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''¡¿Italia?!''

Heather.

Will sostuvo su móvil frente a mis ojos, mostrándome el video que había estado rondando por instagram y youtube, un video en donde salía Archie y yo. No quería creer demasiado que nos habíamos hecho virales, pero al parecer, había sido así. Además, en los comentarios podía ver que muchas chicas estaban preguntando sobre el chico que tocaba la guitarra.

—No sabía que eran tan geniales —comentó Will.

—Ni yo...

Mi mejor amigo colocó pausa al video, lo dejó sobre la mesa de café y soltó un suspiro mientras rascaba su frente con nerviosismo. Desde que había llegado, podía verlo de esa manera.

—William... ya dime qué pasa —exijo.

—No me digas William —bufó.

Entorné mis ojos.

—¿Qué sucede entonces mi querido Will? —interrogué—. ¿A qué has venido a la casa de tu abuela? ¿A tomar el té?

—¿Tienes té?

—¡Will! —chillé su nombre—. Vamos, dime que pasa.

—Vi a Gad... Lo vi antes de venir hacia acá —explicó mientras se colocaba de pie, verificando por 

Lo miré a la vez que hacía puño mi mano de manera inconsciente. 

—Quiere verte.

Entrecerré mis ojos observándolo con atención.

—¿Quiere verme? —interrogué con gracia—. ¿Después de todo lo que sucedió?, es un jodido loco. ¡Debería estar en la cárcel! —bufé con molestia.

—Lo sé Heath... —noté como se paseaba por la sala con nerviosismo—. Tuvimos una discusión breve en la calle. Quería golpearlo, pero él se disculpaba... ¡Se disculpaba! —ríe de manera incrédula.

—Es un cobarde —opiné—. No puedo creer que te haya hablado a ti... —liberé un resoplido mientras me colocaba de pie, atravesando el umbral del comedor para ir a la cocina. 

Will siguió mis pasos de cerca.

—Me pidió que te diera esto.

Volteé mi cuerpo hacia él, dándole la cara para ver lo que sostenía en su mano. Era una carta, estaba doblada de manera rápida, lo que me hizo sospechar un poco de lo que quizá pudiera llevar escrito en el. Will, estiró su mano, esperando que lo recibiera y, de manera desconfiada la sostuve. 

—Al final, le dije que no conseguiría verte —me dijo—. Y él lo tenía claro... por eso me dio esta carta, con la esperanza de que la leyeras. 

—No quiero leerla. 

Hincó sus hombros. 

—Es tu decisión Heath.

Miré el papel entre mis manos y le hice otro dobles para guardarla en mi bolsillo trasero del jeans. Volví mi vista hacia la mesa de la cocina, retraje la silla y me senté mientras sacaba unas galletas recién orneadas por la abuela de Will.

Will trató de sacar una galleta, pero antes de siquiera lograrlo, recibió un pellizco en su mano derecha por la persona recién llegada al lugar. 

—¡William! —soltó con molestia—. No son para ti. 

Reí en voz baja, manteniendo el resto de galleta dentro de mi boca. 

Él me observó con su ceño fruncido. 

Vientre de alquiler [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora