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''Cállate, Heather''

Heather.

La vida me odiaba.

No sabía si reír, llorar o comer hasta ahogarme.

Estaba malditamente odiando todo lo que se me atravesase en ese momento. Incluso maldecía nuevamente a Gad por lo que estaba sucediendo, ya que no tenía a quien más culpar en ese instante y, Gad, siempre sería una buena opción para eso.

Habían sido dos intentos fallidos, dos intentos en los cuales debía haber quedado embarazada, pero así no había sido. Estaba cansada, harta y fastidiada de estar realizando aquel proceso de inseminación.

¿Sabían que me inyectaban semen a través de una cánula?

Carajo, realmente prefería tener un buen sexo y quedar embarazada.

Ahora iba por mi tercer intento y cruzaba los dedos para que funcionara de una vez por todas. No quería seguir escuchando las llamadas de aquella chica llamada Melody, preguntando para saber cómo iba todo conmigo y las inseminaciones; Aquella mujer era de lo más odiosa que pudiera haber conocido.

¿Así sería cuando estuviera embarazada?, porque realmente no quería pasar por eso.

Deslicé mi dedo por la pantalla táctil del móvil y realicé una mueca al darme cuenta que había una llamada entrante de mi novio. Sin embargo, colgué de inmediato. No deseaba hablar con él... digamos que Gad, era parecido a Melody.

Quería solo descansar de esta mierda. Sentía un peso en mis hombros, una presión en ellos cada vez que me preguntaban sobre esto. Jesús, solo quería salir luego de eso.

Y al igual que Harry, tampoco me habían dejado tener relaciones sexuales. Mi abstinencia estaba siendo una tortura en esos momentos de mi vida, una frustración sexual más que nada. Jodida mierda, tampoco era una ninfómana, pero estar casi cerca de un mes sin hacer nada, era horrible, sobre todo cuando mi vida sexual era activa.

Guardé el móvil en el bolsillo de mi chaqueta y apoyé mi nuca detrás de la pared, cerrando los ojos mientras esperaba para ser llamada.

—Heather... —escuché decir con voz áspera.

Reconocí su voz de inmediato, pero aún así no abrí mis ojos. Estaba fastidiada y él era el menos indicado para ver en ese momento.

Sabía que también estaba para seguir con ese proceso. Melody me lo había comunicado, diciendo que necesitaban más de él. La verdad es que no sabía muy bien como funcionaba todo esto, pero me causaba curiosidad, sin embargo, en ese instante no tenía ganas de tener más información.

—¿Ya estás lista?

Sonreí sin humor y lo observé finalmente, percatándome que esta vez llevaba el cabello tomado en una colita, haciéndolo ver más atractivo de lo que solía estar. Además, llevaba una camisa blanca y unos jeans ajustados, cosa que no pude pasar desapercibida.

—Si estuviera lista, ya me hubiera largado de aquí ojitos.

Él entornó sus ojos y se sentó a mi lado sin decir nada más.

—No tengo ganas de discutir —dijo finalmente.

Resoplé.

—Ni yo.

—¿Vienes para la ecografía? —preguntó.

—Ecografía transvaginal —completé sin vergüenza—. Veremos como está mi proceso de fertilidad y esas cosas —hinqué mis hombros—. ¿Tú vienes?... ya sabes —hice el gesto con mi mano, moviéndola de arriba abajo.

Vientre de alquiler [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora