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Emilio.

Cinco putos días, cinco días sin ver a mi Joaquín. Tengo unas inmensas ganas de romper todo a mi paso, pero eso no resolverá nada.

-Papá -llamó Ian sentado en su silla esperando el desayuno.

-Dime.

Él me miró algo triste -¿No volverá? -preguntó mientras sus ojitos se llenaban de lágrimas.

Mierda, yo también quise llorar cuando lo vi así. Mi hijo esta triste.

-Hey, no pienses eso -me acerqué dejando los panqueques en su plato y me senté a su lado- ¿Lo extrañas mucho? -asintió- Yo igual, pero creeme que lo encontraré cueste lo que cueste. El y tú hermanita estarán bien.

-¿Y sí nos abandono? -dijo conteniendo un sollozo- Mi mamá me abandono, no quiero que papá también lo haga.

-No, él no nos abandonaría, te ama mucho desde el momento en que te conoció, y me ama ami, aun siendo un idiota todo el tiempo, ama a esta familia desordenada. No pienses que nos abandono.

-Te quiero -estiró sus manitas abrazándome.

-Yo también -sonreí- Y tengo una idea, hoy iremos al lago, compraremos una pizza y helado, ¿te parece?.

Él asintió rápido y feliz -Sí, sí, sí.

Eso servirá para hacer que piense en otra cosa, al menos un rato.

[....]

Después de algunas horas en casa sin hacer nada, solo viendo caricaturas que Ian me obligo a ver, fuimos a comprar la pizza y el helado, me sentía mal por no estar buscando a mi chiquito, pero mi hijo me necesita y no puedo hacerlo aun lado como si no existiera.

Miraba las combinaciones de pizza, yo pedí la mitad de pepperoni mientras que él escogía de piña, esa le gusta a mi madre. Page todo y fuimos al supermercado a comprar el helado. casi todo estaba cerrado, lo que no era raro, era domingo. Después fuimos al lago.

-Papá, mira -Ian lanzaba rocas al agua haciéndolas rebotar.

-Muy bien hecho, pero dale mas fuerza cuando la alnces. Llegará más lejos.

Asintió volviendo a lanzar las rocas, haciendo que rebotaron más lejos. Me miró emocionado, diciendo, "¡Lo logré!".

-Vamos a jugar, tu atrapas -tocó mi mano y se puso a correr.

-Ohh, no, eso es trampa pequeño mocoso -corrí tras el mientras soltaba carcajadas evitando ser atrapado.

Narrador.

Joaquín estaba recostado en un feo colchon, tenía varios moretones en sus brazos y rostro, pues digamos que su trato recibido, no era precisamente de cinco estrellas. Al menos ya no dormía sentado en una silla, y no pasaba hambre, pero no quita el hecho de que haya intentado escapar algunas veces y recibido golpes por ello.

Pensaba a diario como estarían Ian y Emilio, ¿estarán bien?, ¿Mamá Niu sabrá de esto?, ¿Emilio estará alimentando bien al pequeño?, ¿lo estarán buscando?. No lo sabia, ninguna de sus preguntas tenia respuesta, pero le gustaba pensar en positivo.

Había descubierto quien era el aliado de Natalie, al parecer ella no era quien había planeado todo eso, sino que Eduardo era quien de verdad estaba detrás de todo eso, pero... No entendía porque. Lo descubrió mientras intentaba escapar, había logrado salir de ese cuarto donde estaba encerrado. Estaba apunto de salir y escapar cuando alguien abrió la puerta y lo sorprendió huyendo.

Ahora Natalie no salía para nada, lo mantenía bien vigilado.

-Bien -la mencionada entro a la habitación. Joaquín la miró con el ceño fruncido y ella sonrió- Ay, no me mires así, me haces creer que de verdad me odias -hablo con sarcasmo y finjida ofensa- Vamos, sonríe, te tomaré una foto, por tu mejor cara -saco su celular enfocando bien- A ver, una sonrisita.

Joaquín miró el piso, la odiaba, y mucho.

-Oh, vamos, no estés triste, tú novio te está buscando como loco, eso merece una sonrisa, al fin y al cabo, él verá esta foto -apago el celular volviendo a guardarlo en su bolsillo tracero.

Él rostro de Joaquín se iluminó al escuchar aquello. Su novio lo estaba buscando y eso le preocupaba, seguro que eso también formaba parte del plan de aquellos dos.

-Te traeré comida -dijo saliendo de la habitación.

[....]

Emilio estaba sentado en el pasto mientras Ian corría feliz intentando atrapar aquel gato blanco. Emilio le dijo que sí lograba capturarlo podría quedarselo.

-¡Te tengo! -grito abrazando al minino- Te pondré Azul, porque tus ojos son azules.

Él rizado sonrió acercándose a su hijo -Vaya, creí que no logarias atraparlo. Supongo que ahora tenemos mascota. Habrá que comprarle comida y arena para gatos.

-¿Papá no se enojara?.

-No creo, o bueno, eso espero.

Él pequeño bostezo. Tenía sueño después de tanto correr y reír. Sonrió y se agachó para que el niño se aferrara a su cuello y poder cargarlo hasta el auto, tomó con cuidado al gatito con la otra mano y camino.

Casi eran las 8, y su hijo se había divertido, al menos pudo lograr que se distrajera un rato. Como pudo abrió la puerta del auto y dejó al pequeño recostado en los asientos traseros, quedando dormido al instante que sintió ser tapado por una chamarra mucho más grande que él. Dejó el gatito a su lado y regresó para recoger la basura que dejó.

Puso todo en una bolsa y regresó al auto, ya debían irse o se volvería más tarde, y quería llamar a Diego, él se a estado encargando de la música que dejó preparada y le debía una muy grande por ello. El tono de su celular avisando por una notificación sonó. No pensó dos veces cuando lo encendió para revisar, había un mensaje de otro número desconocido, pero solo decía; "¿Estas listo?".

Dudo en responder, pero al final lo hizo "¿Listo para qué?".

"Pará lo que tienes que hacer si quieres a tú novio de vuelta" y junto a eso, una foto de Joaquín con notable evidencia de maltrato en su rostro.

Emilio sintió sus ojos picar al verlo así. Tomó aire y relajo su rostro intentando estar calando y suspiro "Bien", respondió.

Espero, pero el número desconocido dejó de contestar y supuso que ya no lo aria más, así que encendio el auto y otro mensaje llego dejando su sangre helada.

"Quema la disquera" decía.



Les dejo un meme, hermosas personas 🤗.

Atte:Queen

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Atte:Queen.













Por Accidente (Emiliaco) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora