Hermanas Grengrass
-Quisieras no usar tanto perfume Astoria – rodó los ojos – Draco seguro se ha olvidado de ti
-Tal vez sí – se giró observando a su hermana – y tal vez ya tenga a alguien, pero nuestro contrato prenupcial firmado por nuestros padres... sigue vigente
-Sólo debes pedirle que lo cancelen, no creo que estés dispuesta a dejar tú vida allá, y él jamás se irá de aquí
-¿Crees que lo acepte? – voltea a terminar de arreglar su cabellera –
-Simplemente proponlo, si no puedes acudir al ministerio para anularlo, ahora ambos tienen poder de decisión
-Veremos si es cierto que Draco ha madurado
-Veremos si no mata a Zabinni por meterse en tú cama con su compromiso vigente – se burló su hermana tomando su bolsa - ¿Ya estás lista?
Asintiendo se puso de pie y salieron de la habitación
Theodore Nott y Blaise Zabinni
-¿Cuándo planeas decirle a Draco acerca de lo tuyo con Astoria?
-El no regresará con ella después de que lo terminó – bufó dándole un golpe en el brazo – somos hermanos, no puede estar molesto por eso, las cosas a veces sólo suceden
-Estaban comprometidos cuando se enrollaron – alza los hombros – y después lo dejó, no inmediatamente pero sí por ti
-Eso él no lo sabe
-Es astuto, seguro que ya lo sabe
-Es astuto si – abrió la puerta – pero no imbécil como para pelear por alguien que nunca quiso
-Ojalá que la suerte esté de tu lado cuando se entere – se adelanta para bajar las escaleras – porque si no es así... no quisiera estar en tus zapatos
Ginny y George Weasley
-¡Hermanita! – la levantó apenas le abrió la puerta – ¿Cómo estuvo tu gira?
-Ya sabes lo que es el Quiddich para mí – le sonrió – aunque los extrañaba más, por eso tomé estas pequeñas vacaciones
-¿Cómo van las cosas con Harry?
-¿Nunca dejarás de molestarme con eso? – alzó una ceja divertida –
-Fred amaba molestarte con eso – le guiñó un ojo – vamos, ya debemos bajar
-Sí – entró corriendo por la llave y se la tendió a su hermano para que la guardara – ¿Cómo están mis papás?
Y poniéndose al tanto de las cosas caminaron al comedor
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Sempiterno (Saga Sempiterno, Libro 1)
RandomHacía rato que el sueño lo había abandonado y estudiaba meticulosamente la habitación cuando la respiración del cuerpo que yacía junto al suyo la delató, juguetonamente su mano comenzó viajar en una delicada caricia por su espalda -Oye... ¿desayunam...