S.T. Cap. 2

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Narra _____(tn):

Abri mis ojos nuevamente pero esta vez estaba mas recuperada, todo seguía igual.

Ahora, con las manos desatadas me levante rapidamente y fui en direccion a la cerradura, con desesperacion buscaba algo en mi ropa que me ayudara a salir. 

Nada...

Estaba perdida, me sente en el suelo y tome con ambas manos mi cabeza, tendria que quedarme aqui para siempre. Ahora mismo me encantaria estar en la creepyhouse haciendo estupideces con los chicos.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por dos subditos de Zalgo, quienes abrieron la celda y agarraron fuertemente ambos de mis brazos. Ellos me llevaron a una especie de sala, en el cual tenia maquinas muy raras, elementos de torturas y liquidos de aspecto toxico, o eso creia yo.

Zalgo aparecio derrepente con un tipo mas joven y que se parecia mucho a el. ¿Zalgo tiene hijos?

Zalgo: Veo que ya despertaste...

_____(tn): No me digas... .- dije por lo bajo.

Zalgo: ¿Disculpa?... Bueno, ya no importa, te presento a mi hijo Damon.

_____(tn): Que bien, te felicito.- Dije con sarcasmo.

Zalgo solo gruño por lo bajo, dio la indicacion para que sus subditos me soltaran y se fueran junto a el, solo quedabamos el tal Damon y yo. Las piernas me temblaban asi que cai de rodillas en el suelo.

Damon: ¿Y como te llamas preciosa?.- Dijo mientras se acercaba lentamente hacia mi.

No respondí a su pregunta, solo buscaba en mi cabeza alguna idea que ayudara a escapar de este maldito lugar.

Damon: ¿Sabes? No me gustan las calladitas.

_____(tn): Eres un asqueroso.

El tipo se agacho a mi altura y me quito un mechon de pelo que tapaba mi cara.

Damon: Vamos linda, no te hagas la dificil. Vas a tener que seguirme, quiero mostrarte algo.

Como no queria mas discuciones y menos con Zalgo decidi seguirlo.

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Ya cuando salimos del castillo de Zalgo, pude percatarme que todo era de fuego... claro, estamos en el infierno, pero aun asi me impresionaba, era un estilo de ciudad, la gente tenia cuernos y su piel era rojiza, hacia demaciado calor junto a un silencio y tensión bastante incomodo.

Damon se detuvo derrepente, habiamos llegamos a una especie de cabaña, bastante acogedora.

Damon: Bien, desde ahora viviras aqui y no prisionera en el castillo de mi padre.

La verdad, no me parecia una mala idea vivir sola hasta que se me ocurriera algo para escapar.

Damon: Pero si intentas escapar.- dijo acercandose hasta estar muy cerca de mi.- Ni creas que te vas a salir con la tuya.- puso su mano cerca de mi trasero y yo lo aleje, que puto asco.

Damon desaparecio frente a mis ojos.

¿Y ahora que?

No es solo un juego (Ben Drowned Y Tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora