Lovesick [Eremin | AU | Omegaverse]

Capítulo 20: Maldita fortuna

Actualizando a la hora que mis huevos dijeron simón (?). Mil disculpas por la demora, me bloquee feo y siquiera fue por falta de material, sino que sentía que nada fluía. Espero que estén todos bien, el cap es lentito porque necesito de ordenar ideas u.u . Sin más doy gracias a Sabrina12LO, Tyleretha, franciscaosiosi, Skyonce, arlertquinnw, kokonaidesa, 78999999999909j, colatorero, AmargaMentes, Ghost-fan, so-ddaeng, TheCrimsonCurse89, xrckrch, Yukihara123Ryouma, ChewGumB, shemy-bonney, greengld_, noleeaqui, MeidelyGil, BlueberryA1, alicat_1018, hotaruLB, ceciliavaca por dejar comentarios bonitos en el capítulo anterior.

★★★

Guio sus pasos siguiendo al estruendo provenir desde la sala principal. Eren caminaba lentamente de la pereza a través del corto pasillo para así evitar resbalar de la poca fricción entre el suelo flotante y la textura de sus mullidos calcetines. Al girar hacia su derecha, se topó con la intensidad de la bombilla del techo de esférico cristal, iluminando lo que sería la zona correspondiente a la cocina. El departamento de Zeke era un espacio abierto con un único gran ventanal ocupando por completo a la larga pared del fondo, de transparentes cortinas que permitían el paso de los primeros rayos de sol de la mañana, rayos que apenas se percibían al encontrarse aún nublado y lloviendo; aun así, Eren encontraba innecesario mantener la luz encendida, pero le hizo entrar en razón el escuchar que los metálicos sonidos se debían a alguien hurgando en las cajoneras detrás del mesón.

El bullicio correspondía a su hermano que buscaba sin cuidado un sartén para cocinar el desayuno, quien vestía un pijama dos piezas de celeste algodón y una chaqueta negra encima para apalear al frío pese a tener la calefacción encendida. En su cara reparaba el poco descanso, en los ojos cansados, ojerosos bajo el grueso vidrio de los lentes manchados con lo que suponía eran sus huellas dactilares, y del cabello rubio enredado en una esponjosa maraña por usar el secador durante la madrugada. El cumpleañero le saludó cuando notó su presencia, aun con el hálito impregnado a alcohol y cigarrillo, mas Eren ignoró el llamado y se dedicó a inspeccionar vagamente al lugar con la mirada. El exceso de iluminación hacía resplandecer a la mesa americana de negro granito; sobre ella, posaba una taza de loza marrón con el grabado de un bate en gris, aun vacía, y recipientes de vidrio que le era incapaz de leer el rótulo que supuso se trataban de fino café, además del hervidor humeante con agua caliente; detrás de ello, existía un pequeño espacio para transitar hacia las despensas y repisas de madera que incluían a la encimera eléctrica de cerámica que utilizaba su hermano en este momento para cocer unos cuantos huevos revueltos.

Perdió la noción del tiempo de cuánto se mantuvo en silencio mirando a Zeke cocinar, tampoco se percató que el mayor se dedicaba a preparar lo que sería un desayuno suficiente para ambos. Lo había hecho con cariño, lo sabía, pese a que lo único que ocupaba a su mente era creativas formas de cómo destrozaría a quién tenía en frente.