Vientre de alquiler [H.S]

30

Hay un capítulo antes de este. Actualicé dos veces <3

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''En mi mente''

Harry. 

Mi mente estaba en ella. 

No tenía claridad de lo que estaba pensando o haciendo, pero desde que la había besado, no había podido parar. 

Heather estaba sobre mí, como aquella vez en el hotel, en donde solo había quedado como un beso para luego abrazarla y dormir. Y, ahora que nuevamente nos estábamos besando, no quería dejarla ir. Lo confesaba, la había extrañado, pero por ahora... no lo diría en voz alta. 

Ella de pronto se detuvo, observándome a los ojos mientras sostenía de mis mejillas para que la observase a la cara. Heather parecía desconcertada ahora, lo que me pareció hacer entender el porqué. 

—La última vez... —prometí. 

Y, me besó. 

Coloqué mis manos en sus muslos, acariciando sobre los jeans. Y, al posarlas sobre su trasero, suspiró mientras se apoyaba más en mí, rozando nuestras intimidades sobre la ropa estorbosa. 

Llevé mi mano a su cabello, tirando hacia atrás y dejando su cuello expuesto para besarlo. Pasé mis labios por el con suavidad, dejando pequeños besos húmedos mientras la sentía pasar sus dedos por mi cuero cabelludo. Abrí un poco mi boca y saqué mi lengua para volver a besar en el mismo lugar. Heather soltó un pequeño gemido de placer. 

—¿Por qué me haces esto? —interrogó en un jadeo. 

La miré a los ojos esta vez, despegando mis labios de su cuello. 

—¿No te gusta?

Ella me observó, mordiendo su labio inferior, pensando en lo que había preguntado. 

Estaba en su propio dilema en si hacerlo o no. 

—No tienes que decir algo... Últimamente has estado en mi mente —le digo, tratando de pensar con claridad todas las palabras que estoy diciendo, porque estoy tan estúpidamente drogado y alcoholizado, que no sé qué cosas podría decir. Aunque, después de confesar aquello, creía que ya era muy tarde para pensar. 

Heather esta vez me derrumbó en el sofá, logrando que mi espalda cayera en el lugar y la observara bajar con sus manos hacia mis pantalones. Tomó de la hebilla de mi cinturón y lo desabrochó con agilidad y rapidez mientras me veía con gracia. 

—No quiero escuchar esas palabras Harry. Prefiero escuchar tus gemidos —me dijo mientras bajaba mis pantalones y bóxer a la vez—. Disfrútalo. 

Solté una jadeo al sentir su mano sobre mi miembro mientras me masturbaba con agilidad. 

Y cuando menos lo esperé, lo llevó a su boca. 

Me sentía en la puta cima. 

Coloqué mi mano en su cabello y, de un momento a otro, logré que saliera del lugar para girar nuestros cuerpos y dejarla bajo el mío, mirándola con una sonrisa estúpida. Saqué su ropa con rapidez, tirando a algún lugar de la sala sin importarme. 

Su mirada era hambrienta, podía sentir como sus manos vagaban por mi cuerpo de manera desesperada, queriendo sentir todo a su paso. La escuché gemir bajo mi cuerpo cuando rocé mi bulto contra ella. Quería escucharla jadear mi nombre, quería sentirla lo mejor posible en ese instante.

Acaricié sus curvas y sonreí complacido. 

—Adoro tu cuerpo —le digo, besando entre sus pechos y abdomen para luego volver a subir hacia sus labios y besarlos—. Me encanta que estés así para mí.