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Emilio.




Estabamos espalda con espalda y tenía frío, odio dormir así, sin abrazarlo, pero yo tengo la culpa.

Esta enojado y lo entiendo, a veces no sé porque soy tan idiota.

Escuche un pequeño golpeteo en la puerta, Joaco estaba dormido, así que me levante y abrí la puerta, el niño alzó la vista para verme y yo me agache a su altura.

-¿Pasa algo pequeño? -sollozo asintiendo-Dime que paso.

-Tuve... Tuve Pesadillas y... Joaquín no estaba conmigo cuando desperté. -sollozo.

Mire hacia atrás, mi chiquito bonito estaba dormido y además de eso, enojado, así que no creo que despertarlo se buena idea o capaz y me va peor.

-Ven, vamos, me quedaré contigo hasta que te duermas -asintió y regreso a la habitación de al lado.

Se acomodo en la cama y yo me senté en la orilla de esta.

-Ahora... Cierra los ojos y duérmete -dije simple y sencillamente, como siempre.

-¿Me cuentas un cuento? -pregunto.

-No sé ningún cuento.

-Inventa uno -indicó abrazando un peluche de quien sabe donde salió.

-Si te lo cuento, ¿te dormirás?.

-Lo prometo.

Suspire y mire hacia el techo pensando en algún cuento.

-Pues, había una... Ardilla, y se llamaba... Ian.

Él pequeño frunció el ceño divertido y soltó una risita.

-Soy yo, ¿verdad? -pregunto sonriendo haciendo resaltar sus hoyuelos.

-Hmm, no, realmente hay muchas ardillas en el mundo que se llaman Ian -soltó una risita y yo sonreí- Ahora escucha el cuento -el pequeño asintió y volvió a prestar atención- Bueno, esta pequeña ardilla se perdió en el bosque... Y no sabía que hacer, solo dibagaba por doquier, pero un día de invierno el frío era casi insoportable. La pequeña ardilla tenía frío, y no sabía que hacer.

-¿Y sus padres? -preguntó.

-Bueno, ellos, pues... Se perdieron.

-Oh.

-Pero tranquilo, dos amables ardillas lo encontraron, lo llevaron con ellos y le dieron cariño y amor, aunque la ardilla mayor no se comporto bien al principio, fue porque le daba y le da miedo. Aún no está listo para llevar una responsabilidad tan grande como lo sería una pequeña ardilla, simplemente no se siente capaz de ser un buen padre y eso... Le asusta.

-Yo creo que debería intentarlo -sonreí de lado, era muy listo.

-Tal vez si, pero creo que la ardilla mayor debe de meditarlo un poco mas. Tranquilo, la pequeña ardilla esta muy bien, y ahora tiene mucho amor -revolvi su cabello con mis manos- Ahora duerme, lo prometiste.

-Sip -se acurrucó en la cama tapándose bien con las cobijas.

Me levante dejando encendida la luz de la mesita de noche, estaba por salir de la habitación cuando me volvió a llamar.

-Solo una cosa más -dijo mirándome desde la cama.

-Dime.

-¿Al final la ardilla Ian, tiene una familia? -preguntó con sus ojitos bien abiertos esperando una respuesta, una respuesta que no sabía darle.

Solo me limite a bajar un poco la mirada y asentir con la cabeza. El pequeño sonrió y volvió a acomodarse en la cama.

Salí de la habitación para regresar a la mía, me recosté al lado de Joaquín, y lo envolví en mis brazos esperando a que mañana sea un día mejor que este.

[....]

La puerta principal de la casa sonó, me levante rápido para ir a abrir.

Sharon, me miró y sonrió.

-Me encantaron las canciones que mando Diego, así que las pondré en tu nuevo álbum.

-Me alegra que te gustaran, pero, ¿por qué tan temprano? -pregunté sobando mi rostro para poder despertar bien.

-Tenemos trabajo Emilio, vístete.

-¡Ay!, ¡¿Por qué?!, yo solo quería ser cantante, no un esclavo de mi representante -dramatize subiendo las escaleras a la habitación.

-¡Tú quisiste esta vida, Marcos!.

Reí entrando a la habitación mirando a Joaquín sentado en la cama intentando despabilarse.

-Buenos días chiquito bonito -me acerque a él dejando un beso en sus labios.

-¿Es Sharon? -preguntó levantándose.

-Sí, tengo trabajo y debo ir -saque la ropa del armario para cambiarme.

-Oye... Lo de ayer...

-Estamos bien amor, descuida.

Me iba a decir algo, pero su celular comenzó a sonar. Mientras él hablaba yo entre al baño para se pillarme los dientes y después irme a la disquera.

-Emi, bebé, amor -dijo entrando al baño.

-¿Qué me vas a pedir?.

-Tengo que ir a una junta, tal vez dure mucho y... No puedo llevar a Ian.

Ya sé por donde va la cosa, pero no cederé tan fácil.

-¿Y qué quieres que yo haga?.

-Llévalo contigo -sonrió abrazándome por la espalda- Por favor.

-¿Y que gano yo?.

-El amor de un niño, eso ganas, conformate.

-Joaco -refunfuñe.

-Bien -se acerco a mi provocativamente enrollando sus manos alrededor de mi cuello- Si haces este favor por mi, te lo compensarse, y terminaremos lo de ayer, ¿te parece? -pregunto dejando un piquito en mis labios.

-Me parece, un placer hacer negocios con usted y ahora váyase, yo iré por el pequeño para irnos a la disquera.

-Por eso te amo, Emilio.








Atte: Queen

Por Accidente (Emiliaco) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora