Vientre de alquiler [H.S]

27

''The chain''

Heather.

Observé a Harry conversar con ella, quien había llegado sorpresivamente el día después del concierto de Harry. Y, cada cierto segundo, él me observaba de reojo mientras esta le sostenía su mano con cariño para luego soltar risas sobre lo que estuviesen conversando.

Me sentía fuera de lugar, yo no pertenecía ahí.

Con un suspiro resignado, me di la vuelta hacia donde estaba Mitch y Sarah. Ellos me recibieron con una pequeña sonrisa y me animaron a crear un pequeño ambiente cómodo entre los tres. Quería distraerme, pensar en otra cosa que no fuera el castaño y su nueva novia. Y, aunque Harry me hubiera dicho que no lo eran, para mí no era cierto. La habíamos vuelto a joder esa noche, besándonos y volviendo a caer en lo mismo de infidelidad por su parte.

Y si no fuera poco, mi debilidad había podido conmigo, confesando sentimientos ocultos.

Harry no había dicho nada al respecto, solo había callado, abrazándome durante toda la noche para luego despertar entre su cómodo pecho mientras me observaba con atención.

Me hubiera gustado saber lo que pensaba.

Cuando Mitch informó que recorreríamos parte de la ciudad, sentí algo de alivio, ya que no deseaba estar pensando constantemente en que Harry estaba con ella. Además, solo seríamos los tres. Él, se quedaría junto con Camille en el hotel disfrutando de la piscina.

Quería que pronto llegara la noche para marchar hacia lo que era mi nuevo hogar, junto con la abuela de Will; quien había incentivado para que asistiera al concierto de Harry.

Pasadas las horas y después de ver cada rincón de aquella ciudad, mis pensamientos siguieron enfocados en Harry. Y a pesar que nos debíamos una conversación después de lo sucedido, creía que tal vez no resultaría. Camille estaba en el lugar y, por lo que podía presenciar, no dejaría a Harry tan fácilmente. Aunque, después de arribar en mi habitación y arreglar mis maletas para marchar prontamente, mi puerta sonó con toques suaves, lo que me hizo sentir mi corazón acelerado al ver a la persona que se encontraba de pie ahí. 

Su pequeña sonrisa nerviosa fue lo primero que vi. 

—Hola... —saludó, notando sus manos detrás de su espalda—. Quería venir a despedirme... —dijo apretando sus labios. 

Me hice a un lado para que entrara a la habitación. 

Harry observó mis maletas sobre el colchón, listas para un vuelo. 

—Ya estás lista... 

—Sí.

El silencio era tan incómodo en ese instante. 

Él giró su cuerpo, quedando frente a mí esta vez. Pasó la mano por su cabello, hizo una mueca y dio un suspiro largo, como si estuviera batallando con sus propios pensamientos. Sabía que deseaba decir algo, pero no podía. 

—No hemos podido hablar con tranquilidad —habló finalmente. 

Asentí. 

—Sobre lo de anoche —digo, interrumpiendo lo que iba a decir—. Es solo la verdad Harry —hinqué mis hombros—. No puedo deshacer mis palabras... no voy a mentir. 

Sonrió levemente. 

—Eres muy sincera. 

—Siempre lo he sido, Harry —caminé hasta una de mis maletas, cerrando el cierre que estaba abierto, tratando de distraerme un poco y dejar que mis nervios desaparecieran—. Sin embargo... Sé que no sientes lo mismo.