí meterme a la ducha de nuevo, sabía que al menos en ese momento podría desestresarme, aunque sea por unos pocos minutos.
Tomé las cosas de mis cajones y una toalla para despues adentrarme en el baño, encendí la regadera y cuando la sentí en la temperatura ideal me adentré, mientras comenzaba a sentir gran relajación en el momento que el agua resbalaba por todo mi cuerpo cerré mis ojos; aún tenia muchas cosas en la cabeza sin evitar el tema de Joaquín, era tan feliz al saber que despues de todos estos años tuve la oportunidad de volver a verlo, abrazarlo, tocarlo y que ahora estaba seguro nuestra relación mejoraría, porque ahora estaba mas que dispuesto a dar todo de mi sin importar nada, porque él era lo que necesitaba para ser feliz.

JAVIER

El dolor que sentí al realizar ese corte profundo en mi antebrazo no era comparado al que sentía dentro en mi corazón, me sentía una persona miserable y egoísta al pensar que pude ser capaz de enamorarme de alguien que ya tenía ocupado el corazón; me parecía ridículo malgastar mi tiempo y lágrimas en alguien que por mas que me esforzara jamás me prestará la atención que yo quiero, por la simple razón que ya tiene quien lo haga sonreír, quien lo haga disfrutar del tiempo mientras están juntos.

Aunque a la vez quería que todo eso no pudiera ser, que algo realmente malo pasará entre ellos y que no pudieran ser capaces de verse de nuevo a la cara, logrando que Emilio fuera para mi, solamente mío.

¿Anoche? [Emiliaco] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora