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Capítulo para +18

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''Estamos malditamente jodidos, Heather''

Heather.

—No estás embarazada... —habló el médico mirándome de reojo—. ¿Estás siguiendo el procedimiento que se te indicó? —preguntó con acusación.

Lo observé con molestia.

—Claro que lo sigo.

—Esto no está funcionando... —musitó Melody con resignación—. No entiendo. Ella dice que hace todo lo que se indica, pero no pasa nada —tomó su cabeza entre sus manos mientras se apoyaba con los codos en el escritorio del médico.

Escuché un resoplido de parte de Harry y lo observé sin humor.

—Creo que será mejor buscar a alguien más... —comentó él.

—Espera —salté de mi asiento—. No pueden buscar a alguien más. Yo puedo tener bebés, se me hicieron las pruebas y esto suele pasar ¿no? —pregunté al médico, buscando algo de apoyo en su mirada.

Él tan solo asintió con lentitud mientras jugaba con un bolígrafo en su mano.

Noté como Harry se levantaba del asiento y acomodaba su cabello hacia atrás, para luego caminar hasta puerta y abrirla. Sostuvo la manilla y nos observó sobre su hombro sin ánimos de hablar.

—Entonces... Seguiremos intentando —dijo sin más.

Melody sonrió y yo disimulé mi alegría al escucharlo.

Después de esa consulta, creí que todo podría ser un poco más fácil, sin embargo, resultó ser más difícil de lo que hubiéramos imaginado. Nada estaba resultando como pensábamos. Habían sido cuatro intentos fallidos y largas semanas de estrés. Harry estaba fastidiado al igual que yo y, ya estaba dejando de lado mi último intento para quedar embarazada.

La verdad, es que ya no deseaba seguir intentando.

Habíamos tomado entre los tres la decisión de darnos un descanso de unas semanas para no ser inseminada, mientras yo, seguía tomando hormonas y yendo a las consultas para asegurar mi fertilidad. Quería terminar pronto con esto, pero nuevamente el saber que el dinero era factor para sobrevivir, me hacía resignarme.

La dueña del edificio me había dado dos meses de plazo para desalojar el departamento y, se lo agradecía, ya que aún no podía reunir el dinero de la renta. Sin embargo, dudaba que pronto lo tuviera, ya que no me estaba yendo bien en el bar ni en la inseminación.

Solté un resoplido largo y me dejé caer sobre el mesón del bar, colocando la cabeza entre mis brazos mientras pensaba en todo lo ocurrido.

—¿Estás bien? —escuché desde al frente, haciendo que mirara a la persona que se encontraba del otro lado.

Asentí con mi cabeza.

—No lo parece.

—Solo no ha sido una buena semana... —contesté.

—¿Aún tienes problemas de dinero?

—Ni te imaginas.

—Heather... creo que deberías de buscar otro trabajo —sugirió mientras tomaba una copa para rellenarla de alcohol—. Además de necesitar un trago —sonrió levemente.

Negué de inmediato.

—Susan, lo siento, no puedo beber... —hice una mueca.

Soltó una risa graciosa.

Vientre de alquiler [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora