Lovesick [Eremin | AU | Omegaverse]

Capítulo 1: El Chico del Tren

Advertencia: Boys Love. Este fic contiene altas dosis de malos entendidos, lenguaje fuerte, momentos incómodos y +18/lemon en un universo Omegaverse, lo que significa que los personajes pueden actuar acorde a sus instintos dependiendo de si pertenecen al subgénero alfa/beta/omega. Hice el mejor intento por distribuir bien los subgéneros dependiendo de la personalidad y contextura de cada personaje.
Los personajes están basados en la historia oficial de Hajime Isayama "Shingeki no Kyojin", en un universo alterno que transcurre en la época actual.

Revisión: 04/02/2021, pasó de 2870 a 4271 palabras ¡yessss!

★★★

Estaba oscuro y frío en Shiganshina, contrario al cobijo que le proporcionaba el grueso cobertor de su cómoda cama. El invierno había llegado de golpe a la capital al punto que él, un joven lleno de vitalidad, debió de recurrir a cubrirse debajo de las pesadas capas de mantas para poder conciliar el sueño.

Aquello no era habitual en su persona. Eren solía ser de esos chicos que pasean por la playa hasta entrada la noche sin vestir un polerón pese al fresco viento otoñal, mas en esta ocasión no podía luchar en contra de ello. Aunque se encontrara entre las cuatro paredes de su habitación, su piel percibía que la temperatura bordeaba los grados bajo cero y que el pijama le era increíblemente delgado a pesar de ser de algodón.

Y como acostumbraba, la tranquilidad pronto llegaría a su fin. Su corazón palpitó con fuerza y se obligó a contener la respiración apenas escuchó el irritante sonido provenir de su celular, la señal que diariamente indicaba que pronto debía salir de su suave escondite. Fueron menos de dos segundos antes de que golpeara al aparato con los reflejos de un lince; acto seguido, se escuchó al móvil rebotar con fuerza en la madera del piso al resbalar del borde de la mesita de noche, volviendo a reinar el solitario silencio.

Si no se sintiera tan cansado se habría parado a comprobar su estado, pero hoy no contaba con suficientes energías para lograrlo. Lo único que atinó a hacer fue a sacar su cabeza entre las cobijas para ver desde el borde de la cama a los números titilando en la pantalla del reloj a su costado.

Eran las seis y cuarto de la mañana, hora de empezar un nuevo día. Otro más, pensó Eren hastiado. La rutina le estaba consumiendo lentamente. Quiso darse la vuelta y esperar cinco minutos más para levantarse, pero recordó que ayer su madre le había regañado por quedarse dormido por onceava vez en lo que llevaba del mes. Pensar en ello y en las sofocantes obligaciones que debía de cumplir le hicieron encogerse debajo de las sábanas en un intento de consolarse a sí mismo. No quería salir de aquel reconfortante lugar, no ahora, pero era su deber hacerlo. Respiró profundamente dándose ánimos varias veces antes de salir a oscuras de la cama, desprendiéndose del agradable calor que le protegió por horas. Temblando por el cambio de temperatura, caminó arrastrando los pies en dirección a la ducha.

Hoy pronosticaba que volvería a ser otro día de mierda.

Palpó torpemente con su mano izquierda a los azulejos de la pared antes de toparse con el interruptor. Al encender la luz del baño lo primero que observó fue a su deplorable aspecto reflejado en el espejo, con la ropa algunas tallas más grande debido a los kilos que había perdido junto a su falta de apetito. Se vio de un pálido moribundo bajo la luz blanca del techo, con una que otra pequeña protuberancia en las mejillas debido al acné, algo normal para su edad; los cabellos castaños parecían un esponjoso nido y habían crecido lo suficiente para cubrir a sus ojos aguamarina, apagados, sin la chispa que les caracterizaba años atrás. Bajo ellos, las eternas ojeras se hacían presentes como si apenas hubiese dormido durante la noche anterior, y los labios secos y rotos delataban la carencia de dedicación a su persona. Palpó su barbilla percibiendo que uno que otro vello pronto afloraría, y de inmediato pensó en que nuevamente el profesor Smith le reprendería por no afeitarse a tiempo.