Capítulo 5.

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¿Por qué tenía dudas?

Estaba seguro que el hijo de Amy no era mío, no habia posibilidades que así lo fuera porque la última vez que la ví fue hace cuatro años atrás y según Owen, el niño tiene tres años además esa noche recuerdo haber usado condones con ella.

Es imposible que sea mío.

¿O no?

Debía averiguar algo sobre ella que me habilite poder saber que mis ideas son absolutamente equivocadas.

- Alex - la voz Eric me saca de mis cuentas.

¿Por qué algo no me cerraba?

- ¿Qué sucede? - pregunto cansado.

- Te quería hacer una consulta sobre el caso de Jessica Finocchiaro - contesta sentándose enfrente mío.

- ¿Qué sucede con ella? - inquiero con curiosidad, necesitaba algo para distraerme.

- Tengo muchas pruebas que la involucran - dice suspirando.

- ¿Qué te hace pensar que ella es inocente? -

- Ella es inocente Alexander, está metida en un verdadero lío por culpa de su padre - asegura mi primo.

- Yo desconfiaría un poco - acoto encogiendo mis hombros.

Siempre las personas ocultan algo.

- Eso es porque no la conoces en verdad, ama ser policía y estaba llevando un caso en contra de su padre - bufa - ¿Qué casualidad que ahora todo se haya dado vuelta? - agrega con ironía.

- No intentaste hablar con Gavriel y Gauss - propongo.

Ellos dos manejan la mafia Rusa capas puedan ayudar en algo.

- No lo había pensado - dice Eric pensativo.

- La mafia y sus hackers tienen accesos que nosotros por medio de lo legal no podemos llegar - declaro.

- Los llamaré, además entre mafias se conocen - acota él agarrando su celular.

- Es bueno tener amigos mafiosos - bromeo.

Gavriel y Gauss son primos del Dmitri, el esposo de mi prima Helena. Estos años nos hemos hecho bastante cercanos con ellos son parte del grupo y sobre todo cuidan muy bien a la familia de cualquier peligro.

- Eric - lo detengo antes que se levante.

- ¿Sucede algo? - pregunta con su ceño fruncido.

- Te acuerdas la noche del bautismo de Elliot - comienzo hablar.

Habíamos bebido demasiado pero recordaba muy bien los sucesos de esa noche.

- ¿Cuándo hicimos el trío? - consulta con su ceño fruncido.

Asiento. - ¿Sabias que Amy tuvo un hijo? -

- Sí lo sé - respondo encogiendo sus hombros.

- ¡Y porqué no me dijiste! - exclamo molesto.

- Espera, baja la voz - contraataca. - Yo traté de decirte que ella estaba embarazada, fue muy raro que tres meses después de lo sucedido aparezca embarazada y los cálculos daban que podía ser tuyo o mío - agrega mirándome mal. - Traté de contarte y me dijiste que no te interesaba nada que venga de Amy - culmina.

- Ese hijo puede ser mío - siseo mirándolo mal.

- Yo me hice una prueba de ADN con Matheo porque le insistí a ella. Dió negativo y le pregunté que si podía ser tuyo - comenta.

Alguien tiene que ceder (11° SAI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora