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Joaquín.



En dos días es navidad, y estos últimos días me la he pasado en Model trabajando, estoy agotado.
Planeo decirle a Emilio, sobre el embarazo en año nuevo, mientras estemos en París.

Anoche dormí hasta tarde envolviendo los regalos de Ian, mamá Niu y Emilio. Así que le pedí que hiciera el desayuno por mi, solo que...

Emilio tiende a hacerlo todo mal, y la cocina no es la excepción. Le dije que pusiera primero el aceite y después el huevo, pero lo hizo al revés, así que ahora tenemos una sartén quemada.

-¡Emilio! -grite enojado al ver el desastre- Solo te pedí una cosa, ¡Una cosa!.

-Lo siento, jeje, creí que... Bueno ahora que lo pienso bien no fue buena idea -rasco su nuca y yo tome aire.

-De acuerdo, solo sientate ahí, prepararé el desayuno -tome otra sartén y encendí el fuego.

En ocasiones veía a Emilio de reojo, él me miraba sin decir nada. Después de un rato serví el desayuno y me senté a su lado besando su mejilla.

-No estoy enojado si eso piensas -susurre acariciando sus rizos.

-Que bueno que lo aclaras, pero no solo pensaba en eso.

-¿Algo te preocupa?.

-No, no, solo que... -se quedó callado y después continuo- Casi es navidad y no tengo idea de que podría regalarle al pequeño -me sonrió.

No le creo, su nariz se acaba de arrugar y jugaba con uno de los anillos en su dedo. Sin embargo, no lo interroge con preguntas, confío en él.

-Bien amor, hay que almorzar, mamá Niu, no está y él pequeño tampoco, ahora lo único que quiero es volver a dormir.

Sonrió dejando ver sus dientes de conejito y beso mi nariz.

-¿Por qué andas tan dormilón últimamente? -acaricio mis mejillas.

-Por... Nada... Ya sabes, solo cansancio, es todo -alce los hombros restando le importancia esperando que no hiciera más preguntas.

-Esta bien, yo después del desayuno pensaba ir a comprar los regalos, ¿no quieres ir?.

Lo pensé un momento, dormir es una idea mucho mejor que ir a comprar regalos, pero si lo acompaño seguro me compra lo que pida, y quiero pastel.

-Te acompaño.

[....]

Emilio.

Le mentí.

Pero no se como decirle que no pude cancelar la firma de autógrafos.

Lo decepcionaré otra vez...

Antes de irnos dejamos una nota en el refrigerador, y después fuimos a la jugueteria.
Joaquín, tomaba mi mano mientras caminábamos por los pasillos, sonreía como niño pequeño al ver los juguetes.

-¿Cuál fue el juguete que el pequeño quería? -miraba los estantes con atención.

-Era una cámara de juguete.

-Será un pequeño fotógrafo como tú.

Lo mire un momento, tenía una sonrisa hermosa en su rostro.

-Puede ser.

-Quisiera verlos a ambos tomando fotos a cosas sin sentido, como tu hacías.

-No son cosas sin sentido, son cosas bonitas que quiero capturar en imágenes, como por ejemplo tu preciosa cara -me miro con el ceño fruncido y un leve sonrojo en las mejillas. Me alegra saber que aún después de cuatro años lo sigo haciendo sonrojar.

-¡Emilio! -reprocho mirando a otro lado.

-Bien, dejaré de decirte en público lo hermoso que eres -alce los hombros.

Joaquín paro de caminar, su celular estaba sonando. Miró la pantalla y rodó los ojos.

-¿Quién es bebé?.

-Natalie... Ella quiere que vaya a Model, dice que varios pedidos de la tienda no se enviaron y los compradores están reclamando.

-¿No se supone que ese es su trabajo?.

Últimamente me parece que Joaquín trabaja demasiado. Se que le gusta hacerlo, pero no es justificación para que ella parezca su jefa. Él la contrato precisamente para que lo ayudara con todo el cargo que es llevar una empresa, además nunca me agrado, yo le había dicho que ese puesto se lo dejara a Alan, el si es de fiar.

-Al parecer no, pero debo ir o si no...

-¿O si no, qué?, ¿te despedirá?, le estás dando mucha libertad, Joaquín.

Abrió la boca, estaba por decir algo pero se quedó pensando unos segundos y bajo un poco la vista.

-Lo sé, pero no quiero forzarme demasiado, además solo voy a supervisar, ella se encarga de lo demás, lo prometo.

Tome sus mejillas con mis manos e hice suaves caricias.

-No quiero que me mientas, la puedes despedir cuando tú quieras, ella no es dueña de ese imperio que tu solito construiste con esfuerzo.

Asintió sin decir nada más.

-De todas formas no iras, deja que ella haga su trabajo, tú y yo pasaremos el día juntos.

-Vamos por el juguete del pequeño - Volvió a tomar mi mano, caminamos por los pasillos hasta encontrar la cámara de juguete.

Joaquín tomó más juguetes además de la cámara. Después de pagar fuimos a la pastelería ya que Joaco tuvo ganas de pastel y no paro de pedirlo desde que salimos de la jugueteria.

Mientras caminábamos sin sentido por las calles, Joaco comía su pastel, me parecía realmente tierno verlo así, lleno de betún en la camisura de sus labios.

Pasamos por el parque para cortar camino hacia el pequeño lago.

-Joaco, te vas a atraganta si sigues comiendo así de rápido.

-Déjame, yo sabré.

Rodé los ojos con diversión.

Cuando se trata de comida no le importa nada.

Pasamos junto a un puesto de comida que había por allí, y de inmediato Joaquín apretó mi brazo, pensé que tal vez querría comer, pero no fue así. Me arrebato la bolsa donde antes estaba su pastel y vomito. Algunas personas nos miraban pero no me importo.

-¿Joaquín, qué sucede?.

Me miró con los ojos llorosos y su carita roja. Estaba por llorar a causa del vomito y otra harcada lo hizo volver a vomitar.

-Emi -sollozo después de que terminó de vomitar y rompió en llanto.

Lo abrace rápido contra mí pecho, ni siquiera me importo si me llenaba de lo que acababa de regurgitar, solo quería que estuviera bien.

Tome su mano para irnos de ahí, no quería que se sintiera mal por lo que dirían las personas a nuestro alrededor cuando empezarán a susurrar cosas, porque se que le afectará.

Antes de doblar por una esquina me detuvo.

-¿Adonde vamos? -pregunto limpiando las lágrimas de sus mejillas.

-Al hospital, esto no es normal Joaquín, tu nunca vomitas así de la nada.

-¡No! -grito y soltando mi mano- Estoy bien, solo fue el pastel que me cayó mal.

-¡No te creo, Joaquín!.

-No tengo nada, encerio todo esta bien.

Cerré los ojos y asentí.

-Me preocupas.

-Lo sé, pero no tengo nada malo, lo prometo.

Me abrazo con fuerza y después de un rato regresamos a casa.









Atte: Queen.

Por Accidente (Emiliaco) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora