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3/3 cinco meses después.

Joaquín.

Desde aquel día todo a estado bien. Emilio firmo los papeles de adopción de Ian en cuanto llegamos de París, y justo después nos pidió poder ir a la escuela, no fue difícil pues ya sabía a que escuela quería ir, así que solo fue cuestión de tiempo. Sharon lleva a Karl a la misma escuela así que ella se ofreció a pasar todos los días por Ian.

Mamá Niu, regreso a su casa en cancun, al parecer

Y como dije, todo a estado bastante bien.

Besos en mi rostro y pequeñas caricias en mi cabeza hicieron que abriera los ojos con lentitud. Mire a todos lados, no estaba en mi departamento, estaba con Emilio, y recordé la noche anterior después de cenar los tres juntos en aquel restaurante.

La cara de Emilio era de alegría, tenía una sonrisa y miraba atento mi rostro.

-Buenos días hermoso -dijo dejando un beso en mis labios- Siguen teniendo el sabor de piña de anoche.

-Buenos días -sonreí e intenté levantarme.

Emilio frunció el entrecejo y jalo mi mano impidiendo que me levantara -No señor, te quedas en la cama, yo haré el desayuno.

-¿Intentarás envenenarme? -pregunte divertido, pues la última vez quemo la comida.

-Mi comida no es tan mala, solo prepararé unas tostadas, ¿te parece? -asentí.

La puerta se abrió dejando ver a Ian con su uniforme listo -Papá, tengo hambre -hablo sostenido su pancita en señal de reproche.

-Ya va -Emilio se levantó de la cama, pero lo detuve antes de que lo hiciera, había olvidado que estaba desnudo bajo la sabana. Me miro y pareció entender porque se quedó quito- Pequeño, ¿por qué no vas a ver caricaturas a la sala?, en un momento bajamos.

Ian nos miró y asintió sin reprochar. Salió cerrando la puerta.

-Casi te levantas desnudo -reí.

-Calla, a cualquiera le puede pasar -defendió- Mejor dime que quieres desayunar o me arrepentiré de preguntar.

Sonreí en grande al escucharlo, pensé que nunca preguntaría -Quiero panqueques con mucha miel, un batido de fresa, papas fritas y un poquito de chocolate encima.

Suspiro y asintió levantándose al fin para caminar desnudo al armario y sacar su ropa. Mientras se vestía al igual que yo no dejaba de mirarme.

-Ya basta, me pones nervioso -reclame.

-Perdóname, no puedo dejar de ver tú pancita y en lo grande que esta -dijo acercándose.

-No exageres, no ha crecido mucho, apenas si se nota que llevo un bebé -reí acariciando mi vientre con una mano.

-Es que para mi ya es grande, y espero con ansias que empiece a patalear.

-Iremos a ver su sexo a las 4, ¿qué te gustaría que fuera?.

Emilio lo pensó y luego habló -Una vez soñe con una niña de rizos muy bonita, se parecía a ti, y quisiera volver a verla.

-Tal vez así sea -sonreí.

Bajamos a desayunar, he Ian nos miro desde la sala impaciente por comer.

[...]

-Emilio, ya hablamos de esto, amor.

-¿Por qué que tenemos que vivir separados?, vuelve a casa, por favor, así será más fácil cuidarte si te tengo a mi lado.

Suspire y asentí. Ya lo pensaré mejor después.
Sé que sería mejor si viviéramos juntos, pero desde París, las ventas han bajado mucho, perdimos prestigio debido al evento. Quedamos descalificados a la primera ronda, y no tuve la oportunidad de explicar que todo fue un error. Y el departamento en el que vivo me queda muy cerca de Model, prácticamente ya no salgo del trabajo, pero es mi vida, y se está derrumbando, no debí aceptar el desfile en parís, y nada malo habría pasado.

Por Accidente (Emiliaco) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora