Capítulo 27.

23.8K 1.6K 148
                                    

Amy.

Cuando recibí el llamado de la señora Salvatore en verdad me sorprendió, no lo esperaba para nada así que acepte acercarme al bufete para hablar con ella, me intrigaba un poco saber que es lo que tan urgente quería hablar conmigo.
Al llegar me topé con la hermosa imagen de Alex con Matheo, ambos muy compenetrados charlando hasta que escucharon mi voz. Jamás imaginé el detalle que Alexander tendría un ramo de flores y chocolates, no podía dejar de observar lo que sostenía en mi mano, él cada día me sorprendía con sus actitudes.

- Muy lindo - acota la señora Salvatore tomando lugar en su asiento.

- Si - contesto centrando mi atención en ella.

- ¿Te sorprendió mi llamado? -

- Para serle sincera, me sorprendió bastante - confieso.

- Esto es una entrevista de trabajo - acota sonriendo.

- ¿Entrevista? - consulto confundida y a la vez nerviosa porque mi atuendo no era el correcto y mucho menos tenía al menos mi currículum para mostrarle mis referencias.

- Si, necesito una abogada penalista que pueda ayudarme - declara dejándome más sorprendida de lo que ya estaba.

- No tengo mucha experiencia en ese ámbito ... -

- No la tienes porqué nadie dejo que te metas en ese área, te ofrezco un trabajo a mi lado y voy a enseñarte todo para que seas la mejor - sentencia muy convencida.

- No se que decirle señora Salvatore - murmuro sorprendida.

- Que aceptas mi propuesta, no te arrepentirás. Te formaremos para que seas letal en los juzgados - declara con seguridad.

- No se que decir - musito nerviosa.

- ¿Quieres pensarlo antes de tomar una decisión? - me consulta.

- ¿Alexander sabe de esto? - inquiero.

Tenía la sensación que él estaba detrás de todo.

- ¿Y por qué debería saberlo? -

- Porque podemos ser competencia - aclaro.

- Acá no hay competencia Amy, Julian es abogado penalista, yo lo soy, Alexander también pero ninguno es la competencia del otro, la finalidad de este bufete es que nuestros abogados sean los mejores y que compitan con otros en un estrado pero acá no porque somos una familia y la unidad es lo más importante - sentencia la señora Salvatore.

- No se que decirle -

- Fácil, que aceptas trabajar no te arrepentirás - agrega con una dulce sonrisa.

- ¿No necesita mis referencias, mi currículum, los estudios que tengo? - inquiero todavía muy sorprendida por su propuesta.

- Eso lo necesitaremos cuando firmes el contrato con Owen que se encarga de todo eso - responde sin quitar esa inmensa sonrisa de su rostro.

No podía seguir dudando a esta propuesta, era la primera vez que alguien me estaba dando la oportunidad de que pueda desempeñar en campo que más me gusta.

- Dónde firmo - digo sonriendo.

- Bienvenida - dice estrechando su mano conmigo.

Estaba feliz por esta oportunidad laboral que me habían presentado porque sentía que tenía muchas capacidades para ser una buena abogada penalista pero me preocupaba el echo de tener que trabajar con Alexander todos los días, debía aprender a manejar mi líbido por ese hombre porque solo se activaba cuando me miraba de esa forma tan rara.

Alguien tiene que ceder (11° SAI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora