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Joaquín. 




Mire el plato frente a mi, era horrible y hasta ganas de vomitar daban, no quería decirle a Emilio que su comida se veía de lo peor porque se sentiría mal y estuvo preparándolo un buen rato. 

-¿¡Pero qué es esto!?, parece vomito -se quejo mamá Niu, al ver el desayuno que preparo Emilio- No pienso comer eso -hizo el plato al frente.

-Si Mami, de nada por prepárate el desayuno -rodó los ojos y yo reí, ambos estaban a punto de pelear.

-¿Se supone que son chilaquiles? -pregunto picándolo con el tenedor. 

-Si -dijo indignado.

-¿Y si mejor vamos a comer a la cafetería esa que dices? -pregunte esperando que aceptarán pues no quería escucharlos discutir por un desayuno mal hecho.

-¡Sí! -dijo Ian, feliz- Papá tiene razón.

-Bien, pero yo conduzco -Emilio camino con el ceño fruncido a la puerta tomando las llaves del auto.

Mamá Niu, subió rápido a la habitación para tomar su abrigo, mientras yo tomaba los abrigos que estaban colgados en el perchero.

Le puse el abrigo al pequeño, y Emilio seguía con su sueño fruncido, le entregue su abrigo y deje un beso en su mejilla haciéndolo sonreír.

-Gracias -dijo intentando hacerse el enojado aún.

Ian tomó mi mano y mamá Niu bajo con su abrigo puesto. Este día será largo. 

[....]

Llevamos atorados en el trafico 30m, Mamá Niu he Ian se quedaron dormidos en los asientos de atrás después de los 15 minutos de espera, y Emilio esta con su frente pegada al volante, odia el trafico, pero sobre todo odia esperar. 

-Que avancen ya -se quejo frustrado, alzando la vista para ver si habían avanzado por lo menos un poco- Ahg! -volvió a poner su cabeza en el volante. 

-Amor, es navidad, es obvio que hay mucho trafico -dije intentando calmarlo un poco. 

-¡Si!, y por eso mismo se supone que no debería haber tanto trafico, es navidad, deberían ir a casa y estar con sus familias -dijo histérico

-Observa bien -tome su barbilla haciendo que alzara la vista- Hay muchas familias dentro de los autos, tal vez tuvieron la misma idea que nosotros de salir a almorzar.

-Tal vez -susurro haciendo un puchero.

Los autos empezaron a avanzar, lento, pero ya comenzaban a avanzar. 

-Emi, mira, ya están avanzando -Dije y el se encogió de hombros. 

-Algo es algo -condujo a la velocidad de los demás autos con cara de "Vida mátame".

-¡Hay que jugar algo! -dijo el pequeño haciéndome dar un brinco de susto pues no lo había visto despertar. 

-¿Como que? -pregunto Emilio, mirando al frente. 

-No lo se, yo solo lo dije para que no estuvieran enojados. 

Sonreí en grande, este niño sin duda es un ángel. 

-Podemos jugar... Veo, Veo. 

-¿Qué es eso?. 

-Solo tienes que observar a tu alrededor y darnos pistas sobre lo que estas observando. 

-Yo empiezo -indico Emilio.

-Tu eres un pésimo jugador -dije burlón. 

-No es verdad... Yo te dejo ganar -me miro entrecerrando los ojos y después miro al frente otra vez- Veo, veo, algo... negro. 

Por Accidente (Emiliaco) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora