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''¡Necesitarás un balde de agua bendita! ¡Un camión!''

Heather.

Las calles se sentían silenciosas al igual que en el interior del coche. Ni uno decía nada, ambos nos encontrábamos pensativos y callados. Cuando observé de reojo al ojiverde, noté una pequeña arruga en su frente, al igual que sus manos presionar fuertemente el manubrio. Quería hablar, sin embargo, sabía que cualquier palabra pronunciada en ese segundo, sería como decir algo al viento, ya que no habría respuesta de su parte. Pero lo que no me esperé, es que Harry aparcara de pronto a unos metros de mi edificio, apagando el motor y soltando un gran resoplido.

—No sé si fue un error... Y sé que sería estúpido decirlo después de hacerlo —comenzó a decir, sin observarme—. Lo que hicimos, fue algo que queríamos.

Asentí.

—¿Dirás que lo olvidemos? —pregunté.

Sabía que los hombres, en su mayoría, prefería olvidar cuando la cagaban.

—No.

Alcé ambas cejas al escucharlo.

—Eso es aún más tonto —bufó en voz baja—. Heather, admito que es la primera vez que le soy infiel a una mujer...

—No estás enamorado de ella.

Apoyó sus manos en el volante nuevamente y escondió su cabeza entre ellas. Solo podía ver su cabello desordenado cayendo sobre sus hombros.

Se encontraba afligido.

—No lo estoy —admitió aún oculto.

—¿Qué harás?

—Necesito terminar con Melody.

Dejé mis manos descansar sobre mi pequeña mochila, apoyé la nuca en el respaldo y miré hacia afuera. Era un alivio que no hubiera nadie a esa hora o ya hubiéramos sido descubiertos hacia mucho rato atrás por alguien.

Volví mi vista hacia Harry nuevamente.

—Oye, si eso es lo mejor...

—No sé si sea lo mejor —respiró volviendo su cabeza hacia mí—. Lo lamento Heather, no quería meterte en este lío —se disculpó.

—¿Qué haremos con el contrato?

—Debo terminar con Melody primero —suspiró.

—Bien... Debemos avisar a la clínica después. Tenemos una visita en dos semanas más... —le recordé—. Yo también deseo terminar con esto. Creo que buscaré un trabajo nuevo.

Harry levantó la cabeza y se acomodó nuevamente en el asiento. Asintió con su cabeza y se quedó en silencio una vez más. En ese momento, supe que era hora de salir del vehículo y llegar pronto a mi departamento para descansar. Había sido una noche movida y no lo decía solo por trabajar. El ojiverde, era una persona muy pasional al momento de tener relaciones. Podía jurar que a la mañana siguiente amanecería adolorida de piernas.

Cuando finalmente me retiré del vehículo de Harry, noté como este esperaba a que ingresara al edificio para luego desaparecer de la zona. Moví la cabeza y subí a zancadas por las escaleras para llegar prontamente a mi cama.

Lo único que deseaba, era dormir tranquilamente.

Una semana después de lo ocurrido, me encontraba fuera de la tienda de tatuajes de Will. Él, era un gran amigo, así que podía confiar ciegamente en que no diría ninguna palabra a nadie. Necesitaba desahogarme, liberar todo lo que había pasado hace unos días atrás.

Vientre de alquiler [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora