ATAQUE

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-No – levantó la cara decidida y volteó a ver a los demás, una cabellera rubia esstaba de pie con los puños apretados – matarlos no serviría de nada, eso no me los va a regresar, que pasen el tiempo que les corresponde por los crímenes que cometieron en Azkaban es lo que debe ser

-Pero ellos mataron a tus padres – una joven chica que portaba la marca de Slytherin fue la que tomó la palabra – ¿Por qué dejarlos vivir?

-Por que tú no sabes que fue lo que pasó para que ellos estuvieran ahí

-¿Así que es cierto que crees que los mortífagos pueden redimirse? – sonrió de medio lado otro chico de Slytherin – ¿Qué pueden ser buenas personas?

-No creo – la cabeza comenzaba a darle vueltas y se puso de pie – estoy segura

-Hermione – murmuró Harry sosteniéndola de su brazo – ¡Se terminaron las preguntas!

Con ayuda de Ron la iban a llevar pero un hechizo impacto en ella aventádola algunos metros atrás, Harry miró a Ronald y éste asintió comenzando a proteger

-¡Aurores en línea de defensa! ¡YA! – junto a Hermione ya se encontraba el rubio – que todos se vayan a sus habitaciones, que no salgan ese perímetro ya está protegido

-Me encargo, ya vete y trae al hijo de puta que hizo esto

Sin mediar una palabra más Harry corrió a ver si los estudiantes ya estaban bajo protección y se perdió entre el tumulto de gente.

Draco ya sostenía en brazos a la castaña, gritaba órdenes a un moreno y un pelinegro y todos tenían las varitas arriba.

La capucha negra estaba en el suelo y todos intentaban salir estando protegidos por varios aurores, pegándose lo más que podía a su derecha, logró salir por un pasillo y comenzó a correr, cuando vio cerca de nuevo el lobby del hotel se detuvo en el pasillo y retiró su peluca soltando una cabellera negra, se quitó la chaqueta y del bolso sacó sus tacones poniéndolo y tomándose un respiro salió.

Caminaba tranquilamente y un hombre la detuvo del brazo

-Ésta área está cerrada señorita

-¿De verdad? – mira a su alrededor – todo se ve tan tranquilo... me acaban de dar mi cuenta y no me dijeron nada

-¿De que piso es que salió?

-Del octavo piso – ladea su cara bajando sus lentes y al mirarlo fijamente le manda un sencillo hechizo no verbal para confundirlo – ¿Hubo algún incidente?

-Pase – la acompaña a la puerta – que tenga buen día

-Por la entrada del lobby – manda un patronus un Auror –

Harry se apareció por la entrada pidiendo especificaciones de lo que había visto, el joven Auror estaba claramente confundido y lanzando un grito de desesperación ondeó su capa ingresando nuevamente al hotel dejando nuevas órdenes.

-¿Cómo está? – ingresó al cuarto – ¿Está...

-No – cortó Draco con las mangas de la camisa casi en los hombros y poniendo un paño de agua – fue un hechizo aturdidor poderoso

-¿Tienes idea de quién podría hacerlo? – tomó la mano de la castaña – ¿Dónde están todos?

-Cada uno está en su cuarto con las protecciones necesarias, Theo y Blaise se han encargado de ello – avienta la toalla al suelo – ¿Cómo diablos pasó esto Harry?

-¡Crees que a mí no me frustra! –

La cabeza de la castaña punzaba y el ruido hacía que el dolor no mitigara, parpadeó un par de veces pero la luz le cegaba, así que movía su cabeza tratando de encontrar un poco de obscuridad

-¡Hermione! – gritaron ambos – ¿Qué necesitas? – el rubio revisaba sus signos vitales –

-La luz – gimió tratando de ocultar su rostro –

-¿Mejor ahora? – Harry había agitado su varita cerrando las cortinas – Hermione... sé que vas despertando pero ¿Qué fue lo que pasó?

-No lo sé – se agarró la cabeza con las manos – no sabía dónde me econtraba y después... todo estaba obscuro

-Fue un hechizo de confusión – aseguró el rubio – creo que es hora de que el departamento de Aurores reinicie actividades Potter

-Tenlo por seguro – ambos veían preocupados a la castaña – tengo que ir a preparar el regreso, ¿Nos podemos reunir aquí?

-Creo que mejor me llevo a Hermione a mi casa

-No lo sé Draco...

-Potter mi casa tiene mucha protección, lo sabes

-Sí lo sé – le tiende la mano – cuida de ella

Con un asentimiento de cabeza y un apretón de manos, Harry salió de la habitación con la latente preocupación de un atanque frente a sus ojos y a una de las personas que más quería en el mundo.

Dentro de la habitación la castaña se encontraba en los brazos del rubio.

-Tranquila, te irás conmigo – frotaba sus brazos – cuidaré de ti –

-Necesito ayudar a Harry con éste caso Draco

-Lo sé, pero necesitas descansar al menos un par de días – besa su cabeza – recogeré todo y nos iremos de inmediato

-Sólo un par de días – accedió – necesito recoger mis cosas

-Pansy nos hará el favor de mandarlas a la mansión – le toma la mano – ¿Te parece bien?

-Sentí que – le dijo con voz entrecortada – que jamás te vería otra vez

-Hermione... somos Sempiternos – acaricia su rostro – Esto durará para siempre, hemos comenzado y ya no tendrá fin

-¿Lo prometes?

-Lo prometo – le regala un dulce beso en sus labios – ¿Nos vamos a casa?

Con un asentimiento de cabeza cierra los ojos, abrigando la ya conocida sensación de una desaparición. 

Sempiterno (Saga Sempiterno, Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora