Capítulo 14: Hermanos

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Buenas buenas gente bonita ❤, ¿Cómo los ha tratado la cuarentena?, llevo semanas sin salir a la calle, creo que empezaré a hacer ejercicio porque me duele la cuerpa de tanto estar sentada. Pero bueeeno, aquí les traigo un capítulo lleno de amor de hermanos dedicado a todos ustedes, especialmente a quienes dejan sus comentarios que me alegran el día: a 78999999999909jiC0OKIELLOW_, AmargaMetadegreengld_noleeaquiuwucouldpeachyfranciscaosiosiYukihara123RyoumaFiorellaArlette_xrckrchTheCrimsonCurse89alicat_1018MeidelyGilKaraDremur , y perdón si alguna vez no respondo, a veces wattpad no me avisa de sus comentarios y aparecen cuando estoy respondiendo otros :(. 

¡Espero que les guste!

★★★

Las coloridas luces de la ciudad resplandecían cuan artificial mapa estelar bajo el manto oscuro de la noche. Las densas nubes del firmamento impedían que vislumbrara con claridad al blanco fulgor de la luna llena en lo alto de los cientos de rascacielos, lo que dificultaba distinguir sus urbanizadas siluetas de recto asfalto de la inmensidad de la bóveda celeste, y solo era capaz de apreciar su presencia gracias a las ampolletas y televisores encendidos de los habitados departamentos. Eren se estremeció al sobreponer sus manos desnudas en la gélida viga de metal del barandal, apoyando así la mitad de su cuerpo sobre el balcón, sin importar que el frío viento invernal se colara a través de su parka azul sin cerrar y removiera con fuerza a sus castaños cabellos.

Le producía una paz indescriptible observar el nocturno paisaje, verlo todo desde lejos, tantos detalles pequeños e insignificantes perdiéndose en la distancia. Se sentía minúsculo disfrutando la vista desde el décimo sexto piso hacia el vacío, a las pequeñas casas y autos en movimiento en los diminutos caminos que sólo eran visibles gracias al tintineo de sus focos, a los ecos lejanos de los suburbios en la calma de la noche.

Tanta tranquilidad alimentaba a las crecientes ganas de arrimarse por completo sobre el barandal, cerrar sus ojos y dejarse caer, libre, acabando de una vez con el revoltijo de sensaciones que le carcomían las entrañas.

Eren sentía una extraña curiosidad al saber si experimentaría algo similar a lo que viven las aves cuando se abalanzan en picada al extender sus alas al cazar, para luego elevarse nuevamente al vuelo. Una libertad efímera. Pero sabía que si lo hacía no podría dar marcha atrás. No era una avecilla, menos poseía emplumadas alas para evitar que su cuerpo se estampara de lleno sobre el asfalto.

Sería el fin de su existencia.

Sus oscuras cavilaciones fueron interrumpidas al sentir a sus espaldas el correr del ventanal, para dar paso a Zeke que con tranquilidad se posicionó a su lado. El recién llegado parecía más alto de lo usual por las capas de ropa, por la voluminosa chaqueta marrón que hacía juego con sus botas de cuero a medio amarrar y los rizados cabellos sobre su frente, y los jeans algo holgados color bruma. Zeke le extendió un grueso abrigo que traía bajo el brazo, el que aceptó con dificultad al no poder distinguir con claridad lo que le ofrecía ante la falta de luz. Eren se sintió culpable de pensar en acabar con su vida en el departamento de su hermano, más si el mayor se preocupaba constantemente por su bienestar.

Lovesick [Eremin | AU | Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora