28

1.2K 82 43
                                    

"Brais"

Heather.

—¿Sabes qué me duele? —pregunté a Will, quien me miraba con tristeza mientras le contaba sobre mis penurias—. Que íbamos a tener un bebé...

—Heather...

—Quiero estar bien, pero no puedo Will —suspiré—. Es horrible esta sensación de estar sola, de no tener a alguien que te ame o que corresponda tus sentimientos.

—Me tienes a mí —me dijo—. Pero sí, lo sé... No es lo mismo —habló con rapidez cuando le di una mirada no muy contenta—. Aunque... ¿No crees que fue mejor así?, digo... No era un bebé planeado.

Solté una risa mientras miraba mis pies.

—Es algo irónico, porque al principio lo era por parte de Melody, pero después... —moví mi cabeza a la vez que la tomaba con mis manos, apoyando mis codos en las rodillas—. No lo sé Will... Me había encariñado con el bebé, lo quería.

Lo miré con algo de dolor.

Él tomó una de mis manos mientras acercaba mi silla con su pie, quedando más cercana.

—¿Le habías colocado un apodo, no?

Reí nerviosa.

—Lo hiciste —sonrió—. Te conozco demasiado bien Heath —sobó con su dedo pulgar mi mano, dándome ánimos—. ¿Cómo le pusiste?

—En realidad, le coloqué Brais —lo miré algo avergonzada—. Le coloqué de esa manera después de que falleció, porque no le encontraba apropiado decirle pequeña mosca —reí bajo.

Will rió junto conmigo.

—¿Brais? —interrogó—. Es único y lindo.

—Me gustaría tatuarlo.

Solté de su mano, mostrando el lugar en donde me gustaría llevarlo escrito. Will me observó con sorpresa, pero después de unos segundos, accedió ante mi petición. Y, cuando coloqué mi brazo sobre el lugar en donde tatuaba, él solo movió su cabeza con un poco de diversión.

—Necesito hacer la plantilla primero Heath, espera.

Esperé con paciencia mientras lo veía en su computadora, en donde realizaba la plantilla con aquellas letras pequeñas. Y, al tenerlo listo, lo miré con ansiedad, esperando por ello. Me gustaban los tatuajes, sobre todo cuando Will era la persona que los hacía.

Después de media hora, mi mejor amigo había finalizado con mi tatuaje en el antebrazo y un pequeño corazón en mi muñeca, algo tan diminuto pero significativo al mismo tiempo; Se lo había pedido en el último momento, antes de finalizar con las letras.

—Esto es como una terapia.

—Lo sé —asintió estando de acuerdo—. Aunque no te obsesiones con ello, tendrás tu cuerpo tan tatuado como el mío —ríe.

—No me molesta.

Hincó sus hombros.

—Bueno, cuando quieras pequeña.

—Pero qué tenemos aquí —oímos decir desde el umbral de la puerta, haciendo que nuestras miradas cayeran en la persona recién llegada—. ¿No fui invitado a la fiesta de tatuajes? —preguntó, apuntando hacia mi brazo.

Entorné mis ojos.

—¿Qué haces por aquí? —pregunté—. Creí que estabas lejos de la ciudad.

Llevó una mano hacia su pecho con indignación.

—¿No me quieres por aquí?

—Le hieres el orgullo a mi primito Heath —molestó.

Vientre de alquiler [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora