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Joaquín.






Sonreí como tonto al verlos intentar prepar un Sandwich, como desayuno. Emilio, cortaba la verdura y Ian, ponía crema en el pan, ambos intentaban hacerlo bien, pero lo hacían muy mal, ponían todo al revés.

Desde ese día, ambos conviven más y eso me pone feliz.

Emilio me miró y me lanzó un beso seguido de un grito al cortarse con el cuchillo por no poner atención en lo que hacía.

—¡Ah!, ¡Joaco! —grito empezando a correr por toda la cocina mientras con su mano izquierda sujetaba la derecha.

—Haber, haber, dame la mano —lo sujete caminando al labavo.

—¿Me voy a morir?, ¿es grave?.

Rodé los ojos y tome del estante el botiquín que guardábamos en caso de emergencia.

—Te voy a desinfectar y te pondré un curita, solo fue una rozada, nada grave, no seas dramático.

—Pero... ¡AH! ¡Duele, Joaquín! —grito cuando toque su herida con el algodón.

—Es agua oxigenada, Emilio, no duele.

Él pequeño soltó una risita he intentaba distraer al llorón de Emilio.

—¿De que te ríes?, es tú culpa por querer comer.

—Tú te cortaste —se defendió Ian.

Termine de poner el curita en su mano y guarde el botiquín en su lugar.

Emilio, abrazo al pequeño alzandolo en el aire haciéndole avióncito.

La puerta sonó y yo fui a abrir mientras ellos dos se divertían.

—Hola, Joaco, ¿esta Emilio? —pregunto, Sharon.

Asentí y lo llame, ahora se tiene que ir y no regresara hasta mañana.

—Ya voy, solo deja que me despida —Sharon asintió.

—Bien, toma el tiempo que necesites, te espero en el auto, adiós Joaquín.

Me despedí de ella, y cerré la puerta. Emilio me tomó de la cintura en cuanto la cerré.

—Perdóname, tengo que ir —susurro dejando besos en mi mejilla y frente.

—Lo entiendo, además, yo tengo cosas que hacer aquí —sonreí parandome de puntitas para poder besarlo.

—Te amo, chiquito.

—Yo también.

—Adiós, pequeño Nemo —revolvió su cabello haciendolo reír.

—Nos vemos mañana.

—Hasta mañana —salió dejándonos solos, suspire y mire a Ian.

—¿Qué quieres hacer?, hoy no iré a trabajar, nos quedaremos aquí.

—¿Podemos seguir leyendo el cuento? —pregunto apuntando al libro sobre el sillón.

—Claro.

Hace unos días antes de dormir, le leí un cuento, el mismo que leía yo cuando era niño y le enseñe a juntar algunas palabras. Ahora se ve interesado en aprender, llevaba un tiempo intentado leer un párrafo, pero simplemente no podía y aun así no se rendia. Eso me recordaba a Emilio, él nunca se rendia y lograba sus objetivos cuando se lo proponía.

Mientras él intentaba juntar palabras yo sonreía, me gustaba verlo tartamudear al intentar leer una palabra.

Tomé la laptop para distraerme un rato y una video llamada de Mamá Niu, apareció en la pantalla.

Conteste rápido, ella estaba sonriendo. Era muy usual que habláramos pues la considero la madre que me hizo falta desde que mi madre murió cuando yo tenia diez años.

—¡Joaco!, bebé ¿cómo estas? —pregunto sonriendo.

—Muy bien, gracias.

—Me alegro mi niño.

—¿Buscabas a Emilio?, él no está, regresa mañana.

—¿Qué?, no. No llamo por él, llamo para saber que harán esta navidad, pensaba en ir a verlos.

Sonrei, esa idea me gusta, ya quiero verla, además que se llevará muy bien con Ian.

—No hemos tenido tiempo de planear nada, tal vez solo veamos películas hasta desvelarnos, además el ha estado demasiado ocupado y...

—¡Papá lo logre!.

Abrí mis ojos de par en par, mire a donde se encontraba Ian, con una enorme sonrisa resaltando sus hoyuelos y sus ojitos con un brillo indescriptible.

Había podido leer el párrafo entero, él sólito. Al fin.

Pero lo más importante, me llamó papá.

—Perdón... Joaquín —dijo bajito al darse cuenta.

Mi boca formaba una O, y solo abrí mis brazos para atraerlo a mi y poder abrazarlo, no sabía cuanto quería que me llamara de esa manera hasta este momento.

—No, no, cariño, esta bien —acaricie su cabeza.

—¿No estas molesto? —pregunto jugando con sus deditos.

—Para nada, me gusto que me llamaras así —Sonrei sintiendo unas pequeñas lágrimas salir de mis ojos sin que me diera cuenta— Puedes llamarme así si quieres.

—Sí, me gusta más que Joaquín —sonrió y deje un beso en su frente.

Mire la laptop, mamá Niu nos observaba con la cara sorprendida.

—¿¡Cuando adoptaron un niño, y por qué yo no sabía nada!? —pregunto incrédula— Ahora con mayor razón voy a ir, quiero conocer a mi nieto.

—No, no, mamá Niu, no es... —la llamada se corto. Ahora era seguro que llegaría en cuestión de días antes de navidad y para eso faltaban ya tres semanas, pero eso se lo dirá después a Emilio, ahora solo no puedo quitar esta sonrisa de mi cara, estaba feliz, por primera vez en mi vida alguien me llama papá, y no sabía lo mucho que quería escucharlo— ¿Al fin pudiste leer el párrafo? —pregunté quitando las lágrimas de mis mejillas, y el pequeño asintió— ¿Quisieras leerlo para mi?.

—Claro —tomo el libro en sus manitas— Hace... Mu-mucho tiempo... Habita un... Rato que.... ¡Ahh!, ya no sé que dice —frunció el ceño con enojo— Hace un momento lo leí bien, de verdad lo hice. 

—Te creo, solo ten paciencia, a veces las cosas salen mejor con practica, ya lo veras.

Continuo intentado leer en párrafo, mientras yo me dedique a pensar como sería si de verdad fuéramos una familia. Tal vez Emilio, y yo ya estábamos listos, y de verdad me gustaría saber como es tener una vida creciendo dentro de mi, poder hablarle y esperar con ansias a que nazca para poder a abrazarlo, pero por ahora estoy más que feliz porque ese pequeño niño me llamara "papá".









Atte: Queen





Por Accidente (Emiliaco) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora