Lovesick [Eremin | AU | Omegaverse]

Capítulo 9: Empecemos de nuevo

¡Felices fiestas mis bbs lectores! Aquí les traigo otro tortuoso capítulo de este fic. No daré detalles, sólo diré que es mi favorito y el más largo que he escrito hasta el momento (6388 palabras es muy wow, no esperaba inspirarme tanto). Ponte cómodo y disfrútalo <3

Skyone hizo una lista de canciones por si quieren escuchar mientras leen, las puedes encontrar en los comentarios ❤

Como siempre, gracias a xrckrch, MeidelyGil, Skyone, greengld_, BlueberryA1, 78999999999909j, Yukihara123Ryouma y -ER3N- por sus comentarios, con mucho amor se los dedico a todes.

Revisión: 26/04/2021, cambios menores en redacción.

★★★

Estornudó con fuerza escuchando a su voz reverberar a través del largo pasillo del hospital, el que se extendía ampliamente hasta el fondo interceptado por estrechos corredores y una infinidad de puertas tan blancas como la cal, sin señalética alguna que aportará información útil a su persona, sólo había extraños nombres y siglas que no comprendía del todo. Desde el techo pendían tuberías metálicas de diversos tamaños por los que escapaba vapor caliente soltando molestos chirridos; cada ciertos metros sobre el cielo cernían luces rectangulares de luz fría, algunas mal funcionando parpadeaban dando un toque tétrico al lugar, similar al videojuego de supervivencia y zombis que le mantuvo pegado por meses en su computador. La falta de ventanas le imposibilitaba ubicarse en tiempo y espacio, alimentando a su inquietud. El lugar era un inhóspito desierto al encontrarse en un área que sólo estaba habilitada para ser transitada por funcionarios, siendo él un intruso: un paciente que debía permanecer descansando en su sala asignada y no revoloteando por ahí a su antojo.

Eren se rascó la nariz por sobre la tela, el olor al clórico desinfectante le producía picazón desde que recobró la memoria, y le era molesto por más que utilizara una mascarilla. Estornudó incómodo otra vez, sintiendo asco al haber mojado la tela con sus densos mocos, y no podía darse el lujo de cambiarla por otra limpia al no saber dónde carajo se encontraba.

¿En qué clase de mazmorra de tortura le habían metido? El de ojos verdes caminaba sin rumbo fijo al no poder correr en crocs por los asépticos pasadizos de blancas paredes y suelo baldosado, también de blanca cerámica, todos iguales sin puntos de referencia específicos, siendo en su conjunto un perfecto laberinto para quienes no estaban familiarizados con aquella área del hospital. Eren se había perdido al escapar de donde le habían dejado sentado en una silla de ruedas, cubierto con una manta de algodón marrón y usando su chaqueta roja favorita por sobre los hombros, encima del pijama celeste de dos piezas. Se suponía que debía esperar a que la enfermera encargada lo hiciera pasar al box de procedimientos para realizar unos exámenes en ayuno, pero al verse un momento en soledad no desaprovechó la oportunidad de moverse con plena libertad.

En su impulso desconectó el suero en el que pasaban sus medicamentos endovenosos sin cerrar la llave de tres pasos (pequeño y simple mecanismo que controla el flujo de líquido entre lo que se inyecta y su sistema sanguíneo), soltando improperios al ver con pánico cómo se manchaba el piso y parte de la manta que le cubría de rojo vino por la sangre que refluía a través de la vía venosa. En un intento desesperado por detenerlo, imitó al chico de ropa azul que horas antes le había colocado el suero, girando la manecilla de su vía hasta ver que así paraba la hemorragia. Se sintió estúpido por no haberlo hecho desde un inicio, ahora creerían que había cometido un asesinato en pleno pasillo. Podría haber sacado la aguja de su piel y evitar el desastre, pero estaba harto de ser pinchado como para que le volvieran a canalizar en la vena sana que quedara, ya que en ambos brazos tenía múltiples manchas púrpuras al moverse en el momento en que buscaban donde puncionar.