Capítulo 18.

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Amy.

Había decidido tomarme la mañana para despejar un poco mi cabeza, necesitaba como dicen mis primas un día de chicas para despejar en totalidad mi mente de todo porque verdaderamente sentía que en cualquier momento colapsaría.
Estás últimas semanas han sido fatales, entre el trabajo y mis encuentros furtivos de sexo con Alexander, quedaba totalmente cansada que al solo llegar a casa después de preparar la cena y bañar a Matheo terminaba rendida en la cama.

- ¡Llegó la estrella! - escucho que dice una voz que súper reconozco.

- ¡Bianca! - chillo como loca al abrazar a mi prima.

- Veo que me extrañaste, mi amada perra - acota divertida.

- No te imaginas - murmuro sin soltarla.

- Vaya que estoy celosa - escuchamos la voz de Maddie.

- Madison, deberías estar en la cama - digo con mi ceño fruncido.

- Tengo controlado, estás niñas todavía no van a nacer - asegura acariciando su gran vientre.

- Mi pequeña coneja folladora no te olvides que esas niñas tienen sangre Meitzner - bromea nuestra prima divertida abrazándola

- No me digas así - se queja Maddie ofendida.

Somos las tres muy unidas, solo que por el tema de trabajo de nuestros padres, los estudios universitarios de cada una y las decisiones que tomábamos mientras crecíamos nos hacía vernos poco, que ahora Bianca este de nuevo en la ciudad significaba que otra vez estaríamos más juntas que nunca.

Necesitaba a mis primas, ellas dos son mis mejores amigas.

- ¿Por qué en vez de un día de spa no vamos a tomar unos tragos? - inquiere Bianca con una sonrisa divertida.

- Son las diez de la mañana - exclama Maddie.

- ¿A caso existe hora para beber tranquilamente? - suspira de forma dramática.

Bianca es la más chica entre mis primos, es súper consentida todo por culpa de mi tío Dominic, es divertida, sin vergüenza y sobre todo sincera.

- Iremos al spa - sentencia Maddie empujando la puerta de vidrio para entrar.

- Me encanta lo perra que es cuando está embarazada - susurra Bian tirando mi brazo para que entremos atrás de ella.

- Reserva a nombre de Madison Clayton - habla mi prima.

- Vez Amy la muy traicionera hasta no use nuestro apellido - declara con una falso malestar Bianca.

- Es el apellido de mi esposo - nos contesta dándonos una fulminante mirada.

- Lo siento señora Clayton - digo riendo.

- Tú también - acota poniendo los ojos en blanco.

- Te amamos Mad - decimos al unisono logrando una tierna sonrisa de su parte.

- Yo también las amo - murmura acercándose para abrazarnos a ambas.

Mientras nos hacían las uñas de los pies Bianca, no paraba de contarnos lo que había sido su vida en Inglaterra estudiando su maestría en idiomas, mi prima hablaba más de diez idiomas y conocía demasiado las culturas de todos los países.

- Ahora vamos a lo importante - con Maddie la miramos. - ¿Cómo es eso que el caliente de Alexander De Luca, es el padre de Matheo? - inquiere con sus cejas enarcadas.

- No le digas así - digo bufando.

- ¿Viste eso Maddie? - exclama mi prima menor. - Se huelen los celos - agrega de forma energética.

Alguien tiene que ceder (11° SAI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora