Vientre de alquiler [H.S]

10

''¿Booboo?''

Harry.

—¿Qué mierda te ocurre Harry? —oí decir a Jeff. 

Lo miré. 

—Nada. 

—¿Qué pasó anoche? —preguntó de nuevo—. ¿Te acostaste con esa niña de nuevo? 

Sí, Jeff se había enterado de cómo Heather había quedado embarazada, lo que me llevó a varios regaños por parte de mi manager. Pero, aún así, él deseaba que terminara con el contrato y Melody; Lo que yo también deseaba, por cierto.

—No.

Él soltó un gran suspiro sonoro.

—Mira Edward, en cualquier segundo llegará el nuevo guitarrista, reemplazando al otro que no pudo venir. Es el compañero de cuarto de Ryan, así que te necesitamos enfocado en esto —me advirtió—. Porque es tu jodida carrera de cantante. 

Pasé la mano por mi cabello hacia atrás con frustración. 

—Está bien, lo siento. 

—Entonces... ¿Me dirás que ocurre? —interrogó sentándose a mi lado—. ¿Estás nervioso? 

—Es... es todo Jeffrey —solté—. Siento que la ha cagado con todo —apoyé mi nuca en la orilla del sofá del estudio—. Nunca debí aceptar lo que Melody pidió. Me siento estúpidamente mal y no sé cómo decirle que la he engañado. 

—No le digas. 

Lo observé con incredulidad. 

—¿Le ocultarías a tu novia una infidelidad? 

—No —suspiró—. Pero tu caso es muy diferente. Además, eres un cantante de un ex banda, por decirlo de otra manera, eres famoso por todo el mundo. Si alguien se entera de esto... estaríamos muy jodidos —explicó con un poco de calma, aunque sabía que también estaba nervioso por dentro. 

Apreté mis labios sintiendo el pánico envolverme. 

—Por eso, no diremos nada —habló Jeff antes de que personas entraran al estudio. 

—¿Qué no dirán? —preguntó Ryan—. ¿Tenemos un secreto? —alzó una ceja con diversión. 

Jeff se levantó con una sonrisa, lanzando una pequeña broma sin sentido hacia él. Y, cuando miramos hacia el desconocido detrás de Ryan, le sonreí. El chico, parecía ser una persona callada, tenía su cabello largo al igual que yo y una pequeña barba que lo hacía parecer más serio de lo normal. Llevaba una guitarra colgando detrás de su espalda, además de unas cajas de pizza en sus manos. 

—¡Oh! —soltó Ryan—. Este es Mitch —presentó mientras dejaba su mano sobre el hombro del muchacho—. Era mi compañero de habitación. Toca la guitarra y es grandiosamente bueno en ello —halagó. 

—Hola —saludé—. Ryan había mencionado que no podías venir, pero aquí estás —reí logrando hacer que sonriera un poco—. ¿Cómo estuvo el turno en la pizzería? —pregunté. 

Mitch sonrió mostrando las cajas. 

—Supongo que fue mi último turno, así que traje esto para celebrarlo —bromeó—. Gracias por sacarme de ese lugar. 

—Pues, comamos esas pizzas mientras creamos música. 

Mitch, era un jodido monstruo con la guitarra. 

Después de estar dos días tratando de analizar y ver que tipo de música crear, llegamos a la conclusión de que solo debíamos dejarlo fluir. Lo que nos llevó a bromear y tocar nuestras guitarras como si fuéramos compositores pocos profesionales.