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Eduardo.

No puedo creer que todo salio a como estaba planeado y no tuve que hacer el mínimo esfuerzo porque solitos se destruyeron.

Ahora sólo es cuestión de tiempo.

-¿Sabes la cara que tenía Joaquín al entrar a Model?, debiste verlo fue como una combinación entre decepción, dolor y llanto -la puerta de la casa se abrió y mi novia entró riendo.

-¿Entonces todo salio bien?.

-Oh, claro que sí.

-Solo hay que esperar y en poco tiempo tendrás lo que mereces -le sonreí mientras ella se acercaba.

-Igual que tú, cariño -me guiño el ojo coqueta.

Emilio.

-Eres un... Agh, es que ni te yo tengo palabras para decirte lo que eres, Emilio -dijo Sharon sobando su cien- Al menos se lo hayas dicho de otra manera.

Hace dos horas que estoy en la sala con Sharon, y después de explicarle lo que pasó lo único que escucho de ella son regaños. Agradezco que mi madre no esté y que haya ido a visitar a Joaquín, porque si estuviera aquí las tendría a las dos dándome regaños.

-Sharon, no estoy para esto, ya con los regaños que me da mi madre son suficientes, gracias.

-Pues bendita sea tu madre, ella si puede regalarte cuando se le place, y es que simplemente no puedo creerlo -se cruzo de brazos- ¿De verdad echaste a perder cuatro años de relación solo porque te da miedo algo de responsabilidad?.

-¡SÍ! Lo eche a perder, y no se como arreglarlo, ahora dudo que eso se pueda -cubrí mi rostro con ambas manos- A-ayer se fue de la casa con Ian, y... Ni siquiera intente detenerlo.

-No quiero decirte lo idiota que fuiste, pero... También tienes razón, nadie está listo para ser padre, y tener un hijo así de repente es difícil. No debes dejar que pase todo él solo, Joaquín te ama y aun estás a tiempo para que te perdone una tontería más, pero si dejas pasar tiempo, simplemente lo perderás.

Mierda, tiene razón.

-Se va a París en dos días, y yo iré a la firma.

-A la mierda con la firma -se puso de pie- Siempre habrá más oportunidades, pero el amor de tu vida no.

Sonreí intentando hacer que mi rostro no mostrará dolor, toda la noche la pasé pensando y llorando por todo lo que pasó, y me culpo a mi mismo porque ahora lo extraño demasiado, es como si faltara una parte de mi corazón o mi alma entera.

-¿Y que puedo hacer?, no quiere verme.

-Es comprensible, pero si no lo intentas se irá.

-Quisiera no ser tan imbecil, pero... Algo de mi siempre supo que Joaquín, era demasiado para alguien como yo.

-¿A que te refieres?.

Suspire y comencé a recordar la clase de persona que yo era antes de que él llegara a mi vida.

-Sabes que ambos hicimos Aristemo, pues antes de eso... Yo era una mierda, tal y como ahora, no me importaba nada que no fuera yo, y solo buscaba que las personas supieran quien era, que supieran mi nombre, quería lujos, dinero, mujeres, ni siquiera sabía lo que quería de mi vida, hasta que...

-Hasta que llego Joaquín -interrumpió y yo asentí.

-Exacto, todo fue mejor con él a mi lado, y supe que quería estar el resto de mi patética y estúpida vida junto a mi chiquito, pero siempre, siempre que salíamos juntos, las personas no dejaban de decirle lo hermoso que era y las grandes cosas que podría logar... Eso me enojaba; Joaquín tenía planeado lo que quería de su vida, en cambio yo no, y me hacía pensar que yo era nada estando a su lado, inclusive después de Aristemo, quien tuvo más éxito fue él, tanto en la moda como en la actuación.

-¿Estabas celoso de tú propio novio? -alzó la ceja cruzando los brazos.

Sonreí contenido mis lágrimas y negué.

-Para nada... Estaba orgulloso, y por eso sentía que merecía algo mejor que yo, alguien que pudiera ir a su ritmo. Por mi culpa perdió muchos contratos, muchas oportunidades de brillar, pero decidió esperar a que yo tuviera una oportunidad, ¿Entiendes eso?, espero a que este patético fracasado consiguiera demostrar que podía ser alguien.

-Pero si conseguiste ser alguien, Emilio.

-Solo fue porque me encontraste, pero... De no ser por ti aun estaría cantando en bares y tal vez aun seguiría estancando a Joaquín.

-Emilio, no creo que las cosas sean así, además hablas en pasado, ahora es el presente y debes entender que ya no son adolescentes de 17 años, ahora tienen 20, ya es momento de que ambos empiecen a pensar como un adulto, tal vez antes lo único que querían era seguir sus sueños y estar con la persona que amas, pero al crecer algunos sueños cambian, y el de Joaquín ya lo hizo, quiere una familia contigo, pero si ninguno está de acuerdo, entonces no sirvieron tantos años de relación.

Joaquín.

Pensé en cancelar el viaje, pero no puedo perder una oportunidad así. Intento mantener mi mente ocupada o llena de trabajo para no pensar en Emilio, pero me es imposible no hacerlo, cada vez que paso frente al espejo termino viendo mi estómago, ni siquiera a comenzado a crecer, pero se que lo hará y en el fondo tengo miedo, miedo de que cuando llegue el día no haya nadie a mi lado para ayudarme o cuando dé sus primeras pataditas, no este Emilio para sentirlo. Sé que cuando eso suceda, no podré resistir tanto y me voy a derrumbar.

-Papá, entonces... ¿Ya no volveremos con Emilio? -me miró desde el sofá con su camara de juguete en sus manos.

-No lo se, probablemente no -suspire y termine de colocar las tazas en la mesita, él hizo un puchero tierno y sonreí- Ian, ¿te gustaría tener un hermanito?.

Puso su mano en su mentón como si estuviera pensando.

-¿Sería permanente?.

-Pues... Sí, si sería permanente, ¿eso te molesta, pequeño? -me acerque acariciando sus cabellos castaños.

Me sonrió mostrando sus hoyuelos en ambas mejillas.

-Para nada, eso sería asombroso, tendré alguien con quien jugar.

-Eso es excelente -sonreí y lo mire unos segundos, desde el día de las fotos y la camara e querido que Ian me confirme que todo lo que decía la nota era verdad. Suspire- Cariño, te preguntare algo, pero necesito que me digas la verdad, ¿esta bien?, no te voy a presionar.

-Esta bien -asintió.

-Antes de que te encontráramos, ¿tuviste algún hogar?.

Bajo la vista y por un momento me arrepentí de haber dicho eso, se puso a jugar con sus deditos al rededor de la camara y comenzó a morder su labio sin saber que hacer.

-Sí no quieres hablar de eso, yo lo entiendo.

-Mi mamá.

-¿Qué?.

-Vivía con mi mamá, y después... En ese lugar feo con muchos niños.

-¿El orfanato?.

-Sí.

-¿Escapaste?.

-No quería estar en ese lugar, daba miedo y me molestaban algunos de los niños -continuó hablando sin dejar de mirar hacia abajo.

-¿Por qué no dijiste nada de esto cuándo te llevamos a casa?.

-Yo... No quería que me regresarán, no quería... - sorbió su nariz y limpio su mejilla- Que me llevarán de vuelta a ese lugar, perdóname papá, no me regreses al orfanato -terminó de decir y se soltó a llorar.

-Oh, pequeño, no llores -levante su mentón, tenía sus ojitos llorosos y algunas lágrimas en sus mejillas las cuales se tornaron de un color carmesí- No te habria regresado así como así, además, eso ya no será posible.

-¿Por qué?.

-Porque ahora eres mi hijo, mi pequeño Ian.

Se pego a mi pecho en un abrazo sin decir nada, solo volvió a llorar y después de un rato se quedó dormido. Lo que cargue y lo lleve a la habitación, para arroparlo.
Mi hijo, vaya, suena bonito decirlo así.








Atte:Queen


Por Accidente (Emiliaco) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora