Muchas gracias a greengld_, Eremin_cake_lover, MeidelyGil, soni-ibarra, xrckrch por sus lindos comentarios ^^, me anima mucho ver que les agradó la historia a pesar de sólo leer el primer capítulo (no me tengo fe aún, perdón). Se suponía que subiría esta parte el lunes, pero decidí hacerlo antes porque no puedo dormir con tantas cosas que están pasando en mi país Y-Y. Este capítulo es un poco más fuerte (y ardiente jojojo) que el primero. Espero que lo disfruten <3
Revisión: 07/02/21, pasó de 3365 a 4725 palabras. Cambios principalmente en redacción.
★★★
Despertó agitado y desorientado. Su pecho subía y bajaba frenético con el corazón latiendo a mil por hora. El sudor recorría su rostro cuán húmedas perlas pegándole los rubios cabellos a la frente y nuca. Estaba pálido y temblando por el miedo, o quizás por el frío del invierno; en verdad no lo sabría, de lo único que estaba seguro era que otra vez volvía a tener pesadillas.
Armin llevaba días soñando que un extraño le perseguía, pero no podía distinguir entre las sombras a su conocida figura. Sabía que la amenazante silueta se encontraba ahí, presente en algún lugar esperando para atacar, siguiendo de cerca a sus pasos; y aunque viera a su integridad peligrando, lo único que Armin hacía en sus sueños era correr por oscuros y estrechos pasillos hasta que la sombra lograba atraparlo con sus garras.
Era inútil luchar. No podía defenderse por más que quisiera, sólo se encogía en una esquina para proteger a su cuerpo con sus brazos. Sin importarle sus súplicas, la silueta se acercaba al punto que parecía divertirle su horror; cuando se encontraban frente a frente, Armin sobrecogido sentía cómo esta le arrancaba la ropa a tirones antes de fusionarse con su piel, y allí viéndose desnudo despertaba de golpe.
Era lo mismo cada madrugada.
Encendió la luz de la mesita de noche para calmarse y reconoció al instante las blancas paredes de su habitación. De fondo se traslucía la tenue luz del exterior bajo las cortinas naranjas de la única ventana, contrastando con el resto del lugar apenas visible por la penumbra. Aun desorientado, miró el reloj analógico de su mesita que indicaba las tres cincuenta y seis horas. Seguía siendo demasiado temprano para levantarse, pero tampoco sabía si sería capaz de conciliar el sueño nuevamente.
Quedó demasiado alerta luego de aquello. Desde hace tiempo que le atormentaba la idea de ser acosado por algún extraño en la calle y, en su defecto, terminar convirtiéndose en víctima de abuso como le había ocurrido a una compañera de universidad el mes pasado.
Todo por ser un maldito omega, una maldición de la cual no podía escapar.
No importaba la ropa, horario de salida, si estaba usando correctamente o no la medicación para suprimir sus feromonas; siempre el culpable sería la víctima, especialmente si se trataba de un omega. Ya no se podía confiar en nadie, ni siquiera el hecho de que salieras con conocidos podía excluirte de ser abusado; eran tantos los casos que habían sido informados gracias a las redes sociales que habían generado en él casi una aversión sobre el tema. Más específicamente rechazo a ese tipo de personas: Alfas. Y por lo mismo, Armin llevaba tiempo sin exteriorizar que era un omega para evitar malas intenciones.
Todavía se encontraba demasiado alterado como para poder dormir, debía hallar la forma de relajarse. Buscó a su móvil sobre la mesita de noche para colocar algún video con música suave de su serie de anime favorita antes de seguir alimentando a sus temores; y así se quedó recostado mirando al techo esperando que sus párpados se cerraran sin que sintiera miedo de estar acompañado por alguien más en la tranquilidad de la habitación. Hoy no podía darse el lujo de madrugar, en unas pocas horas debía levantarse y acudir a la universidad. Moriría de sueño en clases si no lograba hacerlo a tiempo.
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Lovesick [Eremin | AU | Omegaverse]
Romance«Eren Jaeger (α) es un adolescente que lo tiene todo y, sin embargo, no puede evitar sentir un vacío cada vez más grande en su interior. Algo poco a poco iba marchitándose con prisa, escapando de su control. Las sensaciones perdían su intensidad, y...