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Joaquín.






No lo admito, pero me dolió el escuchar a Emilio decir que no podíamos cuidar del pequeño.

De alguna manera, una pequeña esperanza de formar una familia con Emilio, estaba creciendo y sé que no debo ilusionarme demasiado, pero creo que ya es tarde, porque mis ilusiones ya están hasta el cielo.

Toda la noche la pase pensando en como seria si estuviera embarazado realmente.

-Mira -dijo Ian llamando mi atención hasta donde él estaba.

-¿Qué se supone que es? -pregunté sosteniendo su dibujo en mis manos.

-Uno de tus vestidos -Apunto a un vestido en específico, uno azul marino que estaba en el aparador de la tienda.

Sonreí al ver sus pequeños hoyuelos formarse en sus mejillas.

-Es muy lindo, me gusta mucho.

-Te lo regalo, yo puedo hacer otro -regreso corriendo a la mesita donde lo había dejado con muchos crayones y un montón de hojas para que se entretuviera en algo.

-Ayuda, ayuda -dijo mi amigo dramatizando.

-Ya, ya, no seas dramático, dame eso -tome las cajas en mis manos, ni siquiera estaban pesadas.

-No soy dramático, el embarazo me hace sensible, en tiende.

-Claro, ¿como esta mi sobrino? -pregunte mientras dejaba las cajas sobre la mesa.

-Perfecto, el doctor dice que esta muy bien, y que pronto tendré a mi lindo niño en mis brazos -sonrió acariciando su vientre.

-Me alegro mucho.

Alan miro hacia atrás donde se encontraba, Ian.

-¿Qué pasará con el pequeño?, ¿tú y Emilio piensan adoptarlo?.

-Aun no tocamos ese tema, pero.... Por ahora lo cuidaremos.

-Bueno, ya sabrán que hacer -saco su celular y luego me miro- Joaco, tengo que ir con Carlos, tenemos una cita con el médico.

-Esta bien, suerte, te cuidas -asintió y me dio un abrazo antes de despedirse.

Mire a Ian, ya se estaba haciendo tarde y teníamos que regresar a casa.

-Ian, ¿te gustaría ir por un chocolate caliente? -le pregunte y el pequeño me miró con sus ojitos brillando.

-¿En serio? -se levantó feliz.

-Claro, ven, vamos por uno y luego regresamos a casa -tome el abrigo del perchero, era parte de la nueva colección para niños.

-Gracias... Joaquín -sonrio colocándose el abrigo y yo me puse el mío.

-De nada pequeño -tome su manita caminando hacia la puerta.

No cerré porque otras personas lo hacen, salimos del edificio.

-¿Eres dueño de ese lugar? -pregunto el pequeño tomando mi mano.

-Sí, bueno, no diria que dueño, pero si, es mi empresa.

-Son muchos pisos.

Reí al escuchar su comentario.

-Eso mismo pensé yo cuando compre el lugar.

Sonrei al verlo dar saltitos mientras caminaba, en serio es tierno.

Después de haber comprado el chocolate caliente ambos caminábamos a casa, hacía frío, pero ya casi llegábamos.

Entramos por la puerta tracera para que no nos vieran.

-¡Amor! -grite al entrar a la casa, pero no contesto nadie, bueno, tal vez aún no llega- ¿Quieres cenar? -pregunte al pequeño quien asintió con la cabeza- Bien, ¿me ayudas a preparar lasaña?.

-Claro.

[....]

Deje a Ian en una de las habitaciones para invitados.

Emilio, aun no llegaba y me estaba preocupando, lo llame un par de veces, pero no contestaba.

La puerta se abrió, era la puerta de entrada y corrí escaleras abajo. Vi como dejaba su abrigo en el perchero y cerraba la puerta poniendo la alarma de seguridad, me miró sonriendo y me lance sobre él cuando se acercó a mí.

-¿Por qué tardaste tanto? -pregunté sin soltarlo.

-Grabe nuevas canciones para el álbum.

-Eso no te justifica, siempre me llamas cuando vas a llegar más tarde, y esta vez no lo hiciste.

-Perdón, me quedé sin batería -saco su celular de su bolsillo he intento encenderlo, pero nada, estaba completamente muerto.

-Okay, estas perdonado.

Sonrió levantándome para que enrrollara mis piernas alrededor de sus caderas mientras me sujetaba y me cargaba hasta la habitación.

-Bien, pero yo quiero reconciliación, además tienes debiendome un delicioso desde el concierto -alzó las cejas con picardia.

-Yo no recuerdo haber prometido nada al respecto.

-Pues si lo hiciste, ahora paga la deuda, mi amor -sonreí cuando comenzo a dejar besos en mi cuello de manera juguetona.

-Emilio, basta, me haces cosquillas y lo sabes -reí sin dejar de tomar sus rizos entre mis manos, y recordé que el pequeño estaba en la otra habitación y nos podría escuchar, así que no podríamos hacer nada. Lo aleje un poco de mi- Emi, Ian, esta en la otra habitación, recuerda.

-Oh, es cierto, por un momento lo olvidé, pero... ¿Me vas a dejar así? -hizo un puchero cruzándose de brazos.

-No seas dramático, tenemos una semana sin hacer nada, puedes esperar otro poco.

-Bien, no importa, después sera -se acomodo en la cama dándome la espalda, ¿En serio se pondrá así solo por eso?.
Rodé los ojos y deje varios besos en su cuello y leves mordidas- No hagas eso si no piensas terminarlo. -dijo serio.

-Emi...

-Joaquín, así dejalo.

No dije nada más, nunca me llama, Joaquín, siempre pone sus apodos cursis, pero ahora estaba hablando en serio.







Atte: Queen




Por Accidente (Emiliaco) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora