Lovesick [Eremin | AU | Omegaverse]

Capítulo 21: Desde mi corazón

Hoy día de actualización, ¡yay! Se me ha hecho difícil escribir (pvto covid), pero aquí les traigo su casi dosis mensual de sufrimiento y dramatismo llamado: Decidí escribir un fic eremin y no puedo hacer que estén juntos aún :'(. Gracias a TheCrimsonCurse89, AmargaMentes, BlueberryA1, kokonaidesa, Ghost-fan, ceciliavaca, arlertquinnw, colatorero, Yukihara123Ryouma, Sabrina12LO, yongluvie, greengld_, 78999999999909j, noleeaqui, shemy-bonney, MeidelyGil, xrckrch, franciscaosiosi, honhojiry, hotaruLB, ChewGumB, alicat_1018 por sus comentarios en el cap anterior, infinito amor a todos ustedes  ❤.

★★★

Tras media hora de viaje bajaron del chirriante autobús en el paradero más cercano al lugar marcado en el mapa del navegador, al lado de un pequeño parque de juegos en el barrio residencial de Sinna, el distrito este de Shiganshina, cubierto de barro y grandes posas de agua estancada por la falta de pavimentación que reflejaban el gris del firmamento aun nuboso por la reciente lluvia. Sin detener el andar, Armin dirigió fugazmente la vista en cada uno de los juegos, en la notoria falta de manutención de los toboganes de plástico, opaco, que alguna vez fueron de brillante multicolor, desgastado por el paso de los días bajo los intensos rayos del sol, al igual que los fierros oxidados de las cortas escaleras para subir a las casetas que harían sentir a los niños en su temprana edad que se encontraban en lo más alto del mundo.

Qué agotador era crecer, pensó Armin con nostalgia deseando volver atrás a las tranquilas tardes de cuando su abuelo aún vivía, para acompañarle en su jornada a regar el terreno aledaño a su casa y correr entre medio de los imponentes girasoles, gigantes para un niño de siete años, de perderse entre ellos tocando con la yema de sus dedos a las verdes hojas, y de ver al cielo pintado de alegre amarillo por los delgados pétalos.

Añoraba demasiado a lo pacífico de su pueblo, sin cambios pese al paso del tiempo; pero más extrañaba sentirse protegido al lado de sus progenitores, de su amor incondicional y sincero, aunque la soledad fuera su compañera en la mayor parte de los recuerdos al estar todos ocupados trabajando, cosas de adultos que difícilmente entendería.

Armin no guardaba memorias de haber crecido rodeado de amigos. A sus pares no les interesaba relacionarse con el niño raro que pasaba leyendo historias fantásticas en vez de animarse a jugar a los videojuegos o a las peleas, tachado de débil por los chicos al ser un omega y evitado por las niñas al carecer de femenino encanto. Fue el bicho que no encajaba con el resto y aun así no guardaba rencor hacia ellos por ser diferente. Nunca sintió falta de compañía hasta que coincidió con Annie cuando casi cumplió los nueve, convirtiéndose en su mejor amiga, amistad que trascendió a la distancia luego de que debiera mudarse a la ciudad por el empleo de su padre a mediados de octubre, cerca de su cumpleaños número quince.