LO INESPERADO

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Ginny Weasley

Salgo de mi habitación alisando mi cabello con las manos para quitar el exceso de poción que había quedado en él, cuando un par de gritos me ponen en alerta ¡Ayudaaaaaaaaaaaa!

Llevaba tiempo, sin embargo culpó a su sentido de la responsabilidad y levantó la varita entrando a la habitación

-¿Ho... hola? – preguntó con la mano un poco temblorosa –

-¿Daphne? – se escuchó la voz – ¡Aquí en el baño! – mordiendo su labio y con el nerviosismo creciente caminó hasta ahí, al abrir la puerta el arrastrar de los vidrios la espantó – ¡cuidado con los vidrios! Repáralos antes de entrar Daph, he sido un idiota y me he cortado la mano y no tengo la varita a la mano –

En absoluto silencio restauró el vidrio y entró tomando una de las toallas y lanzándola a la bañera

-Cúbrete – por fin murmuró

-¡Diablos niña! – susurró un poco enfadado – me he ensangrentado la mano y no puedo acomodarme

Suspirando giró su rostro poco a poco encontrando el baño con mucho vapor y una piel morena tras el cristal, al ver la cantidad de sangre que corría abrió los ojos desmesuradamente

-¡Carajo! ¿Qué te ha pasado? – caminó al espejo del baño y abrió el botiquín, dejó la varita encima del lavabo y tomó las cosas necesarias – ven aquí, hay que parar eso como sea

-Mira pelirroja...

-Más tardas en hablar que en lo que haces – caminó desesperada y abrió la puerta de la regadera, sintiendo el agua mojar su ropa se acercó a apagar la llave y dejó las cosas que había llevado para curar encima de donde se coloca el jabón – de verdad que ustedes los hombres son tan inútiles

-¿Qué puedes saber de nosotros?

-Tengo seis... cinco hermanos mayores, lo sé – volteó a verlo – no te muevas, sacaré los trozos de vidrio –

-Draco hace un movimiento de varita y listo

-Si bueno, él es medimago y yo una jugadora, tendrás que conformarte, de aquí en lo que lo encuentro esto te seguirá lastimando – saca unas pincitas de su bolsa y se dispone a sacar los cristales –

-¿Llevas todo tipo de instrumentos ahí dentro?

-Quieres guardar silencio – saca uno de los trozos y lo avienta al suelo – ¿Qué diablos hiciste?

-Sí te digo que explotó ¿Me creerías?

-Sí eso quieres que sepa sí – regresó a su tarea – Ginny Weasley

-Blaise Zabbini – murmura –

-Un gusto – sigue sacando pedazos – abriré un poco la regadera por que la sangre no me deja ver y no has querido salir de la ducha

-No quiero incomodarte pelirroja – sonríe socarronamente, cual niño que está a punto de ver como sale una travesura – pero me estaba duchando y voy desnudo

-¿Y? – alza los hombros – tengo novio y hermanos ¿Te crees que nunca he visto a un chico desnudo?

En realidad esa no era la respuesta que esperaba así que guardo silencio y la dejó hacer

-Eres buena en esto

-Hay muchos accidentes durante los partidos, tenemos que saber atender emergencias

-No pensé que una chica tuviera el temple

-Es por que eres un neandertal que cree que sólo los hombres pueden hacer cosas ¿O no? – alza una ceja – creo que he retirado todo el vidrio, ahora vendaré ligeramente para que puedas buscar a tú amigo sin que sangres por todo el hotel

-Bien – la miraba intensamente tratando de descubrir que era lo que hacía que no apartara su vista de ella... tal vez sea el hecho de que no le importe que esté desnudo en la ducha, o la forma en que lo cura, como acudió a su ayuda sin pensarlo y sin pedir nada a cambio – ¡Mierda! – se reprimió al darse cuenta de lo que pensaba

-¿Te he lastimado? – volteó sus ojos hacia arriba con preocupación – perdona... no ah...

-No es nada, sólo termina – respondió más mordaz de lo que pretendía – quiero que me cure un médico

-Entiendo – bajó su mirada y terminó su trabajo – bien listo – se dio media vuelta

-¡Eh pelirroja!

-Me llamo Ginny

-Gracias por curarme Gin – le guiña un ojo – te diría que te agradezco de algún modo, pero sería inapropiado considerando la sortija que llevas –

-¿Todos los Slytherin son así?

-¿Cómo sabes de qué casa soy?

-Conozco el círculo de amigos de Draco y tu arrogancia se puede oler a un millón de kilómetros a la distancia... llámalo intuición

-Bueno, cuando te aburras de la monotonía pelirroja... búscame, sabre enredarte – le dijo con una sonrisa de medio lado –

-No te vayas a lastimar con tú propio veneno – alza una ceja saliendo de ahí un poco molesta –

Sempiterno (Saga Sempiterno, Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora