Vientre de alquiler [H.S]

14

" ¡Eres Heather!"

Heather.

Cerré mis ojos, ya no me quedaba aliento, sentía que mi vida se estaba yendo de las manos en ese minuto. El hombre notó que me había desmayado, subió sus pantalones y los míos.

Me tomó en brazos y me llevó hasta un lugar más apartado que ese.

Luego de unos minutos, me bajó y me miró tratando de saber lo que haría conmigo. Fingí estar dormida para no abrir los ojos. Escuché como él rebuscaba algo a su alrededor y, entreabrí uno de los ojos mirando hacia el costado; Estaba al lado del río.

Volteé mi vista y vi como el hombre tomaba una roca gigante.

Él pensaba matarme.

Y, antes de que pudiera lograrlo. Rodé mi cuerpo, cayendo al río sin volver a salir a la superficie. No me iba arriesgar a que él me capturara.

El río hizo su trabajo, tomé un par de veces aire pero no lograba ver nada. La corriente estaba muy fuerte. Mi cabeza golpeó contra una roca y me volví a desmayar sin ver nada más.

Desperté jadeante, llevando una mano a mi frente mientras secaba el sudor de ella. Y, cuando me di cuenta que no estaba sola, solté un suspiro aliviador. Giré mi cuerpo para quedar de espaldas, mirando el techo mientras recordaba el sueño desgarrador.

Odiaba tener esas pesadillas, sobre todo sabiendo que él aún podía encontrarse en Londres.

Observé al chico a mi lado, viendo que roncaba levemente. Él se removió pero continuó durmiendo, haciendo que no quitara mi vista de su rostro.

Horas atrás, habíamos vuelto a tener sexo, algo que pensé que no sucedería nuevamente. Pero debía ser tonta al creer que no pasaría. Ya habíamos vivido la experiencia una vez y, estaba segura que sería complicado salir de ello si no nos dejábamos de ver.

Al menos, teníamos varios meses para seguir disfrutando de ello.

Me coloqué de pie luego de darle otra mirada, pero Harry despertó al instante. Abrió uno de sus ojos y musitó algo inaudible para mis oídos. Luego, se giró sobre el colchón y continuó durmiendo, como si lo hubiera hecho mil veces en mi cama. Se veía tan cómodo, que daba pena tratar de levantarlo de ahí.

Miré la hora del nuevo despertador que había comprado hace días atrás, dándome cuenta de que ya eran las once de la mañana. Harry, debía irse si no deseaba que Melody se preocupara y sospechara de él.

Tiré una almohada sobre su cara, pero aún así, no quiso despertar.

—Harry... Ya es tarde —le hablé—. Me gusta tenerte así de vulnerable para mí, pero creo que ya es hora de que te vayas —volví a decirle mientras apoyaba una de mis rodillas en el colchón para ver su rostro que estaba hacia la pared—. Oye...

Harry estaba despierto.

El muy...

—¡Estabas despierto todo este tiempo!

Soltó una risa al mismo tiempo que giraba para observarme mejor. Sin embargo, arrugó su entrecejo y apuntó a mi camisa, tomando el borde de esta para analizarla mejor, logrando que me apoyara con las palmas de mi mano en el colchón por su abrupto movimiento.

—¿Qué traes puesto?

Miré hacia abajo, viendo el estampado.

Había olvidado por completo que me la había puesto antes de irme a dormir con él, con mi único objetivo de molestarlo, lo cual, parecía estar funcionando a la perfección mientras veía su cara incómoda.